La importancia de la capacitación en las buenas prácticas para reducir riesgos; siniestros con maquinaria, caídas de animales, entre otros incidentes lideran el ranking
Los incidentes en el campo son muy frecuentes, pero poco visibilizados. Se trabaja constantemente bajo presión, en condiciones exigentes, con maquinaria y animales. La situación se agrava con la presencia de los niños y niñas, ya que también es el lugar de residencia de la familia.
El productor agropecuario y médico cirujano radicado en Rosario, Marcos Grigioni, destacó que en lo que va del año se registraron 21 muertes de niños y niñas en incidentes rurales.
El profesional, que hace más de 15 años es parte de grupos internacionales de investigación y capacitación en prevención de lesiones e incidentes rurales en niños, habló de la importancia de la capacitación en las buenas prácticas para reducir riesgos. El último caso que se conoció fue el de una niña de cinco años que cayó, mientras jugaba, en una tolva de maíz.
Resulta importante estar presente y cuidar de los más chicos. Para ellos es un lugar lúdico, pero en realidad es un lugar de trabajo con riesgos. Según el último censo agropecuario 2018, hay cerca de 100.000 chicas y chicos de menos de 14 años viviendo en el campo. También hay miles que visitan el medio rural año a año y por ello, Grigioni, incansablemente, resaltó la importancia de hablar y capacitar tanto a las familias como a los niños sobre los riesgos existentes y cómo prevenir situaciones penosas.
“Los chicos habitualmente, por desconocimiento, se meten en lugares que son riesgosos, pero son atractivos desde el punto de vista lúdico, como puede ser un silo, una tolva, un tractor, una cosechadora, un caballo. Al no haber una supervisión del adulto que sepa del peligro potencial y los detenga, ocurren este tipo de incidentes”, dijo a Agrofy News.
21 muertes de niños y niñas en incidentes rurales
Marcos destacó que desde 2013 lleva un registro de casos en Argentina y hasta el momento se informaron 550 incidentes fatales. Siguiendo investigaciones de otros países, se estima que debe multiplicarse por cinco este número para estimar la cantidad total de accidentes que ocurren.
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Esta situación no es nueva y desde hace más de una década, Grigioni trabaja en alertar a los integrantes del sector agrario acerca de la importancia de proteger a las próximas generaciones. A nivel internacional, en conjunto con profesionales de universidades de Estados Unidos y de ONG europeas, diagrama acciones de entrenamiento y de comunicación sobre buenas prácticas. A nivel local, trabaja con el apoyo de cooperativas y grupos de mujeres rurales con las que concretan actividades de prevención, que son cada vez más frecuentes, lo que trae esperanza para una mejoría del cuadro de situación.
Estos incidentes no son nuevos. La Sociedad Argentina de Pediatría tiene un manual de prevención de accidentes en chicos, con un apartado específico para el campo. “Pareciera que no existen estos casos, cuando en realidad son muchos los accidentes que hay en el campo”, destacó.
El médico cirujano resaltó que en el ámbito rural se debe tener el mismo nivel de alerta que en la ciudad. En este tipo de incidentes, Grigioni indicó que en el 95 % de las situaciones, había un familiar del niño presente.
Acerca de los incidentes que registró, Grigioni comentó que ocurrieron con chicos que residen en el campo, que estaban jugando, visitando familiares o como espectadores de las tareas rurales. “Cuando tiene que ir a trabajar, no le puede dejar los chicos a nadie. No hay cuidadores, ni niñeras”, agregó.
Ante esta situación, lo común suele ser que los chicos se quedan jugando en el ambiente donde los adultos están trabajando. “Mientras están jugando, los chicos se meten por todos lados y el que está trabajando no está pendiente 100 % respecto de dónde están los chicos, porque está trabajando”, señaló.
En este sentido, mencionó que se trata de un contexto difícil para los productores, por lo que es determinante el apoyo que se les pueda dar. Por este motivo, habló de brindarles capacitación e información preventiva.
En este sentido, los niños suelen jugar en lugares riesgosos, pero que les parecen divertidos. Puede ser un silo, una tolva, un tractor, una cosechadora, un caballo, un tanque australiano, entre otros espacios.
“Hicimos un relevamiento durante tres años sobre cuáles fueron las situaciones más frecuentes en las que fallecieron los chicos y los ahogamientos está en el primer lugar. Hasta un bebedero de animales para un nene chiquito puede ser fatal”, contó.
La segunda causa más frecuente fueron accidentes con maquinaria. Caídas de tractores o carros, atrapamientos, entre otros. En tercer lugar, están los accidentes con animales, principalmente caídas o patadas de caballos.
Recomendaciones para los adultos
En primer lugar, sugirió que no hubiera niños presentes en lugares donde hay máquinas trabajando. También mencionó la necesidad de tener a una persona que tenga contacto visual permanente con los chicos y que esté exclusivamente a cargo de su cuidado.
“Hay una falsa creencia de que en el campo por ser campo nunca pasa nada. Y no es así”, contó.
Al mismo tiempo, comentó que los adultos deberían explicarles a los chicos los riesgos que hay en el campo. “Hay estudios que demuestran que los chicos que se criaron en ámbitos rurales tienen una mayor capacidad para un montón de cosas que los chicos de ciudad tienen un estilo de vida más sedentario condicionado por la inseguridad, sumado a las horas que pasan delante de las pantallas. El campo es el mejor lugar para que un chico pueda crecer y desarrollarse, pero a la vez tenemos que tener presente que tiene sus riesgos como cualquier otro lugar”, concluyó.