En las elecciones legislativas, La Libertad Avanza obtuvo hasta el 60% de los votos en zonas agroproductivas, incluso en municipios bonaerenses afectados por las inundaciones.
El contundente triunfo de La Libertad Avanza (LLA) en las elecciones legislativas nacionales dejó una señal política clara: el campo volvió a respaldar a Javier Milei. Con niveles de adhesión que llegaron al 60% en algunos distritos de la región pampeana, el voto rural consolidó el dominio violeta en el centro productivo del país, incluso en localidades atravesadas por las inundaciones.
Aunque el peso electoral del interior agropecuario es menor en comparación con las zonas urbanas, el comportamiento de los votantes rurales fue decisivo para ampliar la ventaja del oficialismo. En la provincia de Buenos Aires, donde el mapa político se había mantenido dividido en los últimos comicios, LLA sorprendió al imponerse sobre Fuerza Patria (FP) -la nueva denominación del kirchnerismo- en la mayoría de los municipios productivos.

El resultado fue contundente: solo 14 de los más de 100 partidos bonaerenses ligados al agro quedaron fuera del dominio libertario. En varios casos, la victoria se dio en distritos afectados por inundaciones, lo que desactivó el argumento del oficialismo provincial de culpar al Gobierno nacional por las obras hídricas pendientes.
En 9 de Julio, Milei obtuvo 53,7% de los votos frente al 28,7% de FP; en 25 de Mayo, 50,8% contra 31,5%; y en Carlos Casares, 53,5% contra 32,8%. Todos ellos son distritos bajo anegamiento, donde el discurso de la responsabilidad hídrica provincial no logró impacto.
El voto agrario también mostró fuerza en el sudoeste bonaerense, con picos de adhesión como 61,6% en Coronel Rosales, 58,7% en Villarino, 58,2% en Puan y 57,9% en Saavedra. El apoyo fue igualmente alto en Balcarce, Coronel Pringles, San Cayetano, Adolfo Alsina, Dorrego, Saladillo y Bahía Blanca, donde los porcentajes superaron el 54%.

En la región centro, el fenómeno se repitió. En Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, la Libertad Avanza ganó en la mayoría de los departamentos rurales, desplazando a Provincias Unidas, el frente liderado por Juan Schiaretti y Maximiliano Pullaro, que intentó capitalizar el voto agrario con un discurso anti retenciones. Sin embargo, el resultado demostró que la identidad libertaria logró captar de manera más efectiva el descontento del sector.
En Córdoba, el departamento Río Segundo lideró el apoyo a Milei con 45% de los votos, seguido por Totoral (44,7%) y Marcos Juárez (44,2%). Solo en el norte y noroeste provincial -zonas con menor peso agropecuario- LLA no logró imponerse.
En Santa Fe, de los 19 departamentos, Milei ganó en 16, dejando apenas tres para Provincias Unidas (San Javier, Garay y Vera). En las regiones agrícolas de Las Colonias y Castellanos, el apoyo alcanzó el 52% y 50%, respectivamente.

En Entre Ríos, el dominio fue aún mayor: solo Islas del Ibicuy y Feliciano escaparon al avance libertario. En el resto, el apoyo fue masivo, con un pico del 62,6% en Diamante, el porcentaje más alto de toda la región pampeana.
El voto del agro también se expresó en San Luis, donde en el departamento Pedernera -zona agrícola por excelencia- LLA alcanzó el 57% del electorado.
El resultado consolidó un mensaje político: el campo argentino reafirmó su respaldo a Javier Milei. Aun con sus tensiones internas, el sector rural interpretó al oficialismo libertario como la opción más cercana a su reclamo histórico de menos impuestos, menos retenciones y mayor libertad económica.
En un escenario atravesado por dificultades climáticas y tensiones productivas, el voto del campo no fue un gesto simbólico, sino una ratificación electoral de un modelo político con base productiva y federal, que volvió a teñir de violeta el corazón agrícola del país.

