El Duraznito, un fruto de la eficiencia en el sistema para producir leche

El establecimiento ubicado en Sacanta ocupa 260 hectáreas en un campo alquilado. La estrategia es automatizar la nutrición y acelerar la reproducción para seguir creciendo en volumen.

Producir leche en Argentina se ha convertido en una misión casi imposible en los últimos 20 años.

La salida de la convertibilidad ya había sido traumática para un sector en el cual, como dicen los productores, las vacas comen dólares y producen pesos. A partir de ese momento, retenciones a las exportaciones, control de precios, regulaciones, ROE blancos, permisos de exportación, precios “sugeridos” y de “corte” fueron algunos de los obstáculos con los que tuvieron que aprender a convivir los que siguieron en la actividad.

La coyuntura encuentra a los tambos en un proceso de crecimiento de la producción, pero con precios en alza para los granos (el insumo clave para la alimentación) y una devaluación en cuentagotas que erosionan cada vez más los números.

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