Desatención política: la lechería sigue sin Director Nacional y se rearma en el inicio del 2020

Con los eternos debates por precio, la baja productiva del verano y la desatención de la política, el sector empieza a trazar su sendero para 2020.

Fuente: Elida Thiery – Agrofy News

Temperaturas

Este mes de enero se termina con temperaturas más benévolas de las que se registraron el verano anterior, de todas maneras la merma en la producción con el paso de los veranos termina siendo una variable clave para la lechería en su balance anual.

De acuerdo a lo que reportan algunas industrias, el estrés calórico en este inicio del año ya habría recortado entre el seis y el ocho por ciento de la productividad en los tambos.

 

Precio

Aunque las empresas más importantes lo reconocen a tambo constante, o sea, en el cálculo de un mismo productor en la comparación intermensual, las que más disponibilidad tienen siguen avanzando en la compra de materia prima en tambos que antes les vendían a sus competidores y de esa manera el golpe estacional se amortigua a fuerza de negocios.

Esta variable se conecta con los primeros indicios de pago por la leche cruda que hoy se terminará de ordeñar en los tambos. Enero seguirá generando una suba, leve, pero constante en el valor de la materia prima, que en algunos casos llegaría a trepar 40 centavos.

Tomando los datos oficiales del tablero de comando sectorial que ofrece todos los meses el Ministerio de Agricultura, a raíz del Sistema Integral de Gestión de la Lechería Argentina, el precio al productor en promedio pasó de 16,11 pesos para la leche de noviembre a 16,82 para diciembre. De todas maneras, este compendio remarca que aún en el país y en cuencas lecheras importantes hay productores que siguen por debajo de los 16 pesos y que ni siquiera por la materia prima de enero podrían saltar ese límite.

Falta de Director

Todas las disparidades que siguen rigiendo al sector no pueden ser debatidas con nadie en esta nueva administración, porque aún no se designó a un responsable para la Dirección Nacional Láctea.

La falta de conducción política, que sólo se restringe en estos días a algún contacto esporádico que pueda hacer el subsecretario de Ganadería, José María Romero, deja vacío el espacio de debate, que aunque sin resultados aplicables en la anterior gestión que se daba a través de la Mesa de Competitividad Láctea.

Por dónde seguir

Puede que en este vacío insonoro se haya motivado el encuentro del pasado miércoles en la ciudad de Buenos Aires, donde entidades de la producción y la industria lechera sentaron los objetivos sustanciales del sector para desandar en 2020.

Este conjunto sectorial entiende que deben existir reuniones con las principales provincias productoras, llegando con un mensaje en conjunto sobre necesidades y realidades de la cadena. Recién ocurrido esto se avanzaría a un pedido de encuentro con el ministro Luis Basterra, sin desconocer la forma en la que la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias pueda avanzar con el Gobierno Nacional respecto a temas como retenciones.

Del mismo modo se acordó no sugerir nombres para la Dirección Nacional de Lechería, pero si explicitar la necesidad de definiciones al respecto, para poder avanzar en temas pendientes de la gestión anterior, que poco se concretaron de todo lo debatido en cuatro años. No se descarta el avance en un diálogo con quienes puedan definir temas ligados a leyes y normas nacionales.

La cadena entiende que el valor de contar con datos unificados a través del Siglea, pero también en el análisis que hace de ellos el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina se pueden fortalecer las intenciones.

La lechería argentina tiene diariamente el desafío de lograr una formalidad, no sólo entre las grandes empresas y sus tamberos, sino con los actores que siguen jugando con la posibilidad de no blanquear todos sus negocios.

Del mismo modo, la competencia de las bebidas vegetales que es creciente en las mismas góndolas de los comercios, son asuntos a los que se debe arribar con un criterio común para no seguir demorando el desarrollo de un sector de vital importancia para el interior productivo, que en los últimos años no logra despegar en productividad, rentabilidad ni incremento del consumo.

Es difícil para el sector encarar un nuevo año sin los fantasmas constantes, sin embargo hay nuevas gestiones en provincias y en la Nación que pueden despertar a un impulso de la lechería, esa insignia argentina que se desinfla cada vez más en el mapa mundial, ante la competencia ordenada de los líderes en diferentes latitudes.

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