Como consumidores, en la última semana notamos en las góndolas de supermercados y en los mostradores de los almacenes un impacto en los precios de los lácteos.
Los que son artículos de primera necesidad, pero a la vez unidades de lujo en cada compra, tienen en lo que va del año un incremento muy superior al nivel inflacionario.
Fue en los últimos días que en la cuenca lechera central se registraron aumentos de siete pesos por cada litro de leche larga vida. En la ciudad de Rafaela cada cartón pasó de 32 a 39 pesos, siendo de más de un 20 por ciento el ajuste, con una tarifa “plana” para todas las marcas de un mismo producto y dejando de lado la opción de Precios Cuidados, que con poca oferta venía estando vigente.
En otros centros urbanos, más grandes y alejados de las cuencas lecheras y plantas industriales, ya no se encontraba leche entera o descremada en ese rango de precios, sino de 38 a 42 pesos, habiéndose registrado un alza hasta los 45 pesos en días recientes.
Indagando un poco entre las empresas, se estima en un 40 por ciento el ajuste de precios interanual para el mix de productos más habitual de las lácteas, mientras que algunas calculan entre 15 y 20 por ciento la suba en lo que va del año.
Los quesos son los que más treparon, algunos por encima de los 20 puntos porcentuales y ya es muy complejo conseguir quesos cremosos fraccionados, como el ejemplo más económico, a menos de 230 pesos.
La inflación oficial de enero, conocida ayer, determinó que en el mes de enero las alzas promediaron 2,9 por ciento, siendo el motor principal de los precios el rubro de alimentos y bebidas.
Al tiempo que a los tamberos se les está subiendo el valor por litro, obligatoriamente por la necesidad de materia prima; y podrían llegar al promedio nacional de 10 pesos holgados, durante este mes; para el consumo el alza no pasa desapercibida.
De todas maneras, muchos hablan de un año de desafíos, teniendo en cuenta lo que publicábamos en Agrofy el mes pasado, sobre las expectativas que surgían del Centro de la Industria Lechera en cuanto a la necesidad de “leche social durante un año electoral”.
En tiempos de búsqueda de leche cruda, de mejoras de valores que no alcanzan a cubrir costos, pero sí motivan al traspaso de proveedores entre empresas, el clima parece estar conteniendo la situación sin excesos hídricos de consideración en las cuencas, aunque con días de altas temperaturas que llevan al recibo de leche por debajo del 20 por ciento habitual.
Fue este martes 12 que en el Boletín Oficial se publicó la Decisión Administrativa 78/2019 que dispuso la erogación por parte del Ministerio de Desarrollo Social y Salud de 3.166.278.995,98 pesos para comprar 11.575.942 kilos de leche entera en polvo, orientada a la atención de la población en situación de vulnerabilidad, solicitada por la Secretaría de Acompañamiento y Protección Social del citado Ministerio.
Las empresas beneficiadas en la licitación fueron Milkaut SA con 1.197.407 kilos por 275.271.895,23 pesos; Sucesores de Alfredo Williner por 1.907.947,5 kilos valuados en $629.364.878; Mastellone Hermanos SA, 3.993.100 kilos por 794.626.900 pesos; La Sibila SA con 3.911.322 kilos por 1.309.621.174,75 pesos; y Alimentos Vida SA, por 566.166 kilos por 157.394.148. Esto propone una estrategia de apuesta al mercado interno, de manera directa a través del Estado Nacional, quitando la tensión de las exportaciones, pero de alguna manera cargando más sobre el consumo cotidiano.
Cabe destacar que la semana anterior, en una suba histórica en la subasta electrónica de Fonterra, la leche entera en polvo volvió a su “piso mínimo” con tres mil dólares por tonelada, trepando más de 200 dólares en una misma acción y se consolidan las alzas para el mercado internacional.