Perfil Sanitario De Cultivares De Trigo Pan En Rafaela, Santa Fe. Campaña 2019

En la zona central de la provincia de Santa Fe las enfermedades de mayor prevalencia en trigo son: “Roya de la Hoja” (RH, Puccinia triticina), “Mancha Amarilla” (Dreschlera tritici-repentis) y “Fusariosis de la Espiga” (FE, Fusarium graminearum). Desde la campaña 2017, “Roya Amarilla o Estriada” (Puccinia striiformis f. sp. tritici, RA) ha aumentado su intensidad y prevalencia, convirtiéndose en una de las enfermedades de mayor importancia e impacto en el cultivo de trigo. Las apariciones de nuevas razas y la homogeneidad en el germoplasma sembrado en todo el país explican los niveles epifíticos crecientes desde el 2017 (Campos, 2017). En el marco de la Red Nacional de Trigo, Rosetti et al. (2020) describe el comportamiento agronómico y productivo de los cultivares de trigo en la EEA. El objetivo de este trabajo fue evaluar el comportamiento sanitario en distintos cultivares de trigo incluidos en los ensayos comparativos de dicha red.

MATERIALES Y MÉTODOS

La evaluación sanitaria de diferentes cultivares comerciales de trigo se desarrolló en el marco del ensayo de la Red Nacional de Evaluación de Trigo Pan (RET). Para una descripción detallada de los cultivares participantes, diseño estadístico, tamaños de parcela y demás materiales y métodos, ver Rosetti et al. (2020). Se evaluó la totalidad de los cultivares sembrados en la primera y tercera fecha de siembra (4 de junio y el 25 de junio, respectivamente). Las mismas incluyeron los cultivares de ciclo largo/largo-intermedio (21 cultivares) y ciclo corto/intermedio-corto (34 cultivares), respectivamente. En ambas fechas, se utilizó un diseño experimental de bloques divididos con 3 repeticiones, tratándose con fungicida a una de las subdivisiones y la restante sin tratamiento.

Los ensayos fueron instalados mediante siembra directa sobre un suelo Argiudol típico, en un lote proveniente de soja. Las densidades teóricas de siembra utilizadas variaron de acuerdo al momento de la siembra, siendo de 250 plantas m 2 y de 300 plantas m 2 , para la primera y tercera fecha, respectivamente. Las unidades experimentales fueron microparcelas de 1,4 m de ancho (7 surcos a 0,20 m) por 5 m de largo. Al momento de la siembra se fertilizó con la aplicación de 70 kg ha-1 de N (Urea 46% de N), incorporado por debajo y al costado de la semilla. Se registraron los datos de temperaturas máxima y mínima, precipitaciones y humedad relativa diaria, obtenidos de la estación meteorológica de EEA INTA Rafaela ubicada a 500 metros del lugar donde se realizaron los experimentos.

La evaluación sanitaria se realizó el 31 de octubre de 2019, en el estado de inicio de llenado de granos (Zadoks 7) para la mayoría de los cultivares de la primera fecha de siembra y en el estado fenológico de antesis (Zadoks 6) para los cultivares de la tercera fecha de siembra (Zadoks et al., 1974). Las evaluaciones de RH y RA se realizaron según la escala diagramática porcentual de Cobb modificada por Peterson (Peterson et al., 1948). En Roya de Tallo (RT) se evaluó utilizando la misma escala, pero se realizó tanto en tallo como hojas. En cuanto a todas las enfermedades que componen el complejo de manchas foliares se evaluó el nivel de severidad según la escala propuesta por Bronnimann, 1968.

El desarrollo epidémico de los cultivares con respecto a RH fue clasificado como: bajo, moderado y alto según mostraran severidades inferiores 10%, 10 a 50% o más de 50%, respectivamente. Con respecto a RA y RT, la clasificación según las mediciones de severidad en bajo, moderado y alto correspondieron a lecturas inferiores al 10%, del 10% a 30% o más del 30% de severidad respectivamente. Para mancha amarilla la clasificación se realizó dentro de los siguientes rangos: severidad menor a 15%, entre 15 a 40% y mayores a 40%, según corresponda a bajo, moderado y alto, respectivamente (Terrile et al., 2018).

 

RESULTADOS

Condiciones ambientales durante la campaña.

La campaña 2019 comenzó con excedentes hídricos, durante los meses de abril y mayo que, si bien demoraron la siembra de la primera fecha debido al retraso de la cosecha del cultivo antecesor, el contenido de agua en el perfil fue muy bueno. A pesar de que las precipitaciones durante la campaña fueron escasas, en el periodo crítico del cultivo ocurrió una precipitación importante (Figura 1) que permitió al cultivo alcanzar buenos rendimientos.

Se registraron en total 30 heladas a 5 cm sobre el nivel del suelo, siendo los meses de julio y agosto los de mayor ocurrencia (10 días cada mes). Durante el llenado de granos (Zadoks 7 y 8), ocurrieron precipitaciones continuas, aunque de bajo volumen, que generaron condiciones de humedad, mojado foliar y temperaturas constantes durante el día que favorecieron el desarrollo de enfermedades foliares como RH y MA.

Evolución sanitaria durante la campaña.

La evolución de manchas foliares como Drechslera tritici-repentis y Stagonospora nodorum durante los estadios iniciales del cultivo fue escasa, esto podría estar asociado a la baja cantidad de eventos pluviométricos registrados.

Por su parte, tanto RH como RA fueron detectadas a finales de julio y principios de agosto, respectivamente. La intensidad promedio de ambas enfermedades fue moderada, siendo alta solamente en cultivares de mayor susceptibilidad.

Este desarrollo inicial estuvo condicionado por el buen estado hídrico del cultivo como la alta humedad relativa ambiente y el largo tiempo de mojado foliar. Durante el mes de septiembre y conforme las precipitaciones se fueron normalizando y superando a la media histórica, la intensidad de RH y RA, aumento de manera significativa en el estadio de espigazón (Zadoks 5.5), llegando a manifestarse niveles del 90% de severidad de RH y 30% de RA en cultivares susceptibles. RT fue detectada a fines de octubre y su intensidad fue elevada solo en cultivares susceptibles.

A partir de las evaluaciones realizadas se confeccionaron las tablas 1 y 2, donde se muestra de manera orientativa el nivel de desarrollo epidémico de las enfermedades para los cultivares ciclo largo/largo-intermedios y corto/intermedio-corto, respectivamente. Dentro de los cultivares de ciclo intermedio-largo y largo, solo el 5% se caracterizó con desarrollo epidémico alto para RT y el 95% restante como bajo. En cuanto a RH se manifestó como alto, moderado y bajo en el 24%, 33% y 43 % de los cultivares, respectivamente. Por su parte la caracterización de los cultivares frente a RA como moderado y bajo se registraron en el 33% y 67% respectivamente. Para el complejo de manchas fue de una 43% y 57%, respectivamente (Tabla 1)

Los cultivares de ciclo intermedio-corto y corto presentaron una caracterización de bajo, moderado y alto frente a RT de 94%, 6% y 0% respectivamente (Tabla 2). Asimismo, para RH fue de 53%,18% y 29% como bajo, moderado y alto respectivamente, mientras que para RA, de 82%, 18% y 0% como bajo, moderado y alto respectivamente. En cuanto al complejo de manchas fue de 91% y 9% como bajo y moderado respectivamente.

CONSIDERACIONES FINALES

Al igual que en las dos últimas campañas, tanto RH como RA siguen siendo las patologías de mayor intensidad y prevalencia. Esta situación se ve influenciada principalmente por la alta susceptibilidad de los materiales sembrados, la aparición de nuevas razas con mayor adaptación a los ambientes locales y condiciones ambientales predisponentes para la aparición de la enfermedad desde estadios tempranos del cultivo. En cuanto al complejo de manchas foliares en esta última campaña, estuvo mayoritariamente representado por Drechslera spp y en menor medida por Stagonospora nodorum. Estas son especies que poseen una eficaz transmisión por semilla (Erreguerena et al. 2019).

Por este motivo resulta fundamental el análisis de patógenos en semillas, de manera de evitar la diseminación de los patógenos y poder elegir un tratamiento de semillas óptimo. Para finalizar, esta clasificación sanitaria de los distintos cultivares que componen la RET de Trigo resulta en información de importancia para la definición de una estrategia de manejo integral en la próxima campaña.

En el presente trabajo se observó que existen cultivares que presentan un buen comportamiento a las patologías más prevalentes de la zona. Por este motivo, la elección del cultivar en función de su perfil sanitario puede ser una táctica que nos permita planificar de mejor manera los monitoreos a fin de anticiparnos a la ocurrencia de epifitias severas y poder tomar decisiones en momentos óptimos.

 

Fuente: INTA por Germán Schlie, Anabell Alejandra Lozano Coronel, Lucia Rosetti, Sebastián Zuil

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