Más allá de que poco contribuyó la foto del presidente Alberto Fernández con activistas veganos, China habría perdido el interés en efectuar las megainversiones en granjas porcinas.

Para quienes estuvieron cerca de la negociación, el proyecto era viable y el interés de los inversores por llevarlo a cabo siempre existió. Partía de la necesidad que tenía China de abastecer su demanda futura de carne de cerdo desde otros destinos, debido a los efectos negativos que había causado la peste porcina africana en su producción doméstica.
Páginas: 1 2
