El maíz, protagonista principal del salto productivo en Córdoba

De acuerdo con las proyecciones oficiales, en el ciclo pasado se cosecharon 40,34 millones de toneladas, a partir de los volúmenes aportados por el maíz, la soja, el trigo, el maní, el sorgo y el girasol.

Significa una caída de tres por ciento en relación con la temporada 2018/19, cuando el volumen alcanzó 41,59 millones de toneladas, una cifra récord para Córdoba.

Esto significa que si bien la cosecha de este año fue menor, se mantuvo en niveles altos: fue la segunda mejor registrada en la historia.

Otro dato que lo refleja es que son dos años consecutivos con más de 40 millones de toneladas, superando con creces el promedio de la última década, que fueron 30,3 millones de toneladas.

De los datos oficiales se desprende que el maíz fue el actor protagónico de este salto productivo.

El cereal aportó este año 19,47 millones de toneladas, una cantidad levemente inferior a las 19,62 millones de toneladas de la campaña anterior. Sin embargo, el desempeño supera por más del doble a los nueve millones de toneladas que este cultivo generó, en promedio, entre 2011 y 2018.

Significa que casi la mitad de las toneladas totales que produjo el campo cordobés en la última campaña fueron de maíz. Asimismo, que el salto productivo de 10 millones de toneladas en los últimos dos años se debió en gran medida a la expansión del maíz.

Esta evolución fue destacada por el secretario de Agricultura, Marcos Blanda, al presentar los datos ante la prensa.

“Lo que vemos al mirar la evolución de los últimos años es un aumento constante de la producción que obedece a más tecnología aplicada por los productores y al crecimiento del maíz”, indicó Blanda.

Eso –según el funcionario– acarrea una segunda buena noticia: “Más hectáreas y volumen del cereal significan haber llegado a las 40 millones de toneladas con más sustentabilidad”. Subrayó que esta participación no sólo se refleja en un mayor equilibrio para los suelos, gracias a la mayor rotación con gramíneas, sino también en su aporte dinámico a la economía, por su mayor inversión en insumos, transporte, empleo y agregado de valor.

El trigo, en baja

Con respecto al resto de los cultivos, la cosecha de soja cayó 7,7 por ciento, de 15,88 millones de toneladas a 14,65 millones de toneladas, debido a una menor área sembrada y a una merma en los rindes.

La oleaginosa sufrió más que el maíz la falta de agua entre fines de febrero y principios de marzo, en un período crítico para el cultivo.

Por detrás, el maní aportó 953.370 toneladas en grano (11 por ciento menos que en la campaña anterior); el sorgo, 829.969 toneladas (-42,8) y el girasol hizo un aporte marginal de 74.570 toneladas (+30).

A esto se suma el trigo cosechado a fines de 2019: 4,35 millones de toneladas, 24 por ciento por encima del ciclo anterior.

Para la campaña 2020/2021, por la sequía ocurrida desde principios del otoño, la estimación oficial es que la producción triguera será de apenas 2,8 millones de toneladas, 35,6 por ciento por debajo de la pasada; sería la cifra más baja desde 2015/2016.

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