El 2020 fue un año atípico, nunca en su vida las actuales generaciones sufrieron las consecuencias de una pandemia y los efectos colaterales derivados que obligaron a modificar todas las conductas y procesos.Por Raúl Milano* | Prensa Rosgan.
Sabemos que las tareas agropecuarias, por su carácter esencial como productoras de alimentos, tuvieron la posibilidad de trabajar todo el año en contraposición a otros sectores que no pudieron hacerlo, una vez más el campo pudo demostrar en la práctica el papel relevante que posee. Es de tal magnitud su importancia que hasta la desgracia de una pandemia permitió poner blanco sobre negro conceptos sobre la contaminación ambiental y el calentamiento global, solamente con ver las imágenes satelitales del proceso de limpieza de la atmosfera por el parate de casi todas las actividades excepto la ganadería, quedó demostrado que el gran contaminante no son las existencias ganaderas y su flatulencia natural del proceso de rumen.