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Walter es un mediano productor de Junín, provincia de Buenos Aires. En sus poco más de 150 hectáreas tiene soja en muy buen estado, pero le preocupa un solo tema. Las malezas. Según el, por lo que ve en su campo, lo que ve en los vecinos, y con todos aquellos con los que habla, el tema es recurrente. Aún con dos aplicaciones, las malezas superan en 20 centímetros al cultivo estrella de la zona.
El ing. agr. Diego Faroppa, asesor de la zona noroeste de la provincia de Buenos Aires, explica: «Principalmente tenemos problemas en la soja de primera, ya que empezó el año demasiado frío y costó arrancar en muchos lotes. Hubo problemas de nacimiento y eso complicó más el manejo de malezas. Venimos de un año donde la semilla viene con dificultades de vigor y sanidad. En muchos lotes se tuvo que resembrar, que sumado a la aplicación de herbicidas muy cerca de la fecha de siembra generó problemas de fitotoxicidades. Todo eso es un combo para el desarrollo de las malezas resistentes en muchos lotes».
El especialista alara que en maíz hay una problemática similar. «Hay muchos lotes donde se escaparon gramíneas resistentes, sobre todo capín, al menos en la zona de Junín. En algunos de esos lotes se pueden usar productos para controlar esos escapes, pero también pueden afectar al maíz, por lo cual si no lo hacés a término, después el control es imposible o generás fitotoxicidad en el cultivo».
Con vistas al futuro, el asesor avisora que sin duda esto va a generar problemas en cosecha por dos razones: «Por la maleza en sí que compíte con el cultivo, y por los productos que tenés que usar por el escape de yuyo colorado que afecta a la soja y eso repercute en el rendimiento. Hay muchos lotes que van a quedar sucios, y a eso nos vamos a tener que acostumbrar porque llegó para quedarse. Antes aplicabas dos litros de glifo y listo. Hoy en día ver algo de malezas en las cabeceras, o zonas en lotes va a ser algo cotidiano».
EL ANÁLISIS DE LA REM DE AAPRESID
Por su parte, Martín Marzetti, Gerente de la REM (Red de conocimiento en malezas resistentes) de Aapresid, describe en sintónía con el asesor Faroppa: «Este fue un año muy atípico en lluvias y temperaturas. Eso puede generar cambios en dos aspectos: Uno es el flujo de emergencia, ya que tuvimos una primavera fresca y los flujos se dieron más tarde. El otro tema es que las precipitaciones fueron muy grandes y pudieron haber lavado herbicidas residuales que se pudieron haber aplicado. Este año empezó a haber escape de malezas por las lluvias y la falta de tiempo. Es la conjunción entre el atraso del nacimiento y herbicidas que funcionaron por menor tiempo que otros años».
EL CONSEJO
«Lo primero es el monitoreo profesional. Hay que recorrer los lotes como se debe, planificar cuáles son las malezas, su tamaño, y en base a hacer eso hacer los tratamientos de rescate. Uno puede esperar que los controles no sean tan efectivos, pero sin embargo algunas alternativas quedan. Hay que usarlas, y el no usarlas implica pérdidas de rendimiento y un banco de semillas para el año próximo. Hay que analizar y que aplicar caso por caso y en cada momento» detalla Marzetti.
Para finalizar, el especialista en malezas resume: «Lo que se da es un crecimiento geográfico año a año. En zonas que no tenían determinadas malezas, empiezan a tenerlas o a aumentar mucho la presencia. En zona núcleo, al ser de las zonas más tranquilas, año a año va creciendo esta problemática y se va complejizando. Esto sorprende a productores como lo que pasó en Córdoba hace unos años».