Investigadores lograron validar una estrategia diagnóstica que combina la prueba tradicional con un test serológico y mejora la detección de animales infectados. El hallazgo podría acelerar la erradicación de la enfermedad en los rodeos lecheros.
La tuberculosis bovina, una de las enfermedades históricamente más desafiantes para el sector lechero, podría estar más cerca de un control efectivo en la Argentina. Un equipo del INTA, en articulación con el sistema científico nacional, presentó resultados que respaldan la incorporación de la prueba ELISA como complemento al diagnóstico clásico con tuberculina, una mejora que permitiría identificar animales que hoy pasan inadvertidos y que sostienen la circulación del agente causal en los rodeos.
El trabajo, desarrollado durante más de cinco años en tambos de la cuenca santafesina, evaluó diferentes estrategias de muestreo para determinar si la combinación de ambas pruebas aumentaba la capacidad de detección. El procedimiento incluyó la aplicación de la tuberculina en el pliegue caudal (CFT) y, en animales negativos, la realización del ELISA para anticuerpos específicos frente a Mycobacterium bovis.
Los resultados fueron claros: la incorporación del test serológico permitió detectar animales infectados en etapas avanzadas, aquellos que ya no reaccionan a la prueba tradicional y que actúan como reservorios silenciosos dentro del rodeo. En ambas estrategias de trabajo -muestreos anuales o ciclos intensivos dentro de un mismo año- los investigadores observaron una disminución significativa de los positivos al ELISA hacia el tercer muestreo, señal de que la circulación bacteriana puede reducirse con un seguimiento sostenido.
Uno de los aportes más relevantes fue la caracterización de los perfiles inmunológicos. Mientras los positivos a CFT suelen ser vacas más jóvenes, las reactivas en ELISA pertenecen a rodeos de mayor edad, con tres o más lactancias. Este comportamiento responde a la evolución natural de la respuesta inmune: a medida que progresa la infección, el animal pasa de una respuesta celular -detectada por CFT- a una humoral -detectable por ELISA-.
El programa nacional de control de tuberculosis bovina, basado principalmente en la prueba de CFT y el sacrificio de animales positivos, logró avances en los últimos años. Pero la persistencia de brotes en algunos establecimientos generaba dudas sobre la capacidad de erradicación. Al sumar evidencia local, el estudio del INTA aporta una herramienta concreta para robustecer el sistema y acelerar su impacto, siempre acompañada por bioseguridad, trazabilidad y manejo adecuado en cada establecimiento.

Según los especialistas, la clave será adaptar las estrategias a las dinámicas de cada tambo y combinar diagnóstico mejorado con medidas sanitarias integrales. El avance se inscribe en un contexto donde la sanidad animal es determinante para la competitividad de la lechería argentina y para garantizar estándares crecientes de inocuidad en los sistemas productivos.
La investigación será presentada en la IV Jornada de Actualización en Salud Animal, el 14 de noviembre en INTA Rafaela, con transmisión abierta vía streaming. Para los especialistas, estos resultados constituyen un paso firme hacia un objetivo largamente buscado: la erradicación de la tuberculosis bovina en la Argentina.

