Inundaciones en la Cuenca del Salado: alivio parcial del Gobierno y bronca del campo por las obras pendientes

El Gobierno nacional confirmó el envío de $1.046 millones para municipios afectados por las inundaciones. Es solo una parte de los $1.900 millones anunciados y crece el reclamo por obras que siguen inconclusas.

El drama de las inundaciones en la cuenca del Río Salado, que afecta al noroeste y oeste de la provincia de Buenos Aires, volvió a quedar en el centro de la agenda agropecuaria. Esta vez, el foco está puesto en la confirmación oficial de que el Gobierno nacional efectivizó el envío de una parte de los fondos prometidos para asistir a los productores damnificados.

Según informó la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, se concretó la transferencia de $1.046 millones, una cifra que representa poco más de la mitad de los $1.900 millones anunciados en noviembre pasado. El envío se formalizó a través de la Resolución 250/2025, bajo la modalidad de Aportes No Reintegrables, en el marco de la Ley N° 26.509 de Emergencia Agropecuaria y mediante el Fondo Nacional para la Mitigación de Emergencias y Desastres Agropecuarios (FONEDA).

Inundaciones en la Cuenca del Salado: alivio parcial del Gobierno y bronca del campo por las obras pendientes

Los fondos fueron distribuidos entre los municipios de Laprida, Roque Pérez, Carlos Tejedor, Las Flores, Carlos Casares, General Guido, 25 de Mayo, Bolívar, Monte y 9 de Julio, distritos que vienen soportando desde hace meses el impacto productivo y económico de los anegamientos.

El anuncio reactiva una historia que los productores conocen demasiado bien. En noviembre, durante una recorrida por la zona, la entonces ministra de Seguridad Patricia Bullrich había prometido una asistencia total de $1.900 millones, con un mensaje enfocado en la emergencia social y productiva. Sin embargo, con el correr de los meses, el auxilio llegó de manera parcial y la incertidumbre sigue marcando el pulso en los campos inundados.

Mientras tanto, las entidades agropecuarias mantienen contacto directo con los municipios alcanzados por los fondos para seguir de cerca el destino del dinero y garantizar que la ayuda llegue efectivamente a los productores afectados. El clima es de cautela. «Mucha plata no es, pero todo sirve«, resumieron desde una de las organizaciones que monitorea la situación en la región.

Inundaciones en la Cuenca del Salado: alivio parcial del Gobierno y bronca del campo por las obras pendientes

Más allá del alivio financiero, el reclamo de fondo permanece intacto. Los productores insisten en la necesidad de obras hidráulicas estructurales, como canalizaciones, dragados y mantenimiento de la cuenca, que eviten que cada evento climático vuelva a convertirse en una emergencia. La falta de infraestructura adecuada y la eterna puja política entre Nación y Provincia siguen siendo, para el campo, parte del problema.

Con campos todavía comprometidos y pérdidas que se acumulan, el envío de fondos es leído como un gesto necesario pero insuficiente. En la cuenca del Salado, el mensaje se repite: sin planificación y obras concretas, la ayuda llega tarde y el agua siempre termina ganando.

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