La siembra directa ocupa en Argentina más del 90% de la superficie

Esta campaña vuelve a superar las 30 mill/ha. Pero Aapresid advirtió que la tecnología ‘no se traduce necesariamente en mejoras’ del suelo.

Sin embargo, la adopción masiva de esta tecnología no se traduce necesariamente en mejoras en el balance de carbono, fertilidad y otros indicadores de salud del suelo. Incluso, en ciertas regiones, se observa el avance de procesos de degradación del suelo.

 

En este sentido, las rotaciones, la siembra de gramíneas y de cultivos de cobertura o de servicios son prácticas clave dentro de un verdadero Sistema de SD, destacó Aapresid.

En el caso de los cultivos de servicio, además de ‘cubrir el suelo’, permiten la mejora en el manejo del agua, el control de la erosión y de la densidad de malezas, favorecen la biodiversidad, la disminución de la carga de insumos sintéticos, entre otros.

En su informe con datos del Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada (del propio  Aapresid) y del Panorama Agrícola Semanal de la Bolsa de Cereales se aclaró que si bien la adopción promedio nacional de SD se mantiene por encima del 90%, estos valores bajan significativamente en ciertas zonas agroecológicas.

Además los resultados revelan que en algunas regiones esta tecnología se implementa de forma aislada, basándose en la simple ‘ausencia de labranza’.

Por ejemplo, en algunas zonas del norte de Buenos Aires mientras el porcentaje bajo SD supera el 90%, la presencia de gramíneas en la rotación es de tan sólo el 35% y el porcentaje de productores que siembran CS sólo llega al 8%.

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