Europa se dispara en el pie: consecuencias de la nueva ley animalista en la industria cárnica

Europa se dispara en el pie: consecuencias de la nueva ley animalista en la industria cárnica

La Unión Europea ha comenzado el proceso de preparación de una nueva ley animalista que busca reformar las prácticas de la industria cárnica, indica el economista Benjamín Santamarina en una nota publicada en el sitio Okdiario. Esta legislación es impulsada por la necesidad de garantizar un mayor bienestar animal y se presenta como una respuesta a la creciente presión social y ambiental. La Comisión Europea argumenta que este marco normativo toma en cuenta una variedad de consideraciones sociales, como el bienestar de los animales, la producción sostenible y la salud pública. Se prevé que la ley tenga un impacto significativo en las prácticas actuales de la industria cárnica, promoviendo métodos más éticos y responsables.

Entre los objetivos principales de la ley, se encuentran el fortalecimiento de los derechos de los animales en la producción de carne, así como la promoción de prácticas agrícolas que respeten su bienestar. La idea es que la industria no solo rinda cuentas a los consumidores, sino que también aborde cuestiones más amplias de sostenibilidad y responsabilidad ambiental. Sin embargo, las críticas han comenzado a surgir desde el sector cárnico, que considera que las afirmaciones de la Comisión son irrealistas y desconectadas de la realidad del mercado actual.

Las organizaciones de productores de carne argumentan que la implementación de estas nuevas regulaciones podría poner en peligro la viabilidad económica de muchas explotaciones, especialmente en un contexto donde la competencia global es feroz. Si bien los objetivos de bienestar animal son ampliamente aceptados, la transición hacia un sistema que los integre completamente plantea desafíos logísticos y económicos significativos. En consecuencia, la industria observa estos desarrollos con preocupación, temiendo que eso podría resultar en un incremento de costos y una disminución de la competitividad en el mercado europeo.

Algunos de los cambios que tendrán que llevar a cabo los transportistas cuando entre en vigor la nueva disposición son los siguientes:

  • Prohibición de transporte para las hembras preñadasque se encuentren el 80% del periodo de gestación previsto (antes, 90%).
  • Aumento de la edad mínimade transporte de terneros hasta las 5 semanas de edad (antes, 15 días) y un peso mínimo de 50 kg. Para corderos, cabritos y lechones, hasta las 3 semanas de edad.
  • Incremento de las densidadesde carga, según especies y edad.
  • Incremento de la altura mínimadel techo del vehículo, variable según especies.
  • Obligación de llevar un libro de registropara trayectos cortos.
  • Destino matadero: límite de 9 horas de trayecto (salvo no disponibilidad de una planta de sacrificio a menos de 9 horas de la explotación de origen).
  • Otros destinos distintos del sacrificio: máximo 10 horas de transporte hasta destino (al menos 1 hora de pausa, 10 horas de transporte, luego descarga y periodo de descanso de al menos 24 horas, luego otros dos transportes de 10 horas (con 1 hora de pausa), y llegada a destino).
  • Nuevas limitacionesde temperatura.
  • Para la Comisión, todos estos cambios no tendrán impacto: «La asequibilidad de los alimentos no se verá afectada de manera sustancial. Tampoco se verá afectada la seguridad alimentariani a escala la UE ni a escala mundial».

 

Impacto en la producción y precios de la carne

La reciente legislación animalista en Europa ha generado preocupaciones sobre sus efectos en la producción cárnica. Las estimaciones sugieren que ciertos tipos de carne podrían experimentar una caída de producción de hasta un 17%, lo que alterará significativamente la oferta en el mercado. Esta reducción no solo afecta a los productores, sino que también tiene implicaciones directas para los consumidores que dependen del acceso a estos productos básicos.

El impacto en la producción de carne será evidente en varias categorías. Por ejemplo, la industria del cerdo y del pollo podría enfrentar la mayor presión, dado el aumento de regulaciones que limitan el bienestar animal en la cría y manejo. Con menores volúmenes de producción, los precios de la carne están destinados a aumentar. Los pronósticos indican un incremento en los costos de venta por kilo, lo que podría llevar a que muchos consumidores opten por alternativas más económicas o reduzcan su consumo total de carne.

En un mercado ya influenciado por factores como la inflación y las tensiones geopolíticas, la reducción en la disponibilidad de carne puede exacerbar la situación. La competencia de productos importados que cumplen con menores estándares de bienestar animal también podría afectar la dinámica del mercado interno, haciendo que los precios sean más volátiles. A medida que los productores nacionales luchan por cumplir con las nuevas regulaciones, los consumidores pueden ver un aumento en la desigualdad de acceso a los diferentes tipos de carne, especialmente en segmentos de bajos ingresos.

Los analistas del sector advierten que, si la producción de carne se ve restringida en los próximos años, el acceso a productos cárnicos podría verse afectado notablemente, lo que conllevaría a una posible reconfiguración de las dietas en toda Europa. A medida que el mercado responde a estas presiones, es crucial monitorear cómo las decisiones políticas y legislativas impactan tanto a los productores como a los consumidores en el largo plazo.

Desafíos específicos para los productores españoles

La nueva ley animalista impone una serie de normativas que pueden generar desafíos considerables para los productores y ganaderos españoles. España, con su vasta dimensión territorial y variada situación geográfica, enfrenta particularidades que complican la implementación de estas regulaciones. Las condiciones climáticas también varían drasticamente entre las diferentes regiones del país, lo que impacta en la producción y manejo de ganado. Estos factores plantean dificultades adicionales, incrementando el potencial de desventajas competitivas en el contexto del comercio intracomunitario.

Las pequeñas explotaciones y las industrias cárnicas en España, que suelen tener márgenes de operación más ajustados, podrían ser las más afectadas por los nuevos requerimientos. La inversión necesaria para adaptar instalaciones y procesos a las nuevas normativas podría ser excesiva, poniendo en riesgo su viabilidad económica. Además, la transición hacia prácticas más exigentes podría significar decrementos en la producción a corto plazo, afectando no solo la rentabilidad de estos negocios, sino también el suministro de carne al mercado local.

En un entorno donde la competitividad es clave, los productores españoles pueden enfrentarse a una presión adicional, ya que los costos asociados pueden no ser compensados por un aumento proporcional en la demanda o en los precios de los productos cárnicos. Además, las diferencias en la implementación de regulaciones similares en otros países de la Unión Europea podrían exacerbar estas desventajas. Por lo tanto, es vital que los ganaderos y productores cárnicos españoles busquen soluciones innovadoras y colaborativas que les permitan adaptarse a la nueva legislación, de modo que puedan seguir siendo competitivos tanto en el mercado nacional como en el intracomunitario.

Reacciones de la industria y proyecciones futuras

La reciente legislación sobre el bienestar animal ha suscitado una variedad de reacciones dentro de la industria cárnica en Europa. Los representantes del sector han expresado preocupaciones significativas respecto al nuevo marco regulatorio, que consideran podría resultar en un aumento considerable de los costes operativos. Esta situación es especialmente crítica, dado que muchos productores ya enfrentan presiones económicas debido a la inflación y a las fluctuaciones en la demanda del mercado. Las estimaciones indican que los costes administrativos asociados a la implementación de estas normativas podrían elevarse, lo que a su vez impactará en el precio final de los productos cárnicos, huevos y pescado que los consumidores adquieren.

Además, se prevé que el cumplimiento de estas nuevas regulaciones podría requerir inversiones significativas en infraestructura y maquinaria para asegurar la conformidad con las exigencias de bienestar animal. Tal inversión podría ser inalcanzable para muchos pequeños y medianos productores, lo que podría resultar en una reducción de la producción general. La disminución de la producción no solo incrementaría los precios de venta, sino que también podría generar escasez en el mercado, afectando así el abastecimiento y la accesibilidad de estos productos básicos para los consumidores.

Las proyecciones futuras sobre la industria cárnica son inciertas. Algunos analistas advierten que, si los precios de la carne continúan en aumento, existe el riesgo de que los consumidores opten por alternativas más económicas, como las proteínas vegetales. Este cambio en el comportamiento del consumidor podría tener repercusiones a largo plazo en la demanda de carne y productos animales, afectando la viabilidad de muchos actores en el sector. Por lo tanto, es crucial que la industria cárnica no solo se adapte a estas nuevas normativas, sino que también evalúe sus estrategias de producción y venta para mantenerse competitiva en un entorno en evolución.

Imagen: gentileza Okdiario

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