Volatilidad en los mercados agrícolas: el USDA marca el pulso global y Argentina busca consolidar su rumbo

El próximo informe del USDA podría mover los precios globales de soja, maíz y trigo, en un contexto de volatilidad e incertidumbre para el agro argentino.

El mercado agrícola internacional atraviesa una semana clave. El próximo 14 de noviembre, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) publicará su esperado informe WASDE (Estimaciones Mundiales de Oferta y Demanda Agrícola), y los analistas anticipan una alta volatilidad ante la posible revisión de datos sobre rindes y exportaciones.

En el caso del maíz, se espera una leve baja en los rindes y un incremento en las exportaciones, lo que podría traducirse en mayor firmeza para los precios. Para la soja, el panorama es más incierto: mientras los valores recuperaron terreno tras la presión de cosecha, la atención está puesta en las cifras de producción y en la guerra comercial entre China y Estados Unidos, que podría alterar los flujos de exportación.

Volatilidad en los mercados agrícolas: el USDA marca el pulso global y Argentina busca consolidar su rumbo

La soja estadounidense sigue pagando un diferencial arancelario del 10% frente a la sudamericana, lo que mantiene a Brasil y Argentina como orígenes más competitivos. China, por su parte, anunció compras por 12 millones de toneladas de soja norteamericana para 2025 y 25 millones para los años siguientes, aunque esos volúmenes aún no fueron confirmados oficialmente. La incertidumbre se traduce en mercados expectantes y precios sensibles a cualquier ajuste del USDA.

En trigo, se consolida un hemisferio norte con oferta abundante: Rusia proyecta exportar más de 20 millones de toneladas, el doble que el ciclo previo, y Kazajistán también aumenta su producción. Sin embargo, los volúmenes de compra de China a Estados Unidos no alcanzaron las expectativas, debilitando el impulso alcista.

Volatilidad en los mercados agrícolas: el USDA marca el pulso global y Argentina busca consolidar su rumbo

En el plano local, la cosecha argentina de trigo comienza a ganar ritmo con rendimientos iniciales superiores a las expectativas, aunque con menor peso hectolítrico. El maíz muestra una siembra firme y apunta a una producción de 58 millones de toneladas, aunque las exportaciones de octubre -1,7 Mt- quedaron muy por debajo del promedio histórico. En tanto, la soja de primera avanza con buena humedad y los productores aprovechan el impulso de precios aún beneficiados por el periodo de retenciones cero.

Según Dante Romano, profesor del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, «la combinación de factores internos y externos hace que el mercado esté en un punto de alta sensibilidad. Cualquier ajuste del USDA puede redefinir precios y estrategias comerciales».

 

En este contexto, la Argentina debe leer con atención el informe del USDA y el comportamiento de los grandes jugadores. La competitividad regional, las políticas internas y la estabilidad macroeconómica serán claves para aprovechar un escenario que combina oportunidades y desafíos.