El Senado debatirá un proyecto que impulsa un nuevo marco para los biocombustibles, con mayores cortes de biodiésel y bioetanol. El sector presiona para que se apruebe antes de fin de año.
La agenda de desarrollo agroindustrial argentina tiene esta semana una parada decisiva en el Congreso. Este miércoles por la tarde, la Comisión de Minería, Energía y Combustibles del Senado se reunirá para analizar dos proyectos de ley orientados a actualizar el marco de promoción de los biocombustibles, un sector que fue pionero en el país durante los 2000, pero que perdió dinamismo y competitividad en los últimos años.
La cita es clave: según fuentes legislativas, es la última oportunidad del año para que la iniciativa obtenga dictamen y llegue al recinto antes del cierre del período ordinario. En caso contrario, el debate quedaría postergado a 2026, con riesgo de paralizar inversiones millonarias en plantas de bioetanol y biodiésel que hoy están detenidas por falta de previsibilidad regulatoria.
El proyecto central en discusión es el 1495/24, impulsado por la senadora cordobesa Alejandra Vigo y respaldado por la Liga Bioenergética, que agrupa a las provincias de Catamarca, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Misiones, Salta, Santa Fe y Tucumán. También cuenta con el apoyo de la Unión Industrial Argentina (UIA), el Centro Azucarero Argentino y la Cámara de Bioetanol de Maíz, entre otras entidades productivas.

El texto propone duplicar el corte obligatorio de biodiésel en gasoil, pasando del 7,5% actual al 15% en tres años, y elevar el bioetanol en naftas del 12% al 15%. Además, abre la posibilidad de que el sector privado amplíe los porcentajes de mezcla si el mercado así lo requiere, dentro de un esquema desregulado y competitivo.
El sector privado sostiene que una ley moderna permitiría reactivar inversiones paralizadas y generar empleo en el interior, especialmente en Santa Fe, Córdoba y Tucumán. «Si no se aprueba este año, la pérdida de valor será irreversible«, advirtieron desde la Liga Bioenergética, que reclama una integración efectiva entre agro y energía.
Mientras tanto, Estados Unidos y Brasil profundizan sus estrategias bioenergéticas. En el primer caso, el aceite de soja ya se consolidó como insumo energético clave por su uso en biodiésel e hidrotratado (HVO). En el segundo, el boom del bioetanol de maíz sostiene los precios internos del cereal y diversifica su matriz exportadora.
La Argentina, que alguna vez fue referente regional, hoy se encuentra rezagada. La falta de un marco estable y los vaivenes políticos han frenado el crecimiento de un sector que combina valor agregado, empleo federal y reducción de emisiones.
Cortes actuales y propuestos
Biocombustible | Corte actual (%) | Propuesta de corte (%) | Plazo |
---|---|---|---|
Biodiésel (gasoil) | 7,5 | 15 | 3 años |
Bioetanol (naftas) | 12 | 15 | 3 años |
El debate en el Senado será una prueba política y productiva. Si el proyecto logra dictamen, marcaría una señal positiva para el agro, la industria y la transición energética del país, que busca recuperar su liderazgo bioenergético en la región.