En que andan las empresas agropecuarias

Las empresas navegando entre la acción y el análisis. La acción en muchos casos empujada por los procesos biológicos: sembrar la fina, terminar la cosecha de maíz, ajustar las dietas de engorde de la invernada, continuar con los ordeñes diarios, monitorear la producción forrajera. Además de dedicar tiempo a los negocios comerciales y al manejo milimétrico de lo financiero. Tanto para evitar faltantes como para evitar excedentes en pesos sujetos a deterioro inflacionario. La mayoría de las empresas con la compra de dólar MEP o CCL bloqueado, con excedentes temporales de fondos aplicados a compra de insumos para la gruesa o esperando su momento en fondos de inversión de recupero inmediato. Habiendo arrendado todo lo posible para sostener el negocio, negocio que todavía paga secuelas de la fuerte sequía y que ha obligado a mayores costos de alimentación en planteos ganaderos.

 

Y respecto al stock de granos, haciendo ventas sólo de lo necesario para sostener el flujo de fondos, esperando recomposición de precios internacionales (sobre todo de trigo, maíz y girasol) y relojeando los rumores de nuevos tipos de dólar selectivo para algunos granos. Intentando sacarle el jugo a las distorsiones del mercado para recomponerse más rápido de una campaña agrícola desastrosa. Y por supuesto sosteniendo equipos, conscientes de que cualquier escenario futuro va a requerir personas comprometidas y talentosas. Y, en algunos casos, ya imaginando cómo sería la adaptación a un país con pocos cepos y libre circulación de monedas. Seguramente surjan oportunidades si vamos a un país más “normal” pero también requerirá un alto nivel de competitividad y de habilidades distintas a las necesarias de cuando se vive de crisis en crisis. Mucho para trabajar, para hoy y para mañana.

Fuente: Zorraquin & Meneses

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