Existe una honda preocupación por la falta de sustentación a la hora del ingreso de los equipos de cosecha. Esto se debe a que en buena parte del área agrícola de nuestro país, las precipitaciones promovieron la existencia de suelos “saturados” de humedad. A lo citado anteriormente se suma el inicio del otoño, estación húmeda de por sí.
Frente a esta anormal situación de trabajo, el principal objetivo será aumentar la flotabilidad y transitabilidad de los equipos de cosecha, reduciendo la presión específica (kg/cm2) de los neumáticos sobre el suelo, para lograr eso hay dos alternativas: 1) disminuir el peso de la cosechadora y 2) aumentar el ancho y el largo de pisada de su tren delantero y trasero.
Bajo éstos principios generales se confeccionó el Cuadro 1, que resume por “Clase” las cosechadoras en función de la potencia del motor, según su clasificación internacional (Bragachini, 2008), pero que también tiene directa relación respecto del peso ejercido sobre su eje delantero, cuando esta posee tolva llena y cabezal de corte incorporado. En función de ello se aconsejan diferentes configuraciones de rodados en sus ejes delanteros y traseros.
* Actualizado de Bragachini et al. 1993, que fuera confeccionado en oportunidad de una grave inundación acontecida en el área norte de la Prov. de Bs. As., sudeste de la Prov. de Córdoba y sur.
En cuanto al primer objetivo nombrado, referido a la utilización de cosechadoras de menor peso, una alternativa es utilizar máquinas Clase 3, que poseen sistema de trilla convencional y cuentan con motores de potencia menores a 180 hp. Pero su capacidad de trabajo es baja (hasta 3 ha/h) y debido a su obsolescencia tecnológica frente a elevados rendimientos, puede haber alta probabilidad de pérdidas por cosecha.
Otra alternativa de equipamiento con cosechadoras “livianas” son las de Clase 4 y 5, las cuales también poseen sistema de trilla convencional y su peso en el tren delantero no supera los 12.000 kg; pudiendo trabajar a un ritmo de 4 a 4,5 ha/h. En general las de Clase 5, son de mayor equipamiento y factibilidad de lograr una correcta regulación frente a elevados rendimientos. Pueden transitar aceptablemente con rodados duales radiales tipo “R1” en su tren delantero. Respecto del tren trasero, pueden utilizarse rodados cuyo diámetro bajo carga sean hasta 10 cm superior al provisto como estándar, sin mayores inconvenientes sobre su sistema de limpieza.
Lo ideal sería que las cosechadoras posean transmisión hidrostática 4×4 y al puente trasero se le coloque neumáticos duales, el interno tipo pala. Estas cosechadoras 4×4 con duales delanteros y traseros se constituyen en el equipamiento ideal en relación a la transitabilidad y flotabilidad para situaciones extremas.
Las cosechadoras Clase 6 y 7, son las más numerosas; la gran mayoría cuenta con sistema de trilla y separación axial, donde algunas están provistas con doble tracción (DT). A partir de estas categorías es que se hace necesario “aumentar el ancho y largo de pisada en ambos trenes”, para disminuir la presión específica sobre el suelo. Buena parte del éxito de esta campaña dependerá de lo bien equipadas se encuentren estas cosechadoras. Dado que cuentan con motores acorde a su capacidad de trabajo y mejor evolución tecnológica para adecuarse a buenos rendimientos, manteniendo una capacidad de trabajo de 5 a 5,5 ha/h. Podrán utilizarse rodados duales radiales tipo R2 (semi palas) en su tren delantero y trasero.
En caso de ser necesario y en especial en la Clase 7, puede colocarse un tercer rodado en el tándem, conformando el llamado “trial” (Fig.1a). Está cubierta será de un diámetro, por lo menos 10 cm inferior y su presión de inflado a la mitad de las duales (Fig. 2b). La adición del trial se realiza colocando un zuncho separador, debiendo quedar unos 15 cm de espacio entre las paredes laterales de las cubiertas para permitir la descarga del barro. La fijación de este zuncho se logra soldando en ambas llantas 4 o 5 tacos roscados (distribuidos en su periferia en forma equidistante). Posteriormente todo es unido por roscas que aprietan a presión ambas llantas al zuncho, el cual queda calzado debajo del labio externo de las llantas.
Fig.1: Cosechadora J.D. 9650 doble tracción, con triales adelante y duales atrás. Detalle del tercer neumático de menor diámetro.
La función del triple rodado es darle mayor sustentación a las duales, solo en el momento que así es requerido cuando ellas se entierran más de 10 a 15 cm. Debe tenerse en claro que este tercer neumático no proporcione tracción, sino sustentación o flotación en los lugares con falta de piso. Es debido a esto que se utilizan normalmente rodados con sus tacos gastados; por lo tanto esta opción es de bajo costo y permite regular la flotabilidad necesaria con relativa facilidad. En las máquinas de doble tracción puede montarse sobre el tren trasero el mismo sistema de separador por zuncho para equiparlo con neumáticos duales, al igual que en el tren delantero los externos deben poseer tacos gastados y baja presión de inflado.
Otra opción de muy buen resultado es la implementación de los neumáticos especiales tipo Terra Tyre, de alta flotabilidad y baja presión de inflado (sin cámara), con un ancho de sección acorde al servicio de alta flotación (ancho de banda de 900 a 1100 mm y diámetros bajo carga de 1700 a 1900 mm), estructura capaz de contener un gran volumen de aire, en una carcasa pensada para brindar alta flotación y bajos índices de compactación. Sus tacos poseen una distribución a 23° respecto de su línea media, lo cual permite un ideal poder de auto-limpieza. El diseño de sus hombros es redondeado y con mayor cantidad de tacos por neumático, ejerciendo una presión sobre el suelo de 900 gr/cm2 , pero cuando hay barro o agua la transitabilidad se reduce al formar una onda en frente del neumático, dado que no poseen buen agarre. El inconveniente es que no hay gran disponibilidad de estos neumáticos en el país.
Una buena alternativa la constituyen los neumáticos radiales de alta flotabilidad, con tacos más profundos a 45° y de buen ancho. Son un poco menos costosos que los Terra Tyre, llevan algo más de presión de inflado y permiten aumentar la flotabilidad respecto de los neumáticos radiales tradicionales.
Las cosechadoras Clase 8 y 9 constituyen la mayor parte de las máquinas utilizadas por los grandes contratistas, casi todas son doble tracción. En estas categorías se deberá tener bien presente que si sufre un problema de empantanamiento severo (Fig. 2), será necesaria mucha cautela, debido a su elevado peso total aun vaciando la tolva y desprendiendo el cabezal Draper, ya que se cuenta todavía con un peso en vacío de 18.000 kg sobre el eje delantero. Esta situación hace que sea infructuosa y/o peligrosa la tarea de traccionarla con lingas a distancia, pudiendo ocasionar posibles roturas o desalineado de chasis.
Por otra parte el cabezal Draper no soporta ser precariamente arrastrado sobre el suelo, como así lo permite un cabezal con sinfín, debido a su constitución de estructura tipo “caja” (tres largueros unidos por múltiples cuadernas); pues por su parte el Draper solo cuenta con dos largueros, estando el sector frontal de las lonas solo sostenido por los brazos pivotantes inferiores. Por ello, la única manera aceptable de desprenderse del cabezal será sobre su propio carro de transporte, el cual deberá maniobrarse en el barro y ser colocado exactamente debajo del cabezal. Hay que tener en cuenta que toda esta tarea llevará mucho tiempo (lucro cesante), decepciones y roturas, pudiendo significar la pérdida de gran parte de la campaña.
Es prioritario entonces dotar a esta categoría, con tres neumáticos en tándem (triales), como los ya descriptos o duales tipo Terra Type, pero debe tenerse en cuenta que este último conjunto de rodados no es de fácil armado y requiere una preparación previa de alto costo (Fig. 3).
Entre las modificaciones para implementar su adaptación se necesita: retirar los reductores y adicionar un alargue de las cañoneras, los cuales son provistos por las casas matrices de cada marca; de la misma manera los palieres, los cuales deben ser más largos. Una vez realizada esta operación, deben colocarse nuevamente los reductores y la llanta con el disco de fijación desplazada hacia afuera, de forma tal que la cubierta Terra Type interna quede distanciada a unos 5 cm del chasis o poleas aledañas. En la parte externa del rodado interno (Fig. 4a) se monta un adaptador que se fija en forma conjunta a la masa del reductor. Posteriormente, a este adaptador con la masa del reductor se le adosa la manga (Fig.4b) que permite la sujeción del rodado Terra Type externo. Con estas modificaciones, ambos rodados quedan separados a unos 40 cm de distancia. Los rodados internos se inflan con 20 – 25 libras/pulg2 y los externos, la mitad menos.
Con esta solución se logra una excelente flotabilidad, con valores de presión que rondan los 600 gr/cm2 , similar a lo logrado con una oruga de caucho. Debe tenerse en cuenta que se trata de una alternativa costosa, demanda tiempo para su implementación y requiere del trabajo de un tornero experimentado. Además, el conductor de la máquina debe ser muy cauto en los momentos de traslado sobre piso firme, en especial con los rodados externos. Deberá evitar pisar bordes elevados que generen un importante brazo de palanca sobre las mazas, llantas y palieres; por ello la logística previa es muy importante. Una última opción para las Clase 8 y 9, pero como única posibilidad para la Clase 10 (más de 500 hp) es mediante el traslado por oruga con banda de caucho. Con este sistema existen varias opciones como la tradicional Caterpillar (longitudinal), que utiliza también CLAAS y es de conocida eficiencia. Estas disminuyen la presión específica a valores inferiores a los 500 gr/cm2 (Fig.5), logrando de esta manera una gran flotabilidad sobre terrenos anegados, con alta eficiencia de tracción. Este modelo de oruga se destaca por estar equipado con un sistema de pulmones hidroneumáticos, que permiten distribuir uniformemente el peso a lo largo de toda la pisada.
Fig. 5: Cuadro comparativo del sistema por orugas de caucho respecto a los otros sistemas de traslado de cosechadoras. Fuente: CLAAS Estados Unidos. Farm Progress Show 2014.
Otras alternativas de orugas para cosechadoras son los modelos triangulares y los trapezoidales (Fig. 8). Los primeros se destacan por lograr una alta flotabilidad con presiones específicas menores a 500 gr/cm2 , dado que según el modelo de cosechadora sobre las cuales se vayan a montar, poseen un largo de pisada que va desde los 2,60 m a los 3,20 m. Otra gran ventaja es que para montarlas no requieren ninguna modificación del tren delantero, solo hay que retirar las llantas originales y colocar las orugas. No obstante a eso, es importante mencionar que reducen el radio de giro. Si bien logran aumentar la flotabilidad en terrenos anegados, debe tenerse en cuenta el diámetro de su rueda motriz es de 40 cm, con lo cual su capacidad de enterrase no debe superar la mitad de ese diámetro para no quedarse empantanada. En base a esto, desde hace dos años se está promocionando en Estados Unidos un nuevo sistema de orugas, denominado trapezoidales, las cuales poseen un diseño con una rueda motriz de 30 cm, pero que trabaja solidariamente con otra rueda ubicada por arriba de esta y que en conjunto presentan una forma particular de enfrentar la “onda” que le propone la deformación del suelo, simulando la baja resistencia de rodadura que puede llegar a poseer un neumático de gran diámetro. Con este diseño se reduce sustancialmente el esfuerzo de rodadura, beneficio que otorga una menor resistencia al avance (Fig. 6 a y b). En contrapartida, esta nueva oruga no logra las prestaciones de alta flotabilidad que poseen las orugas triangulares o longitudinales por no distribuir uniformemente el peso a lo largo de toda la pisada.
Consideraciones generales La marcada tendencia hacia mayor capacidad de trabajo en los nuevos modelos tiene inconvenientes para el tránsito de las máquinas por las rutas de nuestro país. Vialidad Nacional aclara en el Anexo II del Decreto 79/98 (PEN 1998) de aplicación para la Ley Nacional de Tránsito 24.449, Congreso de la Nación Argentina 1994), las normas para la circulación de la maquinaria agrícola, donde establece en el punto 5.1 que el ancho máximo de la maquinaria agrícola autopropulsada para circular en ruta es 3,50 m. La maquinaria agrícola cuyo ancho esté comprendido entre los 3,50 m y los 3,90 m deberá ser transportada en carretón, debiendo contar para ello con un permiso especial de la autoridad vial competente. La maquinaria que supere los 3,90 m de ancho, será considerada como una carga de dimensiones excepcionales y deberá cumplir para su traslado con las condiciones de seguridad que determine la autoridad competente como lo es por ejemplo la necesidad de que el camión sea precedido por un auto-guía. Los permisos de tránsito de maquinaria autopropulsada y de carretones se realizan en la Secretaría de Transporte de la Nación y Vialidad Nacional, llamado “permiso blanco”. Esta situación ha generado que en las máquinas Clase 7 en adelante se adopte la utilización de neumáticos duales, brindando una mayor flexibilidad a la hora de realizar el traslado, dado que permiten extraer los neumáticos externos, reduciendo así el ancho de la máquina. Equipar las cosechadoras con neumáticos duales permite distribuir la carga total por eje en 4 neumáticos en lugar de 2. Esta distribución disminuye la compactación en profundidad, pero la aumenta en ancho, resultando una mayor superficie compactada. Con esto se expresa que los sistemas duales no reducen la compactación, sólo permiten distribuir el peso en un área mayor, pero mejoran mucho la flotación que es el objetivo que buscamos en condiciones de falta de piso. Además de mejorar la flotabilidad, las cosechadoras equipadas con neumáticos duales poseen una mejor estabilidad lateral, lo que aumenta la eficiencia de trabajo al permitir realizar un avance con menores fluctuaciones. Hay que destacar que el equipamiento de doble tracción hidrostática o mecánica resulta fundamental para aumentar la transitabilidad de las cosechadoras. En este sentido cabe destacar que el 28% de las unidades comercializadas durante el 2014 fueron doble tracción, marcando un crecimiento respecto al 19% del año 2013. Este hecho también se debe a que las cosechadoras Clase 8, 9 y 10 poseen doble tracción de serie y han incrementado su participación en el mercado en un 15% respecto al año anterior. Es importante tener en cuenta que al cosechar con falta de piso o suelos inundados, existen inconvenientes que requieren una alta inversión en equipamiento, mayor consumo de combustible por tonelada de grano cosechada, mayor desgaste de la cosechadora, sumado que el grano extraído suele presentar una calidad inferior. El problema no se resuelve solamente con una mejora en la transitabilidad y flotabilidad de la cosechadora, sino que se debe pensar como pasar el grano de la tolva de la cosechadora al carro auto-descargable, lo que requiere tener tractores y acoplados tolvas equipadas para tal fin, acorde al de la cosechadora. La cosecha con falta de piso es muy costosa y el contratista que lo haga debe ser bien remunerado, dado que si cobra por hectárea o por tonelada como lo hace habitualmente, su facturación diaria se verá disminuida, acompañado de un incremento importante de su costo operativo. La peor situación es no invertir y abandonar el lote, con lo cual los productores que presenten esta problemática en sus lotes deben valorar que el desafío tecnológico es grande y tiene el objetivo de ayudarlos a levantar su cosecha. En base a la información detallada y a experiencias vertidas por contratistas en situaciones de “falta de piso”, se enumeraron consejos para facilitar las labores en dichas condiciones.
Consejos para cosechar con “falta de piso”:
1. Se necesita especial mantenimiento en el cabezal, para permitir un buen corte con alta velocidad (7 – 8 km/h). En el caso de máquinas Clase 6 en adelante, se debe tener presente que una de las formas de flotar en terrenos con falta de piso, es teniendo velocidad de paso. Las cosechadoras de los grupos menores son más livianas pero poseen motores más limitados a su demanda final de potencia, será necesario mantener una velocidad de avance hasta 6 km/h.
2. En cabezales draper, los cuales presentan mayor peso, adicionar rodados a los cabezales, fijándolos en la viga inferior para que solamente trabajen en el momento del corte.
3. Para mantener la velocidad indicada de avance, será necesario una correcta regulación de los órganos de trilla y separación; además de un correcto mantenimiento de los batidores y/o preparación de mixtos (dientes y barras).
4. Las cosechadoras deberán ser preferentemente con doble tracción y contar con neumáticos radiales duales o triales. Para mayor seguridad con rodados de alta flotación, sobre el eje delantero.
5. El eje trasero debería contar con radiales duales o mejor aún de alta flotación.
6. Cargar la tolva de la cosechadora a media capacidad y descargar en cabeceras seguras.
7. Las tolvas auto descargables también deben estar equipadas con rodados para alta flotación y los tractores deberán contar con doble tracción y neumáticos radiales duales.
8. Cargar las tolvas auto descargables a ¾ de su capacidad y descargarlos sobre camión fuera del lote.
9. Deberá planificarse previamente entre el Productor y el Contratista, la “Logística de Cosecha”, teniendo en cuenta los siguientes detalles: – Patio de maniobras para la ubicación del camión y facilidad de descarga de los carros tolva. – Orden de trilla de los lotes por sus condiciones de piso. – Determinar sectores donde se bajaran alambrados y nivelarán cunetas, para facilitar el traslado interno de las cosechadoras con rodados múltiples y cabezales incorporados. – Considerar que por éstos mismos pasos, transcurrirán los carros tolveros, durante las jornadas de cosecha.
Ing. Agr. Juan Marcos Giordano Profesional del Área de Investigación en Producción Vegetal INTA EEA Rafaela