De chica vivió cómo el clima afecta al campo y desarrolló un producto inédito: acaban de lanzar la primera patente

Hace dos años se asoció a un biotecnólogo para escalar el proyecto que busca aumentar la tolerancia al estrés hídrico de los cultivos

De chica vivió cómo el clima afecta al campo y desarrolló un producto inédito: acaban de lanzar la primera patente

24deNoviembrede2023a las12:15

Paz Álvarez (28) nació en una zona rural de Mendoza. Su abuela tenía una finca en Las Paredes, un distrito ubicado en San Rafael, donde producía uvas y frutales. Fue a una escuela rural y sus amigos eran, en su mayoría, hijos de peones. Vivió cómo se trabaja en el campo y los problemas que tenían que atravesar. Esas raíces la llevaron a donde está hoy: en California, Estados Unidos, internacionalizando Zavia Bio, su propia empresa de soluciones biotecnológicas para el agro con un producto único para mitigar los efectos del cambio climático. 

Identidad y compromiso: el origen de Zavia Bio

La joven mendocina creció viendo en primera persona cómo el clima puede hacer que pierdas todo: “De grande lo racionalicé y entendí las implicancias que tiene en lo económico. En un día que cae granizo podés quedarte sin el trabajo de todo un año, la falta de agua puede hacer que tengas que vender parte de tu campo para pagar los costos”, contó en entrevista con Agrofy News.

Paz se enorgullece de sus raíces rurales y de dedicar su tiempo y energía en tratar de resolver los problemas que conoció por su abuela: “Pienso por qué hago todo esto y efectivamente es porque es parte de mi identidad”.

La tecnología al servicio de la humanidad

Lo interesante del perfil de Paz es que primero optó por estudiar una carrera humanística, Relaciones Internacionales, porque le interesaba entender los problemas globales como el cambio climático: “Luego me di cuenta que no solo quería analizarlos sino resolverlos, ahí tuve que acudir a la ciencia y la biotecnología”, expresó.

Obtuvo una beca en Singularity University y fue un punto de inflexión en su vida. Su paso por esa experiencia académica le hizo conocer a muchas personas de todo el mundo que están preocupadas en resolver problemáticas como ella: “Aprendí cómo las tecnologías exponenciales son la herramienta para solucionar los grandes desafíos de la humanidad”.

Uno de los aprendizajes que transmite es que no hace falta tener una ONG para contribuir al cambio: “Todo lo contrario, probablemente vas a tener mucho más impacto si podés hacer un negocio rentable que genere empleo y que sea valioso para las personas”, detalló. 

Esa visión le abrió mucho la cabeza y hace dos años decidió crear una empresa, Zavia Bio, para solucionar un problema que “no es algo propio de Argentina sino de todas las regiones del mundo” y agregó: “El estado del arte de la ciencia y la tecnología está lo suficientemente avanzado como para poder utilizarlo a favor nuestro”. 

 

 

Cómo nació Zavia Bio

En esa búsqueda, en 2021 conoció a Enrique Detarsio, rosarino, doctor en Ciencias Biológicas, que se convirtió en su socio, cofundador y líder científico de la empresa: “Ambos hicimos el proceso de company builder de Grid Exponential, del fondo de biotecnología de Argentina. Era pandemia, todo se hacía virtual y decidimos empezar el proyecto sin habernos visto presencialmente”.

Paz destaca que con Enrique fue un “match muy natural” porque comparten la misma visión del sistema agroalimentario: “Ambos estamos muy comprometidos con la idea de demostrar que producir alimentos de forma eficiente y altamente escalable, para nutrir a una población mundial que no para de crecer, no tiene por qué ir en detrimento del cuidado del medio ambiente y los ecosistemas, y de la salud humana”.

Ese pensamiento común es una guía, laboral y ética para llevar adelante el proyecto. “Ambos queremos ser protagonistas, ser nosotros quienes impulsemos esos avances científicos para poder adaptar la agricultura al contexto de cambio climático”.

Así fue que a principios de 2022 surgió Zavia Bio, una empresa que busca soluciones biotecnológicas a las problemáticas del cambio climático y en  primera instancia se enfocaron en desarrollar un bioinsumo que promueva mayor tolerancia en las plantas a la falta de agua.

 

 

La sequía, un problema global

Hoy en día la sequía es la mayor preocupación del productor por las pérdidas millonarias que trae: “Año a año a nivel mundial se pierde más del 20% de la producción por estrés hídrico, lo que equivale a más de 150 mil millones de dólares. Esto tiene un alto impacto en la economía global, la cadena agroalimentaria en general y a nivel local en comunidades rurales que producen alimentos para subsistir”, explicó la joven emprendedora.

El tema está sobre la mesa y en todo el mundo están intentando promover el desarrollo de soluciones que puedan mitigar los efectos de la sequía: “Actualmente lo que existe son promotores de crecimiento, enfocados en aactivar el desarrollo de la planta. Son tratamientos que se hacen en la semilla y ayudan a que sean un poco más tolerantes al estrés en general. Sin embargo, no están pensados específicamente para sequía y al ser aplicados en la semilla tampoco están pensados para actuar en un período crítico de la temporada”, detalló Paz.

La propuesta superadora de Zavia Bio es un bioinsumo biológico enfocado en aumentar la tolerancia a la sequía y que el productor pueda aplicar antes y durante el período crítico: “La planta va a generar esa reacción justo en el momento en que la necesita. No solamente actúa en condiciones de sequía sino que en el caso de que haya condiciones normales, el producto también aumenta el rendimiento del cultivo. Significa que si el productor lo aplica y después la sequía no es tan grave o llueve, no tiene un efecto negativo”, detalló Paz.

 

 

Rosario, Mendoza y el mundo

Su primera sede fue la Universidad Nacional de Rosario, donde a través de un convenio con el CONICET y apoyo de entidades como la Bolsa de Comercio de Rosario, empezaron a realizar ensayos a campo. En primera instancia están enfocados en trigo pero a nivel invernadero ya comenzaron a adaptar el producto para otros tipos de cultivo como el maní, sorgo, soja, maíz: “Los resultados que tenemos hasta ahora nos permiten validar que la tecnología funciona con mucha eficiencia, pero recién en enero con la cosecha vamos a tener la información completa para analizar”.

Al proyecto se sumó Ezequiel Gullermo, Ingeniero en Agrobiotecnología, quien se encarga de la parte operativa del laboratorio: “Estamos tercerizando muchos servicios. Esto nos permite mantener el equipo liviano, chico, ágil y que los resultados estén validados por organismos externos a nosotros, lo que nos da más credibilidad”.

En febrero de 2023 abrieron su primer laboratorio en Mendoza, en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Cuyo, donde comenzaron a realizar tareas de investigación y desarrollo. “Ahí es donde está el trabajo de mesada de laboratorio”.

Primera patente y salida al mercado

Zavia Bio logró una inversión inicial de US$200.000 de Grid Exponential y actualmente Paz se encuentra en EEUU con el objetivo de levantar una nueva ronda de capital: “Estamos siendo acelerados por Draper University, un fondo de inversión. Aún no facturamos y dependemos 100 % de la inversión de capital de riesgo”.

Los próximos pasos son avanzar con el proceso regulatorio: “Para salir al mercado en el mundo de la biotecnología es lo mismo que con una vacuna, tiene que ser aprobada por organismos reguladores. Probar la efectividad del producto, la seguridad y es nuestro principal objetivo ahora”.

Esta semana presentaron la patente del producto que no solamente es novedoso para el mercado sino para el mundo científico: “Esto nos abre muchas puertas porque somos dueños de la propiedad intelectual y eso a futuro facilita la forma de hacer negocios, de poder demostrar la innovación del producto y de poder incluso generar sinergias con otras empresas a través del licenciamiento de la patente en las regiones del mundo donde no estemos comercializando”.

El objetivo de Zavia es ambicioso: desarrollar el producto a escala: “Queremos hacer una apuesta grande porque sabemos el potencial que tiene la tecnología. Vamos a hacer partnerships con empresas que nos ayuden a comercializarlo y que tenga una penetración grande en el territorio”.

En enero la joven emprendedora regresa a la Argentina para contratar gente para ampliar el equipo científico: “Ahora estamos enfocados en el producto 100 % para sequía pero después tenemos el objetivo de desarrollar otras soluciones para otros desafíos del agro”. 

Estiman que en dos años puedan salir al mercado en Argentina y en EEUU: “De a poco vamos a ir ampliando a otras regiones como Brasil, Europa. En Asia recibimos mucho interés porque tienen el gran desafío de ser la región más poblada del mundo. La seguridad alimentaria para ellos es clave”. 

Por último, Paz expresó: «El problema de la sequía es y va a ser tan grave que va a haber lugar para todas las tecnologías. Lo que se pueda resolver con riego artificial, con productos biológicos, con transgénicos en los países que lo permitan, todo va a ser bienvenido”. 

Y concluyó: “Todavía no dimensionamos el impacto que va a tener este tipo de fenómenos climáticos en la seguridad alimentaria en un futuro próximo. Tengo una visión muy optimista de la tecnología en general y ojalá cada vez haya cada vez más que permitan adaptar la producción agrícola a este contexto”.

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