En un contexto donde el cultivo continúa perdiendo superficie, resulta fundamental tener en cuenta la oferta hídrica heterogénea para tomar medidas adaptativas y alcanzar buenos rendimientos.

En el marco de una alta variabilidad interanual, en cuanto a la disponibilidad hídrica en el suelo y la distribución de las lluvias durante la campaña agrícola, nuevamente se registra un fenómeno La Niña por segunda campaña consecutiva. Este fenómeno promueve una circulación atmosférica que es desfavorable para el régimen de precipitaciones, sobre todo en el centro y este del país. Un grupo de expertos del INTA analiza esta situación en el primer número de IDIA 21, la histórica revista sobre investigación y desarrollo agrobioindustrial que el INTA relanza.
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