Jordán Esterri, de Agrofe Campo contó que la pastura se extiende por 25 hectáreas y a base alfalfa, más festuca, cebadilla y trébol blanco. Aportó que se mesclaron las especies para balancear la oferta de pasto en el año y aportar al tipo de suelo de este lote. El lote viene de soja de primera, con el rastrojo se hizo rollo y la alfalfa se sembró el 20 de abril. Sumó que controlaron malezas antes de sembrar la alfalfa.
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“En un mes debería entrar a comer la hacienda liviana” sentenció y remató que al lote ingresarán animales de destete con entre 180 y 200 kilos. “La idea es hacer pastoreo para fomentar el macollaje, por lo que, de lo que se siembra, se cosecha el 40%. El plan es tener una pastura que se vaya hacia el costado”.
De lo sanitario dijo que los problemas se evitan con utilizando semillas de calidad, en este caso de Gentos. Especificó que las limitaciones aparecen en campos con ambientes complicados, como el encharcado, donde se destaca el poder de resistencia de la festuca. A portó que hay que tener cuidado con las hormigas, pulgones y trips; pero advirtió “que en este caso aún no fue necesario intervenir”.
Ignacio Curia, de Gentos Litoral aportó que los materiales son de la firma que representa. En alfalfa son del 8, sin latencia para que produzca todo el año y de las festucas sumó que hay de línea continental, -de mayor calidad-, y otra mediterránea con tasa de crecimiento superior a la media en invierno y que en verano entra en latencia para protegerse de la poca humedad. “En la mezcla se destaca el resultado” dijo el especialista.
“En este tipo de pasturas, con manejo rotativo del ganado, la recuperación es muy buena. El monitoreo es fundamental para una producción óptima”, aconsejó.