“Una nueva Ley de Semillas generaría más empleo e inversiones”

Antonio Aracre, Director General de Syngenta, en su paso por Argentina Visión 2020/40, se refirió a los beneficios que traería para el país una nueva Ley de Semillas.

https://youtu.be/Okwtk9WC3rk

En el marco de Argentina Visión 2020/40, Antonio Aracre, Director General de Syngenta para Latinoamérica Sur participó del panel titulado: “Una mirada de empresarios y líderes distintos”.

Entre otros temas, en su disertación hizo gran hincapié sobre la necesidad de una nueva Ley de Semillas. En este sentido, ejemplificó: “Mientras que para usar Netflix estamos preparados y listos para tributar un costo, en materia de tecnología agropecuaria tenemos algunas dudas, hace quince años que nos debatimos tener una Ley de Semillas”

En diálogo con Agrofy News, señaló que para Syngenta una nueva Ley de Semillas tiene razones estratégicas, agronómicas y económico sociales.

No obstante, resaltó: “Las razones que más me inspiran son las económico sociales porque en virtud de una Ley de Semillas se crearían en todo el interior del país una nueva industria tanto para soja, trigo, tomate, legumbres, que hoy no existe porque el mercado abastece una muy pequeña proporción de lo que es el potencial de hectáreas que tiene hoy Argentina”.

Para Aracre se crearían por lo menos 100.000 puestos de trabajo y facilitaría inversiones por más de US$ 1.000 millones en maquinarias para el tratamiento de esas semillas. Al respecto, fue claro y contundente: “No creo que haya muchas oportunidades y sectores en Argentina que puedan generar este tamaño de nuevos empleos de calidad y de inversiones genuinas. No lo deberíamos dejar pasar de ninguna manera”.

Al ser consultado sobre cómo evalúan desde la compañía el impacto de la coyuntura económica financiera en el sector agroindustrial, Aracre, respondió: “Siempre los vaivenes macroeconómicos son preocupantes y todos queremos que Argentina se estabilice. Pero, no está siendo fácil, para bajar el déficit fiscal hay que tomar medidas muy duras y la sociedad está en un tope de resistencia”.

Si bien reconoció que la solución es compleja, consideran que el sector agroindustrial, como mayoritariamente tiene un producto exportable, cuyos precios se mueven con la devaluación y los clientes externos siguen necesitando alimentos de mayor calidad y más cantidad, quizás es el menos perjudicado por esta situación. En este sentido, resumió: ”No vemos que esta complejidad macroeconómica represente un bajón de mercado para nuestro sector”.  

 

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