Hidrovía: millones de dólares y un decreto con el sello K

Esta decisión se tomo a través de un decreto y lleva la firma del Presidente de la Nación, del Ministro de Transporte, Alexis Guerrera, y del Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. De esta manera termina la concesión que tienen con la firma belga Jan de Nul. El manejo queda en manos a la Administración General de Puertos (AGP), un organismo manejado por el kirchnerismo duro. Acá sí hay coherencia.

En paralelo, se lleva adelante un mecanismo de licitación internacional que dura entre tres y cuatro meses, dependiendo de la capacidad burocrática de la AGP. Ese proceso lo lanzó el fallecido ministro de Transporte Mario Meoni, pero tiene muy bajo grado de avance. Desde el ministerio le pidieron a las universidades públicas informes técnicos, económicos y ambientales para avanzar. No los hicieron. Cámaras del sector privado acercaron los suyos, pero para el Gobierno no son suficientes.

Un decreto con sello K

Detrás del decreto que otorgó el control de la Hidrovía a la AGP está la mano del kirchnerismo duro, representado por Fernanda Vallejos, la misma diputada que adelantó el intento de estatización de Vicentin, y por el senador Jorge Taiana, un acérrimo defensor de la “soberanía de las vías navegables“, que además  fue canciller de Cristina y se sienta en su banca del Senado desde que la expresidenta asumió como vice.

¿Soberanía o caja? El peaje que debe pagar cada uno de los buques que navegan esas aguas es de 3 US$ por tonelada de carga. Se trata de un negocio de 300 millones de dólares al año. Esa es la llave que ahora tendrá la AGP. Esta administración, además, está encabezada por el santacruceño José Beni, de perfil técnico y muy cercano al Instituto Patria. Sí, el de Cristina.

“Es un grave error que el Estado decida estatizar la administración, dragado y balizamiento de la Hidrovía. Así como es una equivocación que el Estado cobre la tarifa que pagan todos los usuarios al ingreso y egreso de la Hidrovía”, dice Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara argentina de la industria aceitera y del centro de exportadores de cereales.

¿Por qué es tan importante la Hidrovía?

Es la vía navegable de 3500 kilómetros por la que pasa el 80 % del comercio exterior argentino. Si ponemos la lupa en el sector agroindustrial, por ahí pasa el 85% de los granos que se exportan. Une cinco países (Bolivia, Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay) y es el corazón de la producción de alimentos.

La tarea de dragado es muy compleja. El Estado no tiene la maquinaria para hacerlo o la que tiene es muy vieja. “Solo cinco empresas en el mundo se dedican al dragado”, dice Idígoras. La mayoría son belgas u holandesas, por obvias razones.

Solo para arrancar se requiere una inversión inicial de 500 millones de dólares en equipamiento, recursos humanos, boyas, balizamiento etc. Además de 3500 millones de dólares para el dragado de los canales en un plazo de diez años.

Es un grave error que el Estado tome el control. No tiene equipamiento ni preparación.

El control y administración de la Hidrovía Paraná-Paraguay,  hoy está en manos de la empresa belga Jan de Nul, junto a su socio local Emepa (del empresario Gabriel Romero, arrepentido en la causa Cuadernos). Jan de Nul tiene la concesión desde los años ‘90 y fue durante el gobierno de Cristina Kirchner que se le renovó la concesión.

¿Podría ser el desembarco futuro de capitales Chinos?

La principal sospecha está en que el Gobierno le otorgaría una concesión sin competencia a una empresa China. ¿Por qué le interesaría? Hay una cuestión geopolítica clave. Insisto: se trata del corazón de la producción de alimentos.

Fuego amigo

Las internas dentro del oficialismos son visibles. El presidente Alberto Fernández dejó en claro en la entrevista que le dio al youtuber Pedro Rosemblat el 28 de mayo de este año, que “el Estado no puede hacerse cargo de la concesión porque que en la Argentina no tenemos la maquinaria y la tecnología necesaria. No es una autopista en la que se asfalta y se pone una cabina de peaje. Se necesitan obras muy importantes y no tenemos la capacidad técnica para hacerlo”.

Además, Alberto dijo, en clara referencia a Vallejos y a Taiana, que “hay muchos compañeros que son virulentos conmigo. La Hidrovía venció en 2011 y le dieron 10 años más de vida y son muchos compañeros que hoy me piden que me haga cargo de la Hidrovía”.

Mientras el Estado se queda con el control de la Hidrovía por lo menos por un año, el congreso crea una Comisión Bicameral para el seguimiento y control de la misma. Ya tiene media sanción en el Senado -que preside Cristina- y busca su aprobación en la Cámara baja.

El Presidente, otra vez desautorizado por su propio espacio.

La Hidrovía, los trenes de cargas, el intento con Vicentín y el sistema de salud. ¿Estamos ante una ola de estatizaciones?

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