Tras el récord de septiembre, el ingreso de divisas del complejo agroexportador cayó abruptamente en octubre. La suspensión temporal de retenciones cambió los tiempos de liquidación y dejó al mercado con un mes más flojo de lo previsto, aunque el balance anual sigue en alza.
El ingreso de dólares de la agroexportación pegó un frenazo histórico en octubre: según la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), las empresas del complejo granario liquidaron US$1.117 millones, lo que implica una merma del 56% interanual frente a octubre de 2024 y, sobre todo, una caída del 84% respecto de septiembre. El dato confirma lo que el mercado venía descontando: septiembre funcionó como «mes aspiradora» por el régimen especial que suspendió temporalmente las retenciones y adelantó ventas y cobros que hubiesen ingresado en octubre.
En números, el contraste es contundente. Septiembre había cerrado con US$7.107 millones, uno de los mejores registros mensuales de la historia, impulsado por el decreto 682/2025 que habilitó por 72 horas la alícuota cero hasta alcanzar un cupo de US$7.000 millones. La ventana se cerró rápidamente por el flujo extraordinario que generó: exportadores anticiparon liquidaciones y embarques para capturar el beneficio. Octubre quedó, así, con un arrastre negativo y una foto de bajo nivel de ingreso de divisas.

A lo largo del año, el flujo total de divisas muestra un crecimiento sostenido cercano al 40% frente al mismo período del año pasado.
Aun con el bache mensual, el acumulado de enero a octubre muestra otro perfil: US$29.564 millones, un alza del 40% respecto de igual período de 2024. Desde Ciara-CEC, que preside Gustavo Idígoras, explicaron que el desempeño de octubre «es el resultado del anticipo de divisas en septiembre» derivado de la suspensión temporal de los derechos de exportación. La cámara recordó, además, que el ingreso mensual de divisas, al transformarse en pesos, permite sostener la compra de granos a los productores «al mejor precio posible» y que la liquidación está atado a la adquisición de mercadería para su exportación en grano o procesada.
Del lado de las proyecciones, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) puso un marco a lo que podría ocurrir en el último tramo del año. Según sus cálculos, el sector aportaría US$3.900 millones entre octubre y diciembre, por debajo del promedio de los últimos cinco años para esos meses y cerca de los mínimos del último lustro. El diagnóstico de la entidad santafesina es similar: la eliminación temporaria de retenciones a fines de septiembre duplicó el promedio histórico de liquidación para ese mes (unos US$3.500 millones) y dejó un menor caudal para los meses siguientes.
La BCR también sumó una foto integral del año: la agroindustria habría contribuido con US$30.600 millones en el Mercado Libre de Cambios (MLC) y otros US$1.550 millones vía dólares financieros durante la vigencia del denominado «dólar blend». Así, el aporte total del agro en materia de divisas se ubicaría por encima de US$32.150 millones, superando todo lo aportado en 2024 (US$30.570 millones) entre MLC y CCL.

Según la Bolsa de Comercio de Rosario, el aporte total del agro en divisas ya supera los US$32.150 millones, ubicándose por encima de todo lo ingresado en 2024 -unos US$30.570 millones– al considerar tanto el Mercado Libre de Cambios (MLC) como el dólar financiero (CCL).
Para el ** Gobierno**, el dato mixto –bache de octubre pero acumulado robusto– trae un doble desafío. En el corto plazo, administrar la estacionalidad que dejó el adelantamiento de septiembre y suavizar el flujo para sostener la oferta de divisas. En el mediano plazo, consolidar reglas previsibles sobre retenciones y tipos de cambio que eviten bolsones de arbitraje y picos de front-running regulatorio. La brecha cambiaria, la logística (costos de flete interno y portuario) y la competencia regional siguen siendo variables que inciden en la decisión de venta del productor y en el timing de liquidación del exportador.
En el campo, la lectura es pragmática: septiembre ofreció una ventana de precio neto poco frecuente y el sistema descargó allí su volumen; octubre reflejó la resaca. Hacia adelante, la campaña gruesa y la dinámica de embarques marcarán la curva de ingresos, con foco en soja, maíz y subproductos. La clave, advierten operadores, será evitar zigzags normativos que disparen comportamientos defensivos y adelantos masivos: la previsibilidad ordena el cash flow de toda la cadena.
En síntesis, octubre duele en la serie mensual, pero no rompe la tendencia de un año mejor en divisas para el agro. La foto muestra un pozo; la película, todavía, suma. El balance final dependerá de cómo llegue la oferta de granos a los puertos y de qué señales emita la política económica para normalizar el patrón de liquidación en el último bimestre.

