Cuando los mercados no sólo dependen del clima

Para saber bien cuál fue la causa o al menos alguna de las posibles consecuencias que provocaron las fuertes bajas que vimos esta semana, hay que bucear en los datos del comportamiento de la economía estadounidense y su impacto en la economía mundial.

Hoy el mundo, y Estados Unidos en particular, tienen una excesiva liquidez, y un nivel de tasas de interés muy bajo, y este pudo haber sido el motivo del comportamiento de los fondos en este último año.

A la luz de los hechos, las posiciones compradas de los fondos, que comenzaron a construir en agosto del 2020, fueron bastante exitosa pues el comportamiento del mercado le permitió ganar cifras millonarias, al vender una soja que habían comprado 80 dólares por tonelada por debajo del precio actual.

El establishment económico y financiero de los Estados Unidos están siguiendo muy de cerca los mensajes y medidas que la Reserva Federal (FED) deberá aplicar en algún momento de los próximos meses, si la situación requiere de correcciones para poder equilibrar la distorsión actual.

A mitad de semana se conocieron los detalles de las minutas de la reunión de junio de la FED y de ellas se desprende que la mayoría de los funcionarios estimaron que todavía no se había alcanzado un avance sustancial en la recuperación económica, según informó la agencia Reuters.

Más allá de la recuperación, los miembros de la FED siguen afirmando que la inflación es transitoria y que los datos de empleo lejos están de un nivel óptimo.

A medida que los datos afirmen una recuperación del empleo, podrían comenzar a desarmar los programas de compra de activos; o sea la política monetaria seguirá bien de cerca a todos los indicadores.

Por lo pronto, la FED está inyectando al mercado 120 mil millones de dólares para la compra de activos financieros, de los cuales 80 mil millones de dólares son títulos públicos nacionales y 40 mil millones de dóalres son títulos públicos garantizados.

RELACIÓN DIRECTA

Hasta aquí, ustedes se preguntaran, qué relación tiene todo esto con el precio de la soja y del maíz, y la respuesta es: mucha.

Pues en la medida de que la FED comience a desarmar las compras de los activos financieros, habrá una fuerte reducción de la liquidez y retirada de los fondos del mercado de commodities, como hemos visto esta semana. Además de un probable aumento de las tasas de interés.

Esta suba sería debido a la inflación proyectada en Estados Unidos, que hoy se discute si la misma es transitoria o si se trata de un fenómeno más estructural y permanente. Atado a esto se encuentra la relación del dólar frente al euro y al yen. Una moneda estadounidense débil con bajas tasas de interés y alta liquidez es el combo perfecto para la suba en el precio de las commodities, y esto es lo que sucedió en este ultimo año. Por el contrario un dólar fuerte, con suba de tasas y caída en la liquidez, que parece ser la tendencia de aquí 2022, es el combo bajista perfecto en el precio de los granos.

Como vemos los mercados de soja y de maíz no sólo dependen del clima en Estados Unidos que, por cierto, será fundamental durante julio y agosto. También intervienen variables económicas y financieras que terminan provocando cambios sustanciales en el flujo de dólares de los inversores, y en las relaciones de monedas. Un dólar débil encarece el precio de los granos, para los importadores chinos, de India y Europa.

Por este motivo, los precios deberían ajustar a la baja. Si el mercado intuye estos cambios, el efecto bajista pensado para 2022 podría anticiparse para el segundo semestre de este año.

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