No se corta el chorro: en el agro, la logística bajó un cambio, pero marcha a buen ritmo

Los problemas que tuvo el transporte al inicio de la cuarentena ya se han disipado. Sólo existen demoras para conseguir camiones en algunas zonas y por los protocolos en acopios y en puertos.

Los primeros días posteriores al aislamiento obligatorio, decretado por el Gobierno nacional para prevenir el contagio del nuevo coronavirus, fueron difíciles para la logística en plena cosecha gruesa.

Si bien las actividades agropecuarias fueron unas de las primeras exceptuadas de la cuarentena, de movida no hubo criterios claros sobre qué documentación debían llevar los productores y transportistas para poder circular.

 

A eso se sumó el temor de municipios –una veintena en Córdoba y alrededor de 80 en todo el país– que impusieron trabas para el paso de los camiones con granos, ante el temor de que “trajeran” el virus desde los puertos en los que cargan barcos chinos.

El resultado: en los últimos 10 días de marzo, el ingreso de vehículos a las terminales agroexportadoras del Gran Rosario se redujo 43 por ciento.

Pero estos nubarrones ya se disiparon: los datos de las últimas dos semanas muestran que la entrada de camiones a las plantas ubicadas a la vera del río Paraná están al mismo nivel o por encima del año pasado, pese a que hay un mayor volumen de granos guardados en silos bolsa.

COLAS. El flujo de camiones ya se normalizó luego de un inicio de cosecha con incertidumbre por la cuarentena.

“Las videoconferencias nos están ayudando a estar presentes y evitar los problemas que hubo en los primeros 15 días con los permisos de tránsito, policías que pedían diferentes cosas, los intendentes que querían poner en cuarentena a los choferes. Apenas tenemos algún conflicto, nos comunicamos y se soluciona rápido. Estamos teniendo buena predisposición de todos”, destacó Pablo Trapani, presidente de la Federación Cordobesa del Transporte Automotor de Cargas (Fecotac).

Según su evaluación, la logística está en niveles “normales” para esta época del año en que hay un pico de demanda por la cosecha de soja y de maíz.

“Se está realizando correctamente, aunque en algunas zonas faltan camiones. Hay mucho trabajo, pero no todas las unidades están operativas, ya sea por miedo de los choferes, por roturas que son difíciles de solucionar o porque el número no les cierra”, mencionó el dirigente.

De todos modos, aclaró que este déficit de oferta no es grande y el trabajo virtual en redes, que se potenció en las últimas semanas, permite organizar mejor la distribución de la logística. “Estamos más complicados en la velocidad para responder, pero a la respuesta la damos lo mismo”, resumió.

Sobre los costos, admitió: “Estamos trabajando al vicio, es una cosecha de mucho trabajo y muy poca ganancia”.

Un río de dudas

Los dadores de carga coinciden, también, en que la logística transita por canales normales para esta época del año.

Desde la Sociedad de Acopiadores de Granos de Córdoba afirmaron que no están teniendo problemas para conseguir camiones y que los inconvenientes surgen por situaciones vinculadas a la cuarentena.

Por ejemplo, que las imprentas que producen chequeras no están funcionando y eso impide a los acopios formalizar los pagos.

DESCARGA. La comercialización de granos se está haciendo más lenta, pero a niveles normales.

Del mismo modo, el gerente en Córdoba de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) y presidente de la Bolsa de Cereales provincial, Juan Carlos Martínez, destacó que los protocolos de tránsito se han ido aclarando y hoy la situación es mucho mejor que al inicio de la cuarentena.

Sin embargo, subrayó que “todo es más pausado, porque los exportadores otorgan menos cupos y los protocolos sanitarios hacen más lento el ingreso de los camiones”.

Bajo este panorama, la mayor preocupación, tanto de los acopios como de las cooperativas, es la bajante histórica del río Paraná. “Eso sí que puede generar un problema importante”, expresó Martínez.

Carnes y leche

Raúl Grande tiene 10 camiones con los que traslada porcinos y asegura que tuvo que parar algunos, para no tener problemas con la cadena de pagos. “Se abona el gasoil al contado y después se cobra a 45 o 60 días. No hay espalda para sostener eso”, afirmó.

Jorge Serravalle, que gerencia seis camiones para el traslado de hacienda bovina en Vicuña Mackenna, sostiene que están trabajando a un 40 por ciento del movimiento habitual por la falta de remates. “Se siente más en esta época que es de zafra de terneros y tendríamos que estar trayéndolos desde Buenos Aires”, indicó.

En el caso de la leche, el director de la filial Villa María de la Cámara Empresaria del Autotransporte de Cargas (Cedac), Leandro Escurra, tiene 22 camiones que recolectan todos los días la producción de tambos del centro de Córdoba.

“El principal problema que teníamos hasta ahora era la imposibilidad de conseguir mecánicos y repuestos, y eso ya comenzó a liberarse. Hoy estamos con un nivel de actividad normal”, comentó.

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