La nueva perspectiva agroclimática muestra una combinación inusual de calor extremo, precipitaciones desparejas y heladas puntuales que obligan a ajustar decisiones en plena campaña.
La Perspectiva Agroclimática Semanal de la Bolsa de Cereales, correspondiente al período 27 de noviembre al 3 de diciembre de 2025, describe un escenario marcado por contrastes bruscos que vuelven a poner al productor argentino frente a un desafío de manejo más fino que nunca. El informe anticipa que la semana comenzará dominada por vientos del trópico, responsables de llevar las temperaturas a niveles superiores a lo normal en la mayor parte del área agrícola nacional, con focos que alcanzan y superan los 40°C sobre el extremo norte, particularmente en el este del NOA, el este de Cuyo, gran parte de la Mesopotamia y el norte de la Región Pampeana. Sólo la franja costera atlántica se mantendría dentro de rangos normales para la época.
En este contexto, la llegada del frente de tormenta será tan esperada como irregular: la Bolsa advierte que su comportamiento será altamente diferencial, con acumulados moderados a muy abundantes en áreas puntuales, mientras que buena parte del centro del país volverá a recibir aportes escasos o directamente nulos. Según el informe, sectores del NOA, el sudeste del Chaco, el oeste de Corrientes, el noreste de Santa Fe y el sur de la provincia de Buenos Aires podrían registrar precipitaciones que superen los 100 mm, en un marco donde otras zonas apenas superarán los 3 mm semanales. Esta disparidad se suma a la ya marcada irregularidad hídrica de octubre y noviembre, y condiciona tanto la implantación como el desarrollo temprano de soja y maíz de primera.

Pero el cambio más disruptivo llegará detrás del frente: el ingreso de vientos del sur provocará un descenso térmico de magnitud, generando un riesgo de heladas completamente atípico para fines de noviembre. El documento señala que podrían registrarse heladas localizadas y meteorológicas en zonas serranas y cordilleranas del Oeste, así como heladas agronómicas en las serranías bonaerenses y en el este de Uruguay, con mínimas previstas entre 0 y 5°C en esas áreas. Buena parte de la Región Pampeana, el sur de Corrientes y el Uruguay también verán temperaturas mínimas de entre 5 y 10°C, condiciones capaces de generar estrés térmico en cereales de invierno que ingresan en etapas sensibles.
Sobre el final de la perspectiva, volverán a imponerse los vientos del trópico, con un rápido aumento térmico que devolverá al país a un escenario cálido, aunque sin descartar nuevas oscilaciones abruptas. Este comportamiento errático se repite también en Brasil, donde el informe regional indica que la mayor parte de su área agrícola experimentará temperaturas mayores a 35°C, con focos por encima de los 40°C en el sur del Cerrado, mientras las lluvias continúan activándose de manera vigorosa pero muy irregular. El país vecino también sufrirá un episodio de aire polar tardío sobre la Región Sur, con mínimas por debajo de los 10°C, un fenómeno absolutamente extemporáneo para esta época del año.
El panorama, tanto en Argentina como en la región, confirma que la campaña 2025/26 estará fuertemente condicionada por una atmósfera extremadamente variable. Entre el exceso térmico, la falta de homogeneidad en las lluvias y la posibilidad de heladas fuera de calendario, los productores deberán reforzar el monitoreo lote a lote y ajustar la logística de siembra, fertilización y control sanitario de acuerdo con las ventanas climáticas que deje cada zona. En un mercado global cada vez más dependiente de la estabilidad productiva del Cono Sur, cada milímetro y cada grado representan un componente crítico de la competitividad agrícola.

