El especialista llegó a esta conclusión luego de evaluar que existen factores que desalientan la producción agrícola: precios externos más volátiles, presión tributaria, falta de crédito y distorsión en el pago de insumos por la restricción cambiaria.

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De Freijo agrega que para la cadena de ganados y carne será clave consolidar la exportación por la caída en el consumo interno: «El consumo local relevante, tiende a saturarse. Hay que acelerar la salida exportadora».

Lo que sucede es que la caída del Producto Bruto Interno (PBI) tiene una correlación directa con el consumo de carne. Para este año se estima que podría haber una caída del 12 % en la economía por el impacto del aislamiento que se determinó para frenar el avance de la pandemia.

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Además, según una encuesta que realizó el IPCVA (junio):

  • 7 de cada 10 personas han visto reducir su ingreso desde el inicio de la pandemia.
  • Un 65% de la gente dice consumir menos carne vacuna: 37% lo sustituye con pollo, 7% con cerdo y 17% con otros alimentos.
  • 1 de cada 3 carnicerías dice que vende menos que antes de la pandemia. 

A nivel interno será clave reducir al máximo los riesgos de contagio en las plantas procesadoras: «Diversificar riesgos es una medida de prudencia, para evitar riesgos de caída de oferta».

Además, mucho va a depender de las cicatrices que dejen los efectos de la cuarentena en la demanda y en los ingresos de los consumidores: «La oferta de carnes, alternativas se va acomodando en el corto plazo a la nueva configuración de la demanda».

Exportación de carne

A nivel externo, la pandemia igualmente deja cicatrices. El comercio global de carnes reduciría su tasa de crecimiento a una tercera parte de la proyectada a comienzo del año (de 8,3 % a 2,5 %).

En el contexto actual Brasil tiene más competitividad porque devaluó. Por otro lado, Estados Unidos y Europa muestran señales positivas: «Se empiezan a recuperar, pero con restaurantes a media maquina». Israel puede mantener la demanda y en Estados Undios el ritmo de producción de carnes mas lento.

En cuanto a China, principal destino de la carne argentina, durante mayo recuperó el nivel pre-crisis en indicadores de actividad: «También mantiene el comercio, aunque a precios mas bajos».

Este destino se mantiene inestable en la salida de la pandemia y se suman exigencias en el comercio: «Hay países con plantas deshabilitadas, como Estados Unidos y Brasil». En Argentina también se autoexcluyeron algunas plantas como medida preventiva.

En tanto, sigue estando presente la afectación de la Fiebre Porcina Africana sobre los stocks de China: «La recuperación por parte de China de la Peste Porcina seguirá alterando el balance de oferta y demanda de carnes por los próximos 5-10 años», comentó.

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