La Patagonia en alerta: monitoreo urgente por la expansión de la tucura sapo

Con nuevos brotes en Río Negro, Chubut y Santa Cruz, especialistas alertan que el monitoreo temprano es clave para evitar daños en pasturas y cultivos.

La tucura sapo (Bufonacris claraziana) volvió a encender las alarmas en la Patagonia. Con brotes activos y densidades que ya superan los niveles críticos en varias regiones del sur del país, especialistas del Senasa, el INTA, el Conicet, gobiernos provinciales y productores conformaron la Mesa Patagónica por Tucuras, desde donde impulsan un mensaje claro: sin detección temprana y manejo integrado, el impacto sobre pastizales, forrajes y cultivos puede ser severo.

Se trata de una especie endémica, presente en Río Negro, Chubut y Santa Cruz, que a diferencia de otras tucuras es áptera -no tiene alas- y se desplaza caminando o saltando. Aunque es inofensiva para las personas, se convierte en plaga cuando supera densidades de 10 a 15 individuos por metro cuadrado. En los últimos meses, los registros de campo revelan cifras muy superiores.

Según el relevamiento más reciente, Río Negro detectó nacimientos cerca del paralelo 42, con 20 a 30 individuos por m² en la zona de Llama Niyeu. En Chubut, los focos en Cushamen, Tehuelches y Telsen mostraron densidades de 70 a 80 tucuras por m², mientras que en Santa Cruz, los brotes más importantes se registraron en el Departamento Lago Buenos Aires, especialmente en Bajo Caracoles.

La Patagonia en alerta: monitoreo urgente por la expansión de la tucura sapo

La investigadora del Conicet-INTA BarilocheValeria Fernández Arhex, explica que estos estallidos suelen repetirse cada tres años, aunque aún no se conocen del todo las causas. En picos poblacionales, las invasiones pueden superar los 150 individuos por m², ocasionando daños en pasturas naturales, pastizales de la estepa y cultivos hortícolas, impactando sobre todo en pequeños productores y comunidades rurales.

Los adultos miden hasta cinco centímetros, con coloración oscura. Su ciclo inicia bajo tierra, donde los huevos permanecen hasta que las ninfas emergen a fines del invierno o comienzos de la primavera. Altamente polífaga, la especie consume desde pasturas blandas hasta gramíneas duras, herbáceas de mallines y cultivos, desplazándose largas distancias en busca de alimento.

Monitoreo, la herramienta clave

La Mesa Patagónica por Tucuras elaboró una Guía de recomendaciones para el monitoreo y control. El eje principal es el seguimiento permanente en zonas donde hubo oviposiciones en temporadas previas. Como los huevos pueden permanecer uno o más años bajo el suelo, la vigilancia es central para anticiparse a los brotes.

«El fortalecimiento del monitoreo, la profundización del conocimiento bioecológico y la articulación entre instituciones y productores son pilares para construir sistemas productivos más resilientes», señaló Fernández Arhex.

Del control temprano al manejo integrado

Entre las herramientas disponibles se destacan los cebos tucuricidas elaborados con salvado de trigo como atrayente y un insecticida autorizado, recomendados para aplicar en primeros estadios ninfales, cuando los insectos son más vulnerables.
Los especialistas recuerdan que deben utilizarse solo productos aprobados por Senasa, respetar tiempos de carencia y aplicar Buenas Prácticas Agrícolas, junto con el uso de equipos de protección personal.

En Cushamen, una articulación entre el IFAB (INTA-Conicet), la Agencia INTA El MaiténSenasa, la Cooperativa Cosertec y productores de la Comunidad Mapuche-Tehuelche está desarrollando un dispositivo innovador: una aspiradora de insectos diseñada para capturar tucuras en viviendas y zonas cercanas a cursos de agua, contribuyendo al manejo comunitario de la plaga.

 

Las recomendaciones son unánimes: no se trata de eliminar la especie, que cumple un rol ecológico, sino de evitar daños productivos y ambientales. El desafío central es anticiparse. En un año con condiciones climáticas favorables para el desarrollo de la tucura sapo, la Patagonia enfrenta un escenario que exige monitoreo temprano, articulación institucional y participación activa de las comunidades rurales.

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