Molino Cañuelas, la alimenticia de Aldo Navilli, está a pasos de convertirse en la nueva Vicentin porque sus acreedores llevan meses sin cobrar y no ven posible que un acuerdo privado les permita recuperar parte de la multimillonaria deuda.
En septiembre de 2018 los problemas financieros de Molino Cañuelas llevaron a la inauguración de un proceso de 25 meses de conversaciones con los bancos, que al mes de marzo de 2019 redundaron en el pedido de concurso por parte del Macro.
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