Pastoreo racional: la comprensión campera de las leyes de Voisin

imagen pastoreo racional fororural16 Pastoreo racional: la comprensión campera de las leyes de Voisin

Cierta vez, siendo gurí, escuché a mi padre conversando con un vecino, que le decía “ponga poliango en el ganado que va a ver como en poco tiempo revienta las porteras”, haciendo alusión a la productividad que lograba con determinada raza. Al retirarse el vecino, me dijo mi padre: “claro, si mi campo fuera lindero a esa tremenda estancia, y los alambres estuvieran caídos, yo también produciría el doble, en el medio de tanto pasto!” Fue mi primer contacto con la idea de que para estar mejor parado, no adelanta tener más vacas, y si más pasto.

También me llamaba la atención la cantidad y calidad de los pastos que se armaban entre un remate feria y otro en las mangas del local “Ataques”, en donde pasaba días enteros a caballo rondando algún ganado que mi familia llevaba a la venta. Como era posible tener en aquellos campos ordinarios tanto pasto verde oscuro? Me explicaban que se debía a la bosta acumulada del ganado y a los treinta y pico de días de descanso. ¿Cómo podría multiplicar ese efecto a todo el campo? ¿Transformando todo en un inmenso local de remates? Impensable en una época en que recién se estaban desarrollando los electrificadores de alta potencia.

Pasaron los años, y la vida corrida, sumergido en deudas, ensillando de madrugada y desensillando de noche atrás del peso rural, que es lento y lleno de trabas, me hicieron perder el ímpetu por la búsqueda de una alternativa productiva, pero no olvidarla. Siempre que oía algo diferente le prestaba atención, pero todo suponía una gran inversión en plata con un riesgo altísimo, debiendo ser “recargada” como una tarjeta telefónica, cada vez que la fuente se agotaba. La compañía telefónica en este caso es la industria de fertilizantes, creadora de la fertilidad virtual, los  fabricantes de maquinarias mágicas que prometen solucionar los problemas a través de la fuerza mecánica y las empresas que producen la semilla del “mejor pasto”, como si existiera. A los tres o cuatro años, dependiendo el manejo, deberá si o si ser renovada la pastura lograda, y talvez el mejor fertilizante, la mejor maquinaria y la mejor semilla de tres años atrás ya no sean las mismas, debiendo ser más caras por toda la infraestructura que demandan para su creación.

De ahí surge la pregunta: ¿si usé el mejor fertilizante, la mejor maquinaria y la mejor semilla, no debería tener solucionados mis problemas?

La realidad nos muestra la respuesta: si combatir las fuerzas naturales con las fuerzas química y mecánica y con semillas mejoradas fuera la solución, nuestros campos hoy serían un prado verde  como aquellos que aparecen en las propagandas de agroquímicos, y no estos campos degradados y pobres que estamos fabricando con manejos como estos. Cuando llegué a este campo en Tacuarembó, era opinión unánime de mis vecinos de que era de los mejores de la zona. Don Delibio, vecino viejo, me dijo que su padre llegó a tener 300 reses en buen estado en un área en donde hoy no caben 180. ¿Qué le ha pasado a los campos? ¿Dónde ha ido a parar su fertilidad? ¿y las especies de pasto que engordaban, adonde se fueron? Todo lo hemos consumido con un pastoreo continuo sin descanso, por los años de los años en que hemos hecho ganadería, sin treguas. La vaca come el mejor pasto, refuga el peor, ¿cual logra sobrevivir? Así estamos sobre campos sobre pastoreados o sub pastoreados dependiendo como vaya el clima, y con la vaca como ama y señora del pastoreo, cosechando lo que sembramos, y teniendo campos acorde al manejo que realizamos.

Si Ud. tiene campo de monte, verá como éste va tomando lugar de pastoreo primavera tras primavera. Con el campo pelado, la semilla del árbol cae en suelo desnudo, facilitando su desarrollo. Y así con la chirca, la carqueja, el mío mío, el caraguatá. O sea, tenemos sobre nuestro suelo la cosecha del manejo que realizamos. ¿Queremos un chircal?

Hagamos subpastoreo. ¿Queremos mío mío? Sobre pastoreemos con lanares. ¿Queremos un verde prado? Buena pregunta…

Todo muy lindo y muy ecológico, pero a pesar de haberme dado cuenta de esto, no tenía claro cómo hacer para encausar las fuerzas naturales a mi favor, hasta leer las cuatro leyes de Voisin. Este sabio francés descubrió que para que puedamos tener siempre un pasto vigoroso, “debe transcurrir tiempo suficiente entre dos pastoreos para que el pasto acumule en sus raíces las reservas necesarias para emitir un rebrote vigoroso, y paso siguiente, permitirle realizar su “llamarada de crecimiento””, en donde, después de haberse llenado de reservas, el pasto crece rápidamente en pocos días.

Cuando llevé a campo esta 1ª ley de Voisin, pude comprobar las etapas que se suceden después del pastoreo. En primer lugar delimité media hectárea con piolín eléctrico en los fondos de mi casa, y le puse 75 vacas y 7 caballos. Allí permanecieron tres días. Cuando los saqué tenía un campo rapado, pisoteado, bosteado y amarillo, y así permaneció por unos 7 días. Al 8º día empecé a notar rebrotes, que para mi sorpresa no salían de la hoja cortada, y sí del tallo del pasto comido, permaneciendo estas hojas cortadas como residuo del pastoreo anterior y nada más que eso, pues no creo que hagan fotosíntesis con su panel deteriorado. Las dos primeras hojas que brotaron tuvieron un desarrollo lento, y llegaron al tamaño “normal” allá por el día 20. A partir del día 25 surgió como de la nada otra hoja, que traía en su interior otra más, y que llegaron a su tamaño normal en solo 5 días. O sea, en solo 5 días se duplicó la cantidad de pasto por hectárea, porque pasamos de dos hojas a cuatro.

Según Voisin, ese es el momento adecuado de comer al pasto, pues es el mejor momento para él y para la vaca, mientras el pasto no se transforma en madera. Continué observando, y a partir de ahí las plantas empezaron a endurecer su tallo para soportar el peso de las hojas nuevas, ya algún pasto horqueta se preparaba para semillar, y el tono verde oscuro empezaba a dejar lugar a uno amarillento.

Conclusión: el ganado debe entrar a pastorear un potrero cuando este complete su llamarada de crecimiento, ni antes, ni después. Ese es el punto óptimo de cosecha.

¿Qué pasa si lo comemos antes? Estamos perdiendo lo que la naturaleza nos da gratis, fotosíntesis. Si nos ponemos a pensar que al ser productores rurales, todo se lo debemos a este aprovechamiento del sol que realizan nuestros pastos, sería un contrasenso desperdiciarlo. Basta esperar el momento adecuado y vamos a disponer del doble de pasto, no parece un buen negocio?

Pero la primera ley consta de dos partes: la primera nos pide que permitamos al pasto el acumulo de reservas suficientes para rebrotar después del próximo corte. La segunda parte nos pide que aguardemos hasta que la planta realice ese crecimiento vertiginoso denominado llamarada de crecimiento, en donde al menos duplica su masa verde.

Si cosechamos el pasto antes de concluida la llamarada de crecimiento, desperdiciamos potencial productivo de la planta. Pero si lo cortamos antes de que se cumpla la primera parte, estamos atacando a la planta en un momento de recuperación, y ese golpe bajo cuesta caro. Le cuesta al pasto porque no lo dejamos almacenar reservas, la planta se debilita y la producción de pasto por metro cuadrado se viene abajo, arrastrando todo el engranaje suelo-planta-animal-bolsillo.

¿Qué pasa si lo comemos después? Al llegar el punto óptimo de cosecha, el pasto no se detiene, sigue creciendo. Lo negativo es que ya no lo hace de manera vertiginosa como en la etapa anterior, y para colmo empieza a transformarse en madera, para soportar el peso de una planta grande y el vástago de semillazón. Naturalmente deducimos que ese pasto ha perdido calidad, ya que la vaca digiere pasto y no madera. A esto lo pudimos comprobar observando bostas de ganado que consume pasto pasado. En su interior vemos manchones amarillos que son madera sin digerir.

¿Pero como determinar el momento exacto de entrar al potrero? Esta duda me hizo perder algunos momentos de tranquilidad, porque sabía que era el secreto de todo esto. Al no tener a quien consultar, me puse a hacer experimentos, pesando pasto y haciendo curvas sigmoideas, comiendo “al puño”, como indica Arno Klocker, controlando rebrotes, número de hojas, bostas, colores y hasta las ganas con que las vacas comían el pasto. Mi miedo era el de adelantarme, entonces empecé probando hacia arriba. En vez de 35 días, indicación de Sorio para estas latitudes en verano, esperé 45. Noté que se había perdido el verde oscuro, y que las bostas se “desgranaban” en pequeños trozos de pasto al parecer sin digerir del todo. Algo estaba mal, pero la ganancia de peso era satisfactoria.

Los novillos comían con ganas (¿o con hambre?). Notaba, también, que los animales pastaban los caminos con muchas ganas, en donde a mi criterio, el pasto no estaba pronto. Había que empujarlos para que se movieran. ¿Qué estaba pasando?

En el medio del experimento surge una visita de Joaquin Lapetina, que al ser consultado sobre la situación de un potrero, me dice: “tiene una brotación interesante, si no entras ahora no entras nunca más”. Me tiró todo por tierra, porque el potrero tenía 22 días de descanso, 22!

Arranqué, entonces, lleno de temores, a comer los potreros con el pasto verde oscuro, en cuanto se cubría el rastro del pastoreo anterior. Las bostas evolucionaron a un verde muy oscuro pastoso, aspecto ideal según Sorio y Pinheiro.

Y la ganancia de peso que era satisfactoria, pasó a ser excelente.

Esto me dejó algunas lecciones:
El control del punto óptimo del pasto realizado cortando y pesando (aforando) distintos metros cuadrados de potreros de 8.000 m² para llevarlos a una gráfica se mostró inexacto, engorroso y poco práctico.

La idea de comer los potreros cuando estos alcancen los dos puños de altura y retirar el ganado cuando se alcanza el puño se mostró difícil de aplicar, en primer lugar porque los potreros, a pesar de pequeños, crecen en alturas desiguales, y las vacas también los comen en alturas diferentes, rapando las mejores partes  y descartando las peores. Talvez en campos más parejos sea posible.

La observación de las ganas con que las vacas comen el pasto es fundamental, porque mismo cuando están llenas, si las sueltas a un potrero con pasto en su punto optimo de cosecha, se ponen a comer como locas.
La bosta verde negruzca pastosa es un buen indicador de que no estás comiendo pasto pasado, pero no te indica si te estás adelantando, ojo!
Dejar de lado la rigurosidad de los días de descanso. Potreros que llevan 30 días en una rotación pueden llegar a llevar solo 18 en la próxima, y 45 en la que le sigue. La apreciación visual de cada potrero debe substituir el apego a los días.

Entrar a un potrero y encontrar dificultades para visualizar hojas cortadas en la rotación anterior significa que estamos frente a un serio candidato a potrero pronto.
No podemos esperar en verano la misma cantidad de pasto que produce un potrero en primavera u otoño. Esto es difícil de aceptar, pero debemos entrar al potrero con la versión enana de los pastos primaverales. Todo a una escala verano, si este es normal. Si el verano es seco, empeora la determinación del punto óptimo de cosecha, y nos debemos guiar  por las manchas de fertilidad, aquellos manchones verdes originados en donde orinó una vaca en la rotación anterior. Si ese manchón está pronto, hay que comerlo, aunque el aspecto del resto del potrero sea triste. Si por suerte el verano es más lluvioso que lo normal, seguimos el criterio de la primavera.

En otoño – invierno se dan las peores condiciones. Ya me ha pasado que traigo potreros “casi prontos” y de repente se forma una helada severa. Esto quema la punta de los pastos de verano, y genera un efecto parecido al pastoreo. La planta intenta rebrotar a partir del tallo. Esto me hizo decidir por comer los potreros por dos motivos: aprovechar el pasto que se hubiera generado previo a las heladas por tratarse del último aporte de las pasturas de verano (a pesar de que no tengan la calidad ideal) y por otro lado generar luz y menor competencia a las especies invernales que despiertan justo ahí.

Estar atento a la sin exageros increíble producción de pasto de la primavera, con records de 17 días de descanso en este campo. Esto arranca la última semana de septiembre y se extiende hasta mediados de diciembre. Es el momento de ponerle más ganado con objetivos rápidos o reservar potreros para enfardar, si es viable. No tenga miedo de entrar al potrero cuando no vea rastros de la rotación anterior, aunque hagan pocos días que lo usó.

Considerando lo visto en el ítem anterior, tener en cuenta que a partir de diciembre se enlentece la rotación, y seguramente sería conveniente haber vendido algún lote terminado  o empezar a retener por más tiempo los lotes en cada potrero, aunque esto signifique un consumo mayor.

El respeto por esta primera ley es la rigurosidad que permite flexibilidad.
La 2ª ley nos habla del período en que podrán permanecer en el potrero los animales, para que no comprometan el futuro rebrote. “el tiempo de permanencia global de una parcela debe ser igual o menor a los tres días, de preferencia de un solo día”

El mensaje es claro. Si queremos que el pasto tenga condiciones ideales para desarrollarse luego del estrés del pastoreo, lo mínimo que podemos hacer es no pisotearlo. Ni hablar de volver a cortarlo mientras no cumpla su llamarada de crecimiento. El límite de tres días alude al riesgo de cortar un rebrote. Esta comprobado, por ejemplo, que el raigrás empieza a rebrotar a las 14 horas después de cortado.

Cuantos más privilegios le concedamos al pasto, más pasto vamos a tener. Pero las leyes no hablan solo de pastos, también hablan de las vacas.  Las últimas dos leyes nos orientan sobre cómo obtener rendimientos regulares de las reses y  sobre como valerse de la infraestructura y producción del mejor pasto posible en pro de determinados animales prioritarios, ya sea por estrategia económica o por el momento fisiológico de la vida de los mismos.

Si pastoreamos un potrero con un grupo de animales durante tres días, tendrán un excelente desempeño el primer día, un rendimiento medio en el segundo y un rendimiento menor en el tercero, no hay como escapar de este hecho.

Provocamos entonces un sube y baja productivo al brindarles un nuevo potrero el cuarto día, y así vamos: alto, medio, bajo; alto, medio, bajo; y así sucesivamente. Esto se conoce como el “efecto serrucho”, al parecerse la gráfica resultante de los datos obtenidos a los dientes de esta herramienta.

¿Cómo hacer para que no se dé el efecto serrucho? La manera más sencilla es adecuando la carga para que el lote permanezca un solo día en el potrero. Pero la manera más fantástica es estableciendo un lote de despunte y otro de repaso. Mientras un lote privilegiado por motivos económicos u otros motivos, compuesto por aproximadamente el 30% de los kilos que ocupan toda la rotación come el mejor pasto, el restante 70% se encarga de “limpiar” el potrero en donde el  lote privilegiado estuvo ayer. Este manejo nos ha proporcionado ganancias diarias fantásticas en el lote despunte, y ganancias parejas y estables en el lote repaso, suficiente para sus requerimientos del momento. Ninguno de los dos lotes es sometido al efecto serrucho, y  los dos cumplen sus objetivos…pero exige atención redoblada.

En el 2012, veníamos con un repaso compuesto por vaquillonas, que estabilizaron una ganancia diaria de 200 gramos. En enero, se trancaron las lluvias. Eso determinó que aquellos animales pasaran a perder diariamente los mismos 200 gramos que antes ganaban, o sea, 400 gramos hacia abajo. Gran susto y escuela. No se puede andar en el filo de la navaja sin cortarse. Hoy en día, no nos vamos a los extremos, seguimos usando repasos, pero con menores cargas, cosa de estar “prevenidos”. La subnutrición animal no es solo antieconómica, es fuente de malestar animal, opuesta a los principios de un pastoreo racional.

TIPS:

  •  Conozca esta valiosa experiencia.
  • Analice las ventajas alcanzadas.
  • Implemente los componentes que se adaptan a su propio sistema.

Una respuesta a «Pastoreo racional: la comprensión campera de las leyes de Voisin»

  1. Estimados les agradeceré me indiquen ¿ Dónde puedo encontrar información sobre el pastoreo RACIONAL? Y conocer las leyes de VOISIN?
    Tengo un campo en RETIRO, VII Región del Maule CHILE y quiero tener crianza de bovinos y engorda de estos.
    Saludos,

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