La cría bovina sigue perdiendo margen

La rentabilidad sobre el capital invertido el año pasado era del 5,34 por ciento; ahora el retorno es del 4,11 por ciento.

De acuerdo con el “índice de costos del ternero”, que elabora la Sociedad Rural de Punta Indio (Buenos Aires), y que estudia los ingresos y gastos de una explotación de cría de 425 hectáreas, sobre campo alquilado, con 300 vacas en stock y 285 terneros destetados, entre junio de 2019 y este mes, la rentabilidad anual del campo subió de 455 mil pesos a 531.534 pesos: 17 por ciento más, todo expresado a moneda de hoy.

En los últimos 12 meses subió 20 por ciento la venta de terneros en términos reales; la venta de vacas de descarte, como reflejo de la desaceleración de la demanda china, subió sólo cinco por ciento. Entre los costos, y siempre a moneda constante, los sueldos y cargas sociales aumentaron un 22 por ciento, mientras que el gasto en sanidad aumentó 13 por ciento. Los gastos de mantenimiento (aguadas, molinos, alambres, entre otros) cayeron seis por ciento.

El alquiler del campo, pactado en kilos de novillo, sube cuatro por ciento en términos reales, mientras que la reposición de vacas vacías (en este modelo basado en una explotación real se realiza en las ferias) se incrementa 76 por ciento, bien por arriba de la inflación, como reflejo del interés renovado que se observa hoy por los vientres.

En junio del año pasado, la rentabilidad sobre el capital invertido en esta explotación de cría era del 5,34 por ciento, mientras que ahora el retorno es del 4,11 por ciento.

Según este modelo, el año pasado el costo del ternero representaba 87 por ciento del valor de mercado, mientras que ahora ese cociente es 90 por ciento: en los últimos 12 meses los ingresos crecieron un 64 por ciento, mientras que los costos de la explotación subieron un 74 por ciento, en ambos casos bien por encima de la inflación interanual.

Dos dientes

Si convenimos que los novillitos y vaquillonas livianas (dos dientes) son las categorías más indicativas del mercado, cuyo faltante puede arrastrar al resto del mercado, estudiemos entonces cuál ha sido la evolución de su faena a lo largo del último año; a partir de la nueva clasificación oficial de la faena por dentición.

En mayo de 2019, la oferta con 496 mil vaquillonas y novillitos (dos dientes) se mantenía baja, presentando una recuperación en julio-septiembre con 560-570 mil cabezas mensuales.

El pico de oferta fue el último trimestre: 650 mil cabezas en octubre, 612 mil en noviembre, y 684 mil en diciembre, el punto máximo del año.

En enero fueron 624 mil cabezas, 549 mil en febrero, 570 mil en marzo, 555 mil en abril, y sólo 522 mil en mayo. Esta menor oferta explicaría la firmeza –aislada del resto del mercado– de los precios de las categorías livianas de consumo, que proviene en su gran mayoría de los feedlots o de la terminación a grano. Si la oferta de ganado liviano se comportara este año de igual que en 2019, habría más faena en los próximos meses.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *