Arrendamientos agrícolas: la nueva campaña inicia con valores estables

Valuados en dólares, en cambio, crecen en un dólar por hectárea debido al aumento del precio esperado a cosecha para la soja: significa un alquiler promedio de 240 dólares por hectárea en la provincia.

De todos modos, la Bolsa aclaró que los números finales aún no están definidos y que incluso hay zonas donde las renovaciones de los contratos están atrasadas debido a la gran incertidumbre que hay sobre la economía argentina. 

Por zonas

Con todo, la estabilidad de precios se manifiesta también al analizar la evolución por departamentos: las variaciones oscilan desde una suba de como máximo 0,5 quintales por hectárea a una baja de hasta 1,4 quintales. Pero en general, los movimientos no son significativos.

“Solo en seis de los 17 departamentos analizados se registraron subas en el valor del arrendamiento, pero estos incrementos fueron moderadas de hasta 0,5 quintales en promedio. El departamento con mayor aumento fue General San Martin, donde los colaboradores reportan que hay mucha competencia por el mercado”, afirmó la Bolsa. 

Y completó: “En general los departamentos del centro mantuvieron más estables los niveles de arrendamientos, con variaciones promedio entre -0,1 y 0,2 quintales, mientras que en el sur de la provincia se registraron caídas generalizadas superiores a los 0,4 quintales. En la zona norte, los alquileres subirían entre 0,2 y 0,4 quintales”.

Modalidades

En cuanto a las maneras en que se pactan los arrendamientos, la Bolsa distinguió cuatro variantes:

A porcentaje. Se toma como parámetro el rendimiento obtenido a cosecha y la participación del alquiler depende del cultivo: por lo general, en soja entre 30 por ciento y 40 por ciento; y en maíz, entre 25 por ciento y 30 por ciento. Son pocos los que realizan este tipo de contrato, aproximadamente el 10 por ciemnto de la superficie, y es una modalidad común en campos con condiciones desfavorables. 

Mixto. Esta modalidad presenta un esquema de quintales fijos y, si el rendimiento supera un valor determinado, la diferencia se hace a porcentaje. Por ejemplo, se piden 10 quintales más un adicional por rinde logrado al final de la cosecha.

Siembras asociativas. Se particionan los costos: el inquilino aporta insumos y el dueño aporta la tierra; luego se divide el rinde en base a los aportes, utilizando como referencia una tabla de incremento a partir del valor del rendimiento.

En leche o carne. En zonas tamberas, principalmente en el departamento San Justo, algunos arrendamientos se pactan en litros de leche. En otros departamentos se aplica la modalidad de kilos de novillo por hectárea aunque también en pocos casos.

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