El caso de General Roca: destacan el rol del maíz en los planteos agrícolas

Desde el INTA analizaron la evolución que ha tenido el cultivo de maíz en esta zona en los últimos 28 años, que ha ido incrementando superficie, rinde y producción.

Los registros promedios para el Departamento son de 1600 kg/ha en la campaña 1969/70, con picos de 8000 kg/ha en algunas campañas: «Esto ha sido generado por mejores condiciones de producción dadas por mejoras genéticas, paquetes tecnológicos y sobre todo el cambio en fechas de siembra de tempranas a tardías que ha conducido a mayor estabilidad en rendimiento», explican.

También, el incremento en el rendimiento está dado por un mejor uso del agua de suelos, ya sea por conservación de la misma en el suelo (siembra directa, cultivos de servicios), como por el uso de fertilizantes, que genera incremento en la eficiencia del uso de la misma.

Todo esto hace que para la última campaña se hayan cosechado alrededor de 2.100.000 toneladas/año de maíz en dicho Departamento: «Estas toneladas representan 70.000 camiones al año de este cereal. Si la comparación la hacemos con el cultivo de soja estos valores se reducen a la mitad exactamente por el menor rendimiento de este cultivo», destacan.

Destacan además cómo el cultivo de soja se ha mantenido estable en cuanto a la superficie sembrada desde la campaña 2008/09. Por lo que sigo sosteniendo que el gran salto lo ha dado el cultivo de maíz en las últimas 5 campañas.

El maíz como cultivo local, comparado con los demás, ocupa el segundo lugar en superficie sembrada con 34% detrás de soja con 44%.

Señalan además que el maíz es de gran trascendencia zonal, ya que es la gramínea más sembrada, alrededor del 78% para la última campaña, si se tiene en cuenta en dicha proporción a sorgo y trigo. Esta importancia se la dan a las gramíneas ya que son las “regeneradoras de nuestros suelos”, que en esta zona tienen relevancia por las características de los mismos, son arenosos, con poca estructura, de bajo contenido de materia orgánica, entre otras características.

«Justamente a este tipo de cultivos, denominados gramíneas, se les atribuye la capacidad de reconstruir estructuras de suelos, de ser capaces de generar macro poros, ya que dejan un muy alto volumen de material vegetal seco en superficie y enterrado por medio de sus raíces, que cubren los suelos, disminuyendo la evapotranspiración de los mismos, e incrementando los microorganismos gracias a esta enorme cantidad de restos vegetales muertos que quedan disponibles para descomponer», remarca la ing agr del INTA.

En esta campaña en particular, que ha sido muy ventosa, se observaron a campo muchos beneficios que otorga este cultivo cuando se tiene como antecesor al cultivo de maíz, evitando procesos de erosión eólica y mejorando las condiciones para el cultivo, haciendo “reparo” para estas condiciones inhóspitas.

«Como alternativa a la retención del rastrojo de maíz en el lote, son convenientes los cultivos de servicio sembrados sobre el cultivo por ejemplo en marzo, con el fin de retener el rastrojo y evitar la migración de ese rastrojo hacia lotes vecinos o costas de alambre», concluye Iris.

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