Anegamientos complican a productores en diferentes localidades bonaerenses

Cebe destacar que en el caso de Pilar, son aproximadamente 300 productores que estarían afectados con un alcance total de 250.000 hectáreas. Por otro lado, en Dolores se suman más de 600 productores con 80 mil hectáreas que representan un alto porcentaje de los productores de la zona.

En diálogo con Flavio Lanz, quien tiene a su cargo la Estancia San Ricardo, ubicada detrás de la laguna General Guido, manifestó que: “seguramente tendremos mermas en la rentabilidad porque ya hemos perdido aproximadamente 100 terneros, subrayó”.En esta zona suelen llover 1000 milímetros por año y en lo que va del corriente años se acerca a los 120. A pesar de que las lluvias han cesado, para mucho de los productores de esas localidades no ha pasado lo peor, dado que aguardan más caudal y también hay otros campos que ni siquiera han podido retirar su hacienda que se encuentra totalmente anegada.

A su vez Lanz señaló que: “la hacienda está pariendo, se mueren terneritos, la vaca pierde peso, porque tiene poca comida. En octubre, dentro de 20 días, empieza el servicio, la vaca no va a tener celo, no se va a preñar y como consecuencia en junio, agosto y septiembre del año que viene no vamos a tener pariciones, sintetizó”.

Por otra parte indicó que: “además, como va a haber más vacas vacías en toda la zona, los productores las querrán vender, se producirá una sobreoferta y un consecuente derrumbe del precio en el mercado. Es el eterno ciclo que vivimos cada vez que viene agua y lo más indignante es que, por más que nos quejemos, los años pasan y nadie hace nada, puntualizó”.


Asimismo aseveró que: “lo que indigna a los productores es que no hay una autoridad que se encargue de todo esto, los mismos productores tenemos que salir a poner bolsas en los terraplenes, a tratar de cerrar una compuerta o abrirla según el caso, y no tenemos ningún tipo de ayuda del gobierno”, agregó.

Por su parte, Adriana Ulke, una productora de la zona de Dolores destacó lo siguiente: “el agua en nuestro campo empezó a bajar, pero estamos esperando que llegue la de los partidos del oeste, que ojalá corra por adentro de los canales, pero es imposible porque no dan abasto”.

Además, la productora se mostró preocupada porque ayer se rompió una de las compuertas del canal A y por experiencias anteriores, sabe que esa agua va a desembocar en su campo: “Las compuertas no están en buen estado porque no las mantienen; es la segunda que se rompe. El viernes perdimos la de Las Cruces, ubicada en el canal 1 y un gran caudal de agua fue a parar a los vecinos. Una vez que la arreglaron, se rompió la del A”.

En su declaración continuó afirmando que: “hay daños que se sufren por las inundaciones que no son evaluados inmediatamente, pero que después son “muy perjudiciales para el productor”, como la afección en la hacienda, las pasturas que dejan de servir y los postes de los alambrados que se pudren. Las pérdidas van más allá de lo que el ojo humano puede ver, el campo es una fábrica a cielo abierto y tenemos que luchar contra eso. Tomamos muchos riesgos. Los políticos hablan de las ganancias extraordinarias, que son fruto del riesgo, pero cuando hay pérdidas extraordinarias, como por ejemplo ahora, todos miran para el otro lado”, indicó Ulke.

Una situación similar se le plantea a  Guillermo Tramontini, presidente de la Sociedad Rural de Dolores: “posiblemente las pérdidas van a ser más grandes el año que viene que este año. Estamos a pasos de iniciar el servicio, los rodeos ya están estresados por los movimientos, el agua, la falta de comida, así que al margen de las pérdidas que vamos a tener en el momento van a ser las pérdidas del año que viene por la gran cantidad de vacas que no se van a servir”.

Con este panorama que no solo complica a la ganadería, sino también a la agricultura en un mes clave para sembrar pero con un horizonte bastante complejo.

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