
Por el Prof. Luis Darío Nagore – Ex Director de la Escuela Técnica “Gral. Savio” de Saladillo
En 1993, durante el gobierno peronista del Dr. Carlos S. Menem (que “ahora” algunos peronistas dicen que no era de esa ideología), el Congreso aprobó la Ley de Educación Federal, creando la Educación General Básica (EGB), obligatoria de 9 años, lo que sería actualmente el período de los 6 años de la Primaria y los tres primeros años de la Educación Secundaria. Aprobado ese ciclo, continuaría por otros 3 años el Polimodal, con distintas orientaciones y “no obligatorio”.
La Educación Técnica dejó de existir. Para contener de alguna forma a la vertiente del cuerpo de profesores y padres que simpatizaban con este tipo de educación, se crearon entonces los Talleres Técnicos Profesionales (TTP), acompañando al nivel Polimodal, y más tarde la provincia de Buenos Aires inventó los Talleres Pre Profesionales para alumnos que cursaban el tercer ciclo de la EGB en las Escuelas Técnicas. Ciclo que se dictaron en las escuelas secundarias, mayoritariamente, y que debieron absorber el 7° grado tradicional de la anterior Ley de Educación. Allí, en gran parte, estuvo el
crecimiento en matrícula de algunas escuelas.
En 2006, durante el gobierno peronista del Dr. Néstor C. Kirchner (que “ahora” algunos peronistas dicen que no era de esa ideología), el Congreso aprobó la Ley de Educación Nacional N 26206, retrotrayendo de alguna manera a la vieja estructura, conteniendo Educación Inicial, Primaria y Secundaria, siendo todos los ciclos obligatorios.
Además, esta ley reconocía como una modalidad a la Educación Técnica Profesional incorporando un año más al ciclo de Secundaria en esta modalidad.
En 2005, había sido promulgada la Ley de Educación Técnica Profesional (26058), especial para centros educativos vinculados con la tecnología, como las Escuelas Técnicas, Centros de Formación, Institutos Superiores de Formación Técnica y Facultades de Ingeniería, entre otras.
Esta última Ley, en su Artículo 52, definía la creación del Fondo Nacional para la Educación Técnica Profesional, el que se financiaría con un monto anual que no podrá ser inferior al 0,2% del total de los ingresos corrientes previstos en el presupuesto anual consolidado para el sector público nacional.
Estos recursos permitieron que las Escuelas Técnicas se reequiparan tecnológicamente y se accediera a la compra de insumos para la enseñanza, imprescindible para este tipo de educación.
Claro, seguramente la falta de control y fiscalización por parte de la Provincia, que de alguna manera propicia la corrupción, habrá hecho que algunos establecimientos recibieran los fondos para adquisiciones de equipos, dispositivos e insumos, pero que ellos nunca llegaran a los establecimientos; obviamente, en detrimento de la calidad de la educación.
Esta ley se vino cumpliendo durante el primer gobierno de Cristina Fernández; disminuyó durante el segundo mandato y pasó a valores casi insignificantes en el gobierno del Ing. Mauricio Macri. Inclusive, la Provincia de Buenos Aires, el 29 de diciembre de 2017, y mediante la Resolución N°2378/17, decidió disolver la Unidad Ejecutora Provincial (UEP), que administraba el dinero destinado a las instituciones educativas.
Anecdóticamente, a la Escuela Técnica de Saladillo le quedaron sin ejecutar una cifra cercana al $1.500.000, que en 2017 representaban alrededor de U$S 80.000, cotizándose el dólar a 18.47 pesos por dólar al 29 de diciembre de 2017, fecha de cierre de la Unidad Ejecutora.
Pese a los reclamos hechos por la vía formal correspondiente y los hechos personalmente por autoridades distritales de ese momento, no hubo respuesta favorable.
Podríamos aseverar que el gobierno de Cambiemos no tuvo tampoco interés en la Educación Técnica.
La Educación Técnica en nuestras ciudades, en mi opinión, es generadora de pymes, mientras que, en ciudades con grandes industrias localizadas, es generadora de mano de obra, a veces ni siquiera calificadas.
El lunes, el presidente Javier Milei presentó el proyecto del presupuesto 2026, en el que se observó la derogación del artículo 52 de la Ley de Educación Técnico Profesional N°26.058, que establece la creación del Fondo Nacional para la Educación Técnico Profesional.
Sin estos fondos, las Escuelas Técnicas morirán de inanición. No es posible una Educación Técnica sin fondos, por más eficientes que sean las cooperadoras o los aportes escasos que aporta la Provincia.
De esta manera, sepan los políticos que adhieren a los postulados de la LLA, que esto terminará con los logros de la Educación Técnica, que existen les guste o no les guste.
En parte, sin educación de este tipo, el interés de los jóvenes por la tecnología y la ciencia decrece.
¿Se han ocupado ustedes de ver cuántos estudiantes egresados de escuelas técnicas continúan sus estudios superiores en facultades de ciencia y tecnología, y cuántos son en estas facultades, aquellos que ingresan proviniendo de otro tipo de formación secundaria?
Esto hace al desarrollo del país. No se llenen la boca con palabras dulces; parece ser que la gente está sufriendo bastante diabetes. Y si no, fíjense que un 35% de la población local no los votó.
Si la Educación Técnica desparece, será porque ustedes no la consideran importante o no hicieron lo necesario para mantenerlas. ¿Luego de eso vendrá nuevamente la EGB y el Polimodal?