El “dólar soja” implicaría una deuda millonaria a 10 años, del Tesoro con el Banco Central

Banco Central de la República Argentina

La vigencia del “dólar soja”, que reconoce un tipo de cambio de $200 para las exportaciones de la oleaginosa y sus derivados, aceleró las operaciones y generó un ingreso millonario a las escasas reservas del Banco Central, lo que le trajo algo de calma al Gobierno, al desinflarse también la brecha cambiaria, aunque el esquema también implica costos adicionales en términos de emisión monetaria y deuda en dólares.

Sucede que incentivar las exportaciones del complejo sojero, que otorga a esas ventas externas un tipo de cambio 41% mayor al oficial (que cotiza en torno de los $141), generó operaciones por US$1.957 M, en el segmento especial del mercado (denominado CAM 9), que se habilitó para concretar estas transacciones. Al mismo tiempo, el Central emitió $391.452 M para comprar esos dólares.

Paralelamente, el Banco Central vendió US$741 M en el mercado oficial por diversos conceptos -divisas, pago de importaciones y de deuda, entre otros-. Por esa salida de divisas ingresaron de $104.593 M.

Así, el Central acumula una emisión neta de $286.859 M y lleva ingresados US$1.216 M a sus reservas, uno de los objetivos planteados por el ministro de Economía, Sergio Massa al lanzar “dólar soja”.

Corto plazo. Para Sebastián Menescaldi, director asociado de la consultora Eco Go, “el dólar soja puede ayudar a acercarse a la meta de reservas pactada con el FMI. Es una medida de corto plazo que implica una mejora hoy, que no la vas a tener en el último trimestre. Hay que ver qué pasa después del 1° de octubre. Para cuidar estos dólares, es factible que tengas un poco más de desdoblamiento y más cepo, porque si sigue la tendencia de antes, no suma para nada, y solo fue costo fiscal y mayor emisión de deuda”, advirtió el economista.

Sucede que la oferta del “dólar soja”, que el Gobierno insiste en que no se extenderá más allá de septiembre, implica una transferencia para el sector agroexportador, cuyos costos asume el Tesoro Nacional. Los US$1.957 M ingresados al tipo de cambio de $200, implicaron una mejora de $115.463 M en el precio recibido por la soja exportada, en comparación con lo que hubiera implicado vender la oleaginosa a una cotización del dólar de $141.

Para el Estado, esa mejora en el precio de la soja también implicó un ingreso extra en términos de recaudación. En la primera semana de vigencia del “dólar soja”, el Tesoro recibió $129.180 M por derechos de exportación, que le sirven para tratar de acomodar parcialmente sus cuentas y acercarse a la meta de déficit acordada en el programa con el FMI.


Lee también

Costos persistentes. Pero independientemente de este incremento en la recaudación puntual y acotada al mes de septiembre, existen costos cuyos efectos serán persistentes. El primero de ellos se vincula con el impacto monetario del “dólar soja”, que lleva al Banco Central a emitir pesos adicionales para incentivar la liquidación de granos. Para evitar que esa emisión sume combustible a la inflación, el Central deberá esterilizarlos mediante la emisión de Leliq, que implicará un incremento de sus pasivos y del déficit cuasi fiscal’.

Al 9 de septiembre, último dato disponible, la deuda remunerada del Banco Central (entre Leliq y pases) es $7,7 billones, aunque estimaciones privadas indican que podría superar los $8 billones si el “dólar soja” alcanza los US$5.000 M en liquidaciones, tal el objetivo que persigue Massa.

Impacto por venir. En tal sentido, el economista Fernando Marull advirtió que “todavía no se ve el impacto de esta emisión. Recién ahora los productores están cobrando por sus ventas, y con eso pagan retenciones, compran insumos, camionetas, dólar, bonos o lo depositan en el banco en cuentas ‘dólar link’. En un tiempo vamos a ver cuánto fue al dólar, cuánto a inflación y cuánto a los pasivos del BCRA”, precisó.

Por otra parte, el esquema del “dólar soja” supone otro costo de difícil digestión para el manual económico kirchnerista: el endeudamiento en moneda extranjera. Esto es así porque el esquema acordado entre el Gobierno y los exportadores estableció que el Tesoro cubrirá con una letra en dólares el costo adicional que asume el Banco Central por reconocerles a los exportadores un tipo de cambio de $200, 40% más alto que el valor del oficial.

Receta conocida. Con US$1.957 M de liquidaciones bajo este esquema, esa diferencia entre el oficial ($140) y el “dólar soja” ($200) supone un extra de $117.420 M, que al tipo de cambio oficial representan US$838 M. Este es el monto que deberá asumir como deuda a 10 años el Tesoro, mediante esta letra intransferible que le asignará al Banco Central.

Si finamente al terminar septiembre se alcanzan los US$5.000 M estimados por Massa, ese monto ascenderá a US$2.140 M de endeudamiento, que generan un alivio de corto plazo con el costo postergado y diferido a lo largo de una década. En otras palabras: endeudarse en dólares para conseguir divisas frescas y recaudar en pesos, una receta que ya probaron otros gobiernos en situaciones apremiantes como la actual.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *