El maíz, en alerta ante un posible brote del Mal de Río Cuarto

En algunas zonas del sur de Córdoba la población de chicharritas -vector de la enfermedad- triplica la habitual. Recomendaciones del INTA para su control.

Aconsejan realizar monitoreos constantes, atrasar las siembras no realizadas y sembrar cultivares tolerantes.

Reconocida como una de las enfermedades más importantes del maíz en el país, el virus que causa el Mal de Río Cuartopuede ocasionar daños considerables en el rendimiento de los cultivares de este cereal. Los recientes recuentos de chicharritas, sus vectoras, fueron muy altos en el sur de Córdoba. En este contexto, técnicos del INTA brindan una serie de recomendaciones de manejo y control.

 

De acuerdo con María de la Paz Giménez Pecci –especialista en genética y biología molecular del Instituto de Patología Vegetal (IPAVE) del INTA–, los recuentos de chicharritas (Delphacodes kuscheli), vectoras del virus del Mal de Río Cuarto, realizados en la zona endémica de Córdoba, dieron muy altos y son, al menos, tres veces superiores en algunas estaciones de muestreo a los de los últimos años.

En este contexto, para la zona endémica, la investigadora aconsejó atrasar la siembra de maíz lo máximo posible y sembrar cultivares tolerantes.

El Mal de Río Cuarto es una de las enfermedades más importantes del maíz en la Argentina.

El Mal de Río Cuarto es una de las enfermedades más importantes del maíz en la Argentina.

Para el resto de las zonas, destacó la importancia de conocer el nivel de las poblaciones de chicharritas mediante un protocolo de muestreo, prestar atención a las condiciones predisponentes y si la semilla es susceptible, atrasar la fecha de siembra lo más posible.

Por su parte, Gabriel Espósito –especialista en cereales de la Universidad Nacional de Río Cuarto, Córdoba– indicó que las chicharritas superan las 500 en algunas estaciones de muestreo y “éstas cifras sobrepasan los umbrales de alarma”, situación que “pone en sobreaviso a los productores y profesionales del sector y demanda controles químicos con algún piretroide microencapsulado –siempre consultando a algún ingeniero– para que en una o dos aplicaciones se pueda mantener la población en niveles bajos”.

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