Este sistema favorece las importaciones de soja para su transformación y exportación como subproductos, permitiendo que el exportador tribute derechos de exportación solo sobre el valor agregado en Argentina, y no sobre el valor bruto de los subproductos exportados.
Desde el año 2002 hasta octubre del 2020, se importaron 27 Mtn de soja, de las cuales un 83% provinieron de Paraguay, 8% de Estados Unidos, 6% de Brasil, 2% de Uruguay y el resto de otros orígenes. En el mismo período, Argentina produjo 825 Mtn de la oleaginosa. Sin embargo, las cantidades importadas fluctuaron a través de los años, debido especialmente a cambios en la normativa. En lo que va del 2020 ya ingresaron 5 Mtn, lo que representa el 13% de la molienda estimada.
De este trabajo, puede concluirse que el Régimen de Admisión Temporaria constituye una herramienta con claros beneficios para la cadena de soja y la economía argentina. Entre ellos, pueden destacarse: mayor utilización de la capacidad instalada local en los meses de menor oferta de soja en Argentina, valiéndose de la complementariedad con otros orígenes; sostenimiento de la molienda en campañas en donde la producción de soja local se ve afectada negativamente por eventos climáticos adversos, como la sequía actual; aprovechamiento de las ventajas logísticas que otorga la Hidrovía; mejora en la calidad de la harina de soja argentina, que se favorece con mejores precios y acceso a más mercados; aumento de las exportaciones netas del país, con 244 millones de dólares netos estimados para 2020; y distribución de los elevados costos fijos de la industria entre una mayor cantidad de toneladas, mejorando su capacidad de