La actividad creció 0,7% frente a julio y 5,5% interanual, con industria, comercio y minería como motores. Mientras tanto, la agricultura y la ganadería otra vez fueron la excepción: caída del 2,2% en el mes.
Después de un invierno económico con caídas consecutivas, en agosto llegó algo de alivio: la actividad repuntó 0,7% en la comparación mensual y 5,5% interanual, el mejor registro en meses según el Índice General de Actividad (IGA) elaborado por Orlando Ferreres & Asociados. En el acumulado de los primeros ocho meses de 2025, el nivel de actividad marca un avance del 5,8% respecto al mismo período del año pasado.
Los sectores que explicaron el repunte fueron la intermediación financiera, el comercio mayorista, la industria manufacturera y minas y canteras, con la producción automotriz, aceitera y petrolera entre los principales impulsores. Sin embargo, la foto no es pareja: mientras algunos sectores festejan, el agro argentino volvió a quedar en rojo.

En agosto, la agricultura y ganadería registraron una caída de 2,2% interanual, con bajas tanto en la producción agrícola (-2,1%) como en la ganadera (-2,3%). En lo que va del año, acumulan un retroceso de 2,3%, confirmando que el campo sigue aportando divisas y sosteniendo al fisco con retenciones, pero sin aparecer en la lista de los grandes beneficiados del repunte económico.
Otros rubros mostraron contrastes: la industria manufacturera creció 1,7% interanual y logró recuperarse de las bajas de junio y julio, mientras que el sector de electricidad, gas y agua se desplomó 4,7% interanual, golpeado por la menor demanda residencial. En tanto, minas y canteras continúa siendo de los más dinámicos, con una expansión del 4,9% interanual en agosto y 8% acumulado en lo que va del año.

Pese a los números positivos, el informe advierte que la economía sigue atada a la incertidumbre política y cambiaria, con la mirada puesta en las elecciones de octubre. El respaldo internacional ayudó a calmar momentáneamente a los mercados, pero los analistas remarcan que el escenario de crecimiento aún es frágil.
En síntesis, agosto mostró un rebote que da aire al Gobierno, pero que vuelve a dejar en claro la paradoja de siempre: la Argentina crece con el campo en baja, mientras el agro, entre sequías, precios volátiles y presión impositiva, sigue siendo el gran sostén invisible de la economía.