Evaluación del engorde de corderos cola en feedlot

En el origen de la producción ovina en Patagonia; la lana, aun cuando era de mediana o baja calidad por ser considerada un commodity, brindaba excepcionales réditos económicos, por lo que la expansión del ovino fue marcando el pulso del poblamiento a todo lo largo y ancho del territorio. La aparición de las fibras sintéticas, y a partir de ellas las mezclas, hicieron que se multipliquen las opciones del contexto de las fibras, lo que no tardó en provocar una fuerte caída en el precio de la lana. En zonas como en el área de influencia de la AER Río Gallegos (sur de la provincia de Santa Cruz), el no contar con alternativas viables, y producto de que el ovino termina siendo un monocultivo, la carne comenzó a participar fuertemente de la estructura de ingresos económicos de los establecimientos ganaderos.

 

Este cambio de paradigma, produjo variaciones tanto en los manejos como en la dinámica de las majadas, lo cual fue acompañado por un biotipo ovino de doble propósito. La importancia relativa de los ingresos por lana o carne varía de acuerdo a la ubicación de los establecimientos, al sistema productivo; y por tratarse de una producción de tipo extensiva, al efecto relativo del año. En las últimas décadas, tal vez producto de la disminución internacional en el volumen producido, o a partir del extraordinario avance de la industria y sus procesos, o incluso debido a las nuevas tendencias, o a partir de una sumatoria de todos ellos, la lana se ha transformado en un especialty; traccionando el valor de la fibra, sobre todo las de mayor calidad por lo que se amplió la brecha de precios entre las diferentes finuras. En ese contexto los Productores, en el área de influencia de la AER Río Gallegos, en la búsqueda de la rentabilidad y a modo de intentar lograr la estabilidad de todo el sistema productivo incluso reduciendo las diferencias entre zafras, han buscado genotipos o animales que produzcan lanas más finas. Esta variante ha generado, sobre todo en años restrictivos de oferta forrajera, que parte de los corderos producidos, aun con un aceptable crecimiento corporal, no logren expresar aptitud carnicera. Lo que motiva que en la actualidad el productor, el criador e incluso la industria cárnica, posea ciertas dudas e incertidumbres respecto de la producción de carne a futuro. Es en ese sentido que conjuntamente con la Estancia María, en la presente zafra, se decidió evaluar la respuesta biológica y económica de engordar los corderos llamados cola en el feedlot de la Estancia Don Bosco.

Objetivo general

Evaluar la utilización del engorde a corral como herramienta viable para la terminación de corderos cola con destino final a la industria cárnica.

Objetivos específicos

  • Medir la respuesta productiva de los corderos
  • Realizar el análisis económico de la práctica

 

Introducción

La búsqueda de rentabilidad a través del aumento en el precio de venta de la lana, hace que la disminución en el diámetro de fibra sea una práctica recurrente en el área de influencia de la Agencia. De acuerdo al GIS (Sistema de Información Geográfico) realizado por la AER Río Gallegos, en la actualidad aproximadamente un 40 % de los establecimientos utiliza el cruzamiento sobre las majadas originarias con Merino y sus derivados. Estos cruzamientos, o el nuevo genotipo (exótico) responde a un biotipo especializado para la producción de lana, genotipo que pareciera no encontrarse suficientemente adaptado al nuevo ambiente; por ello se visualiza una merma en la tasa reproductiva y además por su estructura, aun cuando los corderos poseen crecimiento aceptable, el desarrollo de las grandes masas musculares y su cobertura grasa dificultan el lograr la categoría de Exportación en la tipificación, de acuerdo al Protocolo de Tipificación de Canales de Cordero Patagónico de Santa Cruz, al momento de la faena.

 

La experiencia indica que animales con baja condición corporal o faltos de estado; o con nacimientos tardíos, también llamados cola de parición, poseen muchas dificultades para afrontar el invierno venidero exacerbándose las pérdidas, y en caso de ser enviados directamente a la planta frigorífica el costo del proceso y la baja calidad del producto hacen que sea poco viable su comercialización.

Evaluando la tipificación realizada por el frigorífico Estancias de Patagonia SA, de la zafra pasada y en sus precedentes, o incluso si utilizamos el promedio de las últimas tres, un 16 % de los animales no lograron la categoría de Exportación. Ver gráfico N°1.

 

 

Ensayos previos como el “Engorde a corral de corderos cola de parición en Corrales de Estancias S.A” (Sturzenbaum, 2015) y luego de la excepcional sequía de la zafra 2016/17 la “Experiencia de engorde a corral, Estancia María SC, Corrales de Estancias SA y AER Río Gallegos INTA” (Milicevic, 2017 inédito), hicieron posible que se viabilice la técnica del feedlot de corderos como una herramienta; puesto que los resultados obtenidos luego del engorde al momento de la faena fueron más que promisorios. A partir de lo cual se consideró que dicha tecnología es posible utilizarse para los corderos de menor peso y estado corporal de zafras normales.

Materiales y métodos

El lote de animales para ésta práctica fue elegido durante la señalada de la Estancia María, entre los días 7 y 8 de enero del presente año, en ese momento se cargaron tres camiones jaula con 1465 corderos con destino a faena en el frigorífico Estancias de Patagonia SA; los corderos de menor crecimiento y desarrollo fueron apartados en un brete de resguardo (armado para tal fin) y enviados en el último embarque a la Estancia Don Bosco distante a pocos kilómetros de la planta frigorífica. En total se seleccionaron 94 corderos de ambos sexos (n=94, 6% del total) para ser llevados al feedlot. Experimentalmente se calcula el peso gancho o canal fría de ingreso a modo de valorizarlos, para lo cual se utilizan resultados previos de corderos de igual origen y similares características; se estima que al momento del ingreso al feedlot el peso gancho promedio de faena hubiera sido de 8,271 kg, y que de acuerdo al Protocolo vigente, la totalidad hubieran sido tipificados como manufactura.

La eficacia al momento de la elección o selección de los animales menos aptos, se ve representada en el resultado de la tipificación lograda por el resto de los corderos faenados (n=1465), en dónde aun cuando el peso promedio de dichos corderos fue más de un kilogramo sensiblemente inferior al promedio de la zafra (1 kg), hubo solo 7 animales tipificados como manufactura (un 0,4 %) y un 7 % de categoría consumo. Ver Gráfico N° 2.

SY 1561 IPRO

Esta distribución verifica la eficiencia al momento de elegir los corderos enviados al feedlot, incluso si al 7% tipificado como consumo le sumamos el 6 % (porcentaje que fue enviado al engorde), equipara o equiparan al porcentaje de las categorías inferiores de la faena de la zafra 2017/8 del frigorífico Estancias de Patagonia SA que fue del 13,3 % de las carcasas; dónde se tipificaron 10,1 % Consumo y 3,2 % del tipo manufactura.

Resultados

El día 7 de marzo, luego de 58 días de engorde, se cargaron con destino a faena un total de 90 animales; la pérdida fue de 4 % de la tropa, cifra similar a la de los ensayos y trabajos previos. La tropa logró un peso promedio de 11,99 kg gancho y un rendimiento de 39,85%; lo que representa un aumento de peso de 3,719 kg de canal fría. El 98 % fue tipificado categoría Exportación y solo un 2 % tipo Manufactura. El costo total del pasaje por feedlot incluye la sanidad, la alimentación, el pago de la hotelería y el flete extra, resultó en poco más de seiscientos pesos ($600) por cordero logrado. Lo cual seguramente dificultaría esta práctica si es necesario el desembolso de dicho capital previamente al engorde o de manera anticipada.

Análisis económico de la práctica

A modo de evaluar la conveniencia de la práctica, se intenta confrontar el resultado logrado luego del engorde con lo que hubiera sido la venta directa de los animales, sin que los mismos hayan pasado por el feedlot. La liquidación de los 90 animales faenados luego del engorde arrojan como resultado $ 987,00 por animal, a lo que si le resta el costo total de la práctica que fue de $ 603,00, arroja como resultado $ 384,00 por cada cordero vendido. Todos los valores con IVA incluido. Ahora bien a modo de intentar valorizar la venta teórica de ese cordero inicial utilizamos el peso gancho o canal fría previamente estimado de 8,271 kg c/u, y se presupone que todos hubiesen sido tipificados como manufactura. En el Frigorífico Estancias de Patagonia SA utiliza un valor de liquidación por kilo de cada categoría al cual se le suma el valor del cuero, se le resta el costo del proceso, los análisis y la comercialización; y al resultado recién se le asigna el valor del IVA.

Por lo que si bien el precio de liquidación por kilo de manufactura es de $ 45,50, al asignarle los costos de proceso fijos, terminan haciendo que en la categoría manufactura sea el menor valor de plaza. Al calcular el valor individual se realiza la corrección correspondiente a la mortandad, resultando el valor del cordero inicial en $ 189,05 por pieza. Además debido a que la práctica o el engorde demandó 58 días, se le asigna como costo financiero, un interés de 4,5 %, de acuerdo a las tasas vigentes en plaza; lo cual representa un aumento de $ 9,00 por cada cordero. Como era de esperar los 3,719 kg de aumento de peso, pero sobre todo la fuerte diferencia entre el valor liquidado por kilo de la categoría Exportación y la categoría Manufactura (diferencia de $ 107,00 a $ 45,50) en la totalidad de los logrados (11,99 kilos) hacen que luego de pasar por el feedlot se logre una diferencia favorable de $ 187,00 por cada cordero. Casi duplicando el valor obtenido si los mismos hubiesen ido directamente a faena.

Discusión

Nuevamente se destaca que el aumento de peso de los animales, en éste caso de 3,719 kg, no alcanza para cubrir el costo de la práctica, incluso está lejos de hacerlo; puesto que ese aumento de kilos tipificados Exportación solo logran $ 305,00 (valores con cuero, descuentos e IVA) alcanzando a cubrir solamente la mitad del costo del engorde. La práctica solo se viabiliza con la diferencia en valor de los kilos iniciales debido al cambio de categoría (Manufactura a Exportación). El valor del cereal, si bien en mercados internacionales ha bajado, se encuentra atado al valor de las divisas, por lo que ante el reacomodamiento cambiario existente, se genera la incógnita del valor de los alimentos balanceados para la próxima zafra productiva. Ver Tabla N° 1. Lo cual disminuye las certezas respecto de ésta herramienta.

 

El valor de inflexión de la práctica, o sea el valor en el cual se equipara lo logrado luego del pasaje por el feedlot con lo que se lograría al ser enviados directamente a faena es de $ 66,00 el kg al momento de la liquidación (sin cuero, sin descuentos y sin IVA). Ante la nueva paridad cambiaria se genera una nueva incógnita de lo que pueda ocurrir en la próxima zafra con la exportación, además los mercados emergentes como China sugieren que es posible se logre un alza en el valor de liquidación de la Manufactura y consigo quede sin efecto la factibilidad de la práctica. Es importante destacar que si en ésta misma experiencia el 50 % de los corderos iniciales hubiesen sido tipificados como Consumo ($ 96,30 kg) el resultado económico de la práctica hubiese sido negativo. Lo que marca que si bien hoy la pasada por feedlot es una herramienta viable, también hay que prestar especial atención al momento de seleccionar los animales a engordar.

Consideraciones finales

En tal sentido debido a los posibles vaivenes comerciales se considera necesario evaluar la factibilidad de éste tipo de prácticas al inicio de la próxima zafra productiva. Pero no debemos perder de vista que de acuerdo a nuestro sistema productivo y al resultado de las últimas zafras, el porcentaje de animales de menor valor comercial o tipificados como Manufactura hacen que el engorde a corral posea potencial a futuro. Ver gráfico N° 3.

En la actualidad, luego de dos zafras, el engorde de corderos en el feedlot pareciera ser una tecnología eficaz para el cambio de categoría en los corderos más tardíos o faltos de estado y una práctica ajustada que brinda suficientes certezas a los usuarios o futuros usuarios. Sin dudas al iniciar la próxima zafra deberemos estar atentos a los valores del alimento balanceado, al precio de liquidación de la manufactura e incluso por efecto del año a estimar el porcentaje de animales faltos de estado para darle continuidad a la práctica.

 

Fuente: INTA por Francisco Milicevic

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