Agrolatam Agricultura Sanidad vegetal Agricultura Miércoles, 19 de noviembre de 2025 Sanidad vegetal: nuevos sistemas de predicción del INTA ayudan a anticipar la fusariosis y proteger la calidad del trigo

Especialistas del INTA desarrollaron modelos de pronóstico para detectar fusariosis y micotoxinas, herramientas clave para productores e industrias que buscan reducir riesgos en un contexto de alta variabilidad climática.

La fusariosis de la espiga de trigo (FET) continúa siendo una de las enfermedades fúngicas más perjudiciales para la producción triguera argentina, con impacto directo en rendimiento, calidad comercial y riesgo sanitario. Frente a este desafío, especialistas del INTA avanzaron en el diseño de sistemas de predicción basados en modelización, que permiten anticipar el desarrollo de la enfermedad y de la micotoxina asociada, el DON (deoxinivalenol).

Según explicó Natalia Gattinoni, del Instituto de Clima y Agua del INTA, la severa epifitia de la campaña 2012/13 estuvo asociada a condiciones neutrales del ENOS, combinadas con lluvias intensas al final del invierno y principios de primavera, junto a altos niveles de humedad en el suelo. Estos patrones llevaron a investigar a fondo la vinculación entre clima y enfermedad.

Una espiga sana y otra afectada por fusariosis: el hongo provoca blanqueamiento prematuro, pérdida de calidad y riesgo de micotoxinas como DON.

Una espiga sana y otra afectada por fusariosis: el hongo provoca blanqueamiento prematuro, pérdida de calidad y riesgo de micotoxinas como DON.

Por su parte, Malvina Martínez, también especialista del INTA, detalló que en el norte de la región pampeana la mayoría de los brotes severos se registraron bajo fase neutral del ENOS, mientras que en el sur la relación fue más fuerte con eventos El Niño. Además, los estudios revelaron la influencia de otras variables, como el Modo Anular del Sur (SAM), reforzando la importancia del monitoreo climático continuo.

Estos análisis permitieron desarrollar modelos predictivos para la enfermedad y para el nivel de micotoxinas. «La alta dependencia de la fusariosis a las condiciones meteorológicas nos permitió diseñar sistemas de pronóstico que ayudan a productores e industriales a anticiparse y tomar mejores decisiones«, explicó Martínez.

El INTA pone a disposición herramientas accesibles a través de la plataforma Agrometeorología INTA, donde los usuarios pueden consultar el Índice de Fusarium en tiempo real, seleccionar estaciones meteorológicas y definir el período susceptible. Estos datos también se encuentran en Argentina.gob.ar/inta.

Mapa del Índice de Fusarium del INTA: los modelos de predicción permiten monitorear en tiempo real el riesgo de enfermedad durante el período susceptible del trigo.

Mapa del Índice de Fusarium del INTA: los modelos de predicción permiten monitorear en tiempo real el riesgo de enfermedad durante el período susceptible del trigo.

De acuerdo con Martínez, esta información cumple un doble rol clave:

  • Ajustar el momento de aplicación de fungicidas o controles químicos.

  • Ofrecer mapas de distribución de la enfermedad previo a la cosecha, facilitando la gestión de partidas que ingresan a molinos y plantas procesadoras.

El fitopatólogo Enrique Alberione, del INTA Marcos Juárez, sostuvo que la FET «es una enfermedad floral que inicia en las anteras y cuya severidad depende de múltiples infecciones durante el período susceptible». Los síntomas incluyen blanqueamiento prematuro de espigas, esporas anaranjadas o rosadas, menor peso hectolítrico, pérdida de vigor, menor calidad proteica y presencia de micotoxinas.

La síntesis de micotoxinas -en particular el DON, perjudicial para salud humana y animal– agrava la situación y compromete el valor comercial del grano y de sus subproductos. La severidad final se define por repetidos episodios de inoculación durante la etapa crítica, lo que puede derivar en pérdidas significativas de rendimiento y calidad.

 

Alberione destacó que «un modelo predictivo del Fusarium y del DON significa darle al productor y a la industria una herramienta de gestión basada en ciencia, que permite reducir riesgos y mejorar la competitividad en un escenario donde la variabilidad climática es cada vez más determinante».

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