Gracias a la tecnología aplicada en maíz, los rindes no cayeron tanto como en otras sequías

La explicación de los muy buenos resultados que se estuvieron registrando en maíz en la campaña 2017/18, con tan baja cantidad de milímetros, con un acumulado entre enero, febrero y marzo que no superó los 50 mm en gran parte de la región de Marcos Juárez, Córdoba, está dada por el almacenaje de agua en el suelo. Aquí los rindes van de 94 a 130 quintales.

El maíz necesita aproximadamente entre 500 y 600 mm durante su ciclo, lo que equivale a 5000 y 6000 metros cúbicos por hectárea de requerimiento. Demanda que, si no es evacuada por las precipitaciones durante su ciclo, dependerá de lo ofertado por el agua almacenada en el suelo.

Dicha oferta dependerá consecuentemente de la acumulación de precipitaciones anteriores y de la capacidad del ambiente edáfico en almacenarla en el perfil.

Casi todo el país inició la campaña estival en condiciones de muy buen almacenamiento y hasta de suelos saturados en numerosos lotes allá por septiembre de 2017, situación que posicionó al maíz de manera diferente al resto de los cultivos estivales, ya que no hay un cultivo estival en esta zona que correlacione mejor el agua al inicio y rendimiento, ni hablar cuando encima las condiciones del perfil eran optimas hasta llegar a la napa.

Hay que recordar que “las raíces no crecen buscando agua, sino que crecen con agua”. El maíz generalmente alcanza en 80 días su exploración máxima en longitud radicular, así que en la mayoría de los ambientes con napa que fueron sembrados temprano lograron “colgarse” del suministro de agua subterránea.

Ahora bien, ¿qué nos diferenció en los rendimientos obtenidos esta campaña, por ejemplo, de la campaña 2007/08 donde arrancamos muy parecidos en cuanto perfiles llenos a la siembra?

La respuesta está dada por las lluvias de septiembre, noviembre y diciembre, que sostuvieron el perfil húmedo para los períodos de mayor criticidad del cultivo.

Si comparamos la evolución de la napa para las dos campañas 2017/18 vs 07/08, encontramos claramente que el rebote de la napa por las lluvias de diciembre generó las condiciones de disponibilidad hídrica necesarias para soportar sin déficit su período crítico.

Tecnología

Según informó Maizar, que el próximo martes hará su congreso “Competitividad con desarrollo” en el Golden Center de Parque Norte (CABA), otro punto clave que influyó en los mejores resultados que otras secas estuvo en que los productores invirtieron más en tecnología.

“Esto coincide con el Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada de la Bolsa de Cereales, quienes utilizaron el paquete de mayor tecnología pasaron de ser el 39% a representar el 52 por ciento”, indicó Maizar. Fuente: La Nación |Por: Juan Pablo Ioele | Asesor

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