Maíz: buen momento internacional, mal momento de Argentina

El aumento de las retenciones llega en un momento en el que la demanda mundial del cereal sigue firme y en el que Brasil sigue ganando terreno por sus excelentes cosechas y apuesta tecnológica.Maíz: buen momento internacional, mal momento de Argentina

El de segunda, denominado «safrinha», representa ya más del 70 por ciento de la producción total maicera de Brasil y aporta la mayor parte de las exportaciones. Este segundo cultivo es el resultado de muchos años de inversión en investigación y desarrollo de mejores variedades de semillas y prácticas agronómicas.

 

También es el resultado del espíritu y coraje de los agricultores para sembrar en lugares como Mato Grosso, un estado ubicado a más de dos mil kilómetros de los principales puertos, y con falta de infraestructura y altos costos de transporte.

La mais grande

En 2019, la producción de maíz alcanzó un récord de 101 millones de toneladas, un 25 por ciento más que en el ciclo 2017/18 y 2,5 millones de toneladas por encima del récord vigente hasta ese entonces, protagonizado por la campaña 2016/17.

Estos volúmenes también impulsaron exportaciones masivas: entre marzo y diciembre, ya salieron 32,3 millones de toneladas, más del doble del promedio de hace tres años.

El estado de Mato Grosso se ha posicionado como el mayor productor de maíz de Brasil, contribuyendo con aproximadamente un tercio de la cosecha total: se trata casi en su totalidad del maíz de segunda que se implanta después de la recolección de la soja.

Saldos

Sin embargo, la falta de infraestructura y el alto precio del transporte del maíz safrinha desde el centro-oeste de Brasil, ha significado la paradoja de que los operadores de ganado y aves de corral en el sur de ese país estén recurriendo cada vez más a importaciones.

La fuerte demanda externa, los abundantes suministros y los precios competitivos han impulsado exportaciones, junto a una depreciación del real que ha estimulado aún más las ventas al mercado global porque hace que el precio del maíz en reales sea más atractivo para los productores agropecuarios.

Este empuje del comercio exterior ha llevado a que se reduzcan las existencias. El stock estimado para la campaña 2018/19 es de cinco millones de toneladas, el más bajo desde 2011/12.

Esta situación es lo que complica la demanda interna, hace subir los precios del maíz en el mercado brasileño y lleva a que a los ganaderos ubicados al sur del país les convenga más importarlo desde Argentina que traerlo desde el centro-oeste brasileño.

Por ejemplo, en estos días se conoció que la firma JBS tiene pactado importar 200.000 toneladas de maíz de Argentina, con entrega durante enero.

Retenciones

El problema es que mientras aparecen estos negocios y la demanda mundial por el cereal sigue firme, Argentina ahora genera incertidumbre con un nuevo cambio de políticas hacia el agro.

De esta manera, le hace fácil el camino a los competidores en el mercado, con errores propios y autoinflingidos.

Hace un tiempo se hablaba de un mar de maíz y de un océano de oportunidades. Ahora es un océano de incertidumbre y de dudas.

Del otro lado de la frontera, las perspectivas para el maíz de Brasil parecen brillantes a corto plazo.

Por Esteban Moscariello, analista de mercados

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