El último informe de la Oficina de Riesgo Agropecuario muestra una lenta recuperación en la provincia, aunque más de 4 millones de hectáreas siguen fuera del circuito productivo. Al mismo tiempo, la falta de lluvias comienza a preocupar en el centro y norte del país.
La situación hídrica de la provincia de Buenos Aires muestra una leve mejora tras semanas de intensas inundaciones, pero el panorama sigue siendo delicado. De acuerdo con el informe de la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) correspondiente a la semana del 27 de octubre al 2 de noviembre, la provincia todavía mantiene más de 4 millones de hectáreas improductivas, y de ese total, unas 900 mil hectáreas permanecen directamente bajo agua.
Durante los últimos días, la falta de lluvias permitió que algunos suelos con excesos hídricos pasaran a condiciones más estables, especialmente en el centro y este bonaerense, donde se observan reservas de agua «adecuadas a óptimas». Sin embargo, la recuperación es parcial: las zonas más comprometidas del oeste y sudoeste aún continúan anegadas y fuera del circuito productivo. Si el clima acompaña y no se registran nuevas precipitaciones importantes en los próximos días, la superficie afectada podría reducirse de manera gradual.

El contraste se da en otras regiones del país, donde el problema comienza a invertirse. La falta de lluvias empezó a impactar en La Pampa, el centro y oeste de Córdoba y el oeste de Santiago del Estero, áreas que presentan reservas «regulares a escasas» e incluso sectores ya en situación de sequía incipiente. En provincias del Litoral, como Corrientes, Santa Fe y Entre Ríos, también se detectó un secamiento del perfil del suelo por la escasa actividad pluvial de la última semana.
El relevamiento de la ORA confirma que no se registraron grandes acumulados de lluvia en la mayor parte del país, con la excepción de Iguazú (Misiones), donde se midieron 238 milímetros. A su vez, las temperaturas medias se mantuvieron por debajo de lo normal, y se reportaron heladas agronómicas y meteorológicas en provincias del centro como Buenos Aires, La Pampa, Mendoza y San Luis, un fenómeno poco habitual para esta época del año que podría complicar el arranque de los cultivos de verano.

El pronóstico trimestral del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) no trae buenas noticias para las zonas que hoy se mantienen fuera del agua. Según el organismo, hay una mayor probabilidad de lluvias inferiores a lo normal en gran parte del centro y norte argentino, incluyendo Buenos Aires, La Pampa, Córdoba, Santa Fe y el Litoral. Este escenario podría dar paso a un nuevo período de déficit hídrico, con consecuencias productivas si el patrón seco se prolonga hacia el inicio del verano.
En resumen, mientras la provincia de Buenos Aires empieza a recuperarse lentamente tras meses de anegamientos que dejaron miles de hectáreas fuera de producción, el foco de preocupación se desplaza hacia el centro y norte del país, donde la sequía amenaza con instalarse nuevamente. En el agro argentino, la preocupación es doble: el agua que sobra en el sur y la que falta en el resto del territorio vuelven a marcar el pulso de una campaña que se juega entre extremos.

