La Argentina produce cada vez más petróleo, pero falta nafta

Mientras los precios de las naftas y el gasoil aumentaron 60% en el año, la inflación acumulada a octubre ronda el 120%

Cada vez es más común encontrar islas de carga de combustible cerradas  en las estaciones de servicio y carteles que sinceran que «este surtidor no tiene nafta o diesel». El desabastecimiento es una paradoja para un país que crece en producción de petróleo, pero que sufre las intervenciones del Gobierno que fija precios máximos para contener la inflación.

La falta de combustible en la Argentina está explicada por tres brechas de precios, que describimos a continuación:

Brecha entre las estaciones y el mercado mayorista

Mientras que la inflación acumulada hasta octubre ronda el 120%, los precios de los combustibles en las estaciones de servicio aumentaron solo 60%. Esto sucede debido a los acuerdos de precios que fijaron la Secretaría de Energía con las empresas refinadoras (YPF, Shell, Axion y Puma Energy, entre otras).

La situación es distinta en el mercado mayorista, donde las petroleras venden la nafta y gasoil a los grandes consumidores, entre los que se encuentran las empresas transportistas (camiones) y los productores agrícolas (para sus maquinarias), entre otras. En general, este mercado suele ser más económico que la venta en estaciones de servicio.

Sin embargo, debido a que el mercado minorista tiene intervenido su precio debido al acuerdo con el Gobierno, las refinadoras trasladan el aumento de sus costos solo al mercado mayorista.

«El precio en el servicio mayorista debería valer X menos un 10%, para que sea más barato que el mercado minorista, pero por la intervención del Gobierno cuesta X más 25% o 30%. Esto genera que haya un corrimiento de los clientes mayoristas, que buscan cargar gasoil y nafta en las estaciones de servicio, donde el precio está más barato», explican en el sector.

Es decir, si bien no hay una mayor demanda de volúmenes de nafta y gasoil en el país, como todos los consumidores buscan cargar combustible en el sector donde el precio es más barato, se genera una distorsión que produce desabastecimiento en las estaciones de servicio.

El precio local en surtido está congelado hasta el 31 de octubre, aunque en la práctica hubo al menos tres aumentos de entre 2 y 2,5% realizado por Shell, Axion y Puma Energy. YPF, por su parte, aplicó una suba de 3% el lunes pasado, luego de las elecciones. Aun así, cada vez hay una brecha mayor de precios también entre la empresa con control estatal y su competencia, donde solo en la Ciudad de Buenos Aires (CABA) llega en algunas estaciones a más de $30 por litro, mientras que en el interior, la diferencia es mayor.

Brecha de precios con el exterior

El precio actual del litro de nafta súper está en su valor más bajo en por lo menos los últimos 10 años. El promedio nacional cuesta 86 centavos de dólar ($300) al tipo de cambio oficial, cuando su precio histórico siempre fue mayor a un dólar ($350).

En las ciudades cercanas a los países limítrofes hay una mayor demanda de nafta y gasoil debido a que los ciudadanos extranjeros cruzan la frontera para cargar sus tanques.

Cuando se compara el valor del litro de nafta con otros países de la región, se observa que en Paraguay cuesta US$0,93; Brasil, US$1,14; México, US$1,36; Chile, US$1,47, y Uruguay, US$1,95, según la consultora Economía y Energía (E&E).

En cuanto al litro de gasoil, mientras que en la Argentina cuesta US$1, en Paraguay, US$1,03; Chile, US$1,13; Brasil, US$1,20, y México, US$1,34.

Brecha cambiaria

Si bien la Argentina es productora de petróleo y el mercado doméstico se abastece en su totalidad con la nafta procesada en las refinadoras locales, no sucede lo mismo con el gasoil, donde todavía entre el 15% y 20% del consumo se debe importar. En este segmento se agravan los problemas.

 

Mientras que el costo de importar un litro de gasoil es de US$1,98 a una cotización de $790 del contado con liquidación (CCL), en el mercado doméstico se vende a 36 centavos si se toma en cuenta el mismo tipo de cambio.

Las empresas dicen que, debido a las restricciones para acceder a dólares del Banco Central (BCRA), deben pagar las importaciones al CCL, que es la cotización legal utilizada para girar divisas. Por lo tanto, las refinadoras importan lo mínimo e indispensable para abastecer a sus operadoras con las que tienen contratos establecidos.

Además, mientras en la Argentina el barril de petróleo criollo se comercializa a US$56, por la intervención de la Secretaría de Energía a través de YPF, en el mercado internacional no se consigue a un precio menor a US$80. Se trata de una doble brecha de precios que distorsiona el mercado.

Publicado en LaNación.com

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