Los fondos entran y salen, y le abren la puerta a la volatilidad

El viernes 19 de marzo entraron fondos a comprar maíz por un volumen de 2,2 millones toneladas y soja por 1,6 millones.

Ese mismo día, adquirieron también 591.000 toneladas de harina de soja y 54.000 de aceite.

Asimismo, a mitad de la última semana, otros fondos que estaban con una posición previamente comprada entraron en las operaciones de Chicago a desprenderse de parte de la misma, tanto del cereal como de la oleaginosa.

Esta venta de los fondos es lo que produjo una baja fuerte en el mercado de soja el jueves, con caídas de siete dólares por tonelada.

La misma tendencia se vio en el maíz, que acusó una reducción de tres dólares.

En resumidas cuentas, lo sucedido en estos días es una muestra de lo que viene transcurriendo en el mercado de Chicago en los últimos meses.

La dinámica de los fondos con sus entradas comprando y salidas vendiendo le imprime a los precios una alta dosis de volatilidad e incertidumbre.

Valores

Si se analizan los gráficos y se evalúan las posiciones técnicas y los fundamentals del mercado, se puede ver que la soja muestra una trayectoria de leve serrucho alcista, pero que no ha logrado tocar el máximo psicológico de los 15 centavos de dólar por bushell, que equivale a 551 dólares por tonelada.

La semana pasada, la soja estuvo cotizando en torno a 525 dólares, lo que da una dimensión de la potencial magnitud de la suba que podría esperarse en la oleaginosa.

El vaso medio vacío, en cambio, muestra que los precios de la soja en Chicago acusan un “inverse” (caída) de 56 dólares entre la posición futura corta mayo (526 dólares) y la posición futura larga septiembre (470 dólares), cuando ingresa el volumen de la nueva cosecha de soja de Estados Unidos.

En el caso del maíz, la situación es similar, también con un serrucho alcista y gran resistencia a la baja, con precios que oscilan entre 190 y 195 dólares.

Aquí también existe el “inverse”, de 26 dólares entre la posición mayo a 217 dólares y la posición septiembre a 191 dólares, también en el momento en que comienza a impactar el ingreso del cereal producido en Norteamérica.

En este punto, los fundamentals indican que existe una baja potencial en las posiciones futuras largas, que se atribuye al ingreso de mercadería física y disponible de la nueva cosecha de ambos cultivos en los Estados Unidos.

No obstante, los technicals, sustentados en la posición comprada de los fondos, están indicando un mercado con potencial suba y con chances de que se revierta la actual caída de los precios entre las posiciones futuras largas y las cortas.

En la práctica, las posiciones futuras cortas, correspondientes a los contratos a mayo y a julio, están más influenciadas por la posición comprada de los fondos. Mientras que en las largas incide el ingreso de la nueva cosecha.

La pregunta del millón, entonces, es cómo seguirá esta película: ¿Tendrá más fuerza el oso ante la presión vendedora de los fondos o será el toro que hará pesar lo ajustado de las existencias finales y el informe de superficie de siembra en Estados Unidos, que muchos consultores anticipan con final muy incierto y ajustado?

En Argentina

En el plano local, el mercado de maíz convive con una situación de oferta holgada, con gran cantidad de camiones descargando en los puertos, tanto de maíz como de soja.

Entre el lunes y el jueves, los entregadores reportaron el ingreso de más de 12.000 vehículos.

Bajo este panorama, solo la lluvia podría frenar la cosecha de ambos cultivos, reducir la oferta en el mercado disponible y colaborar con un potencial sostenimiento o firmeza de los precios en el corto plazo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *