La sequía va a privar al país de ingresos por unos US$8000 millones. Luego de que en febrero pasado se esperara un impacto de US$4000 millones, ahora el costo de la sequía ronda los US$8000 millones con una pérdida de 20 millones de toneladas de soja (de 58 a 38 millones de toneladas) y 7 millones de toneladas de maíz (de 39 a 32 millones de toneladas).
A pesar de la sequía, los dólares de la cosecha gruesa van a seguir siendo la fuente principal de divisas genuinas del Banco Central en momentos que la corrida cambiaria se ha intensificado.
La cosecha aportará más de US$20.000 millones que son clave a la hora de abastecer la voraz demanda de dólares que enfrenta el BCRA.
La caída en los rindes es variable según las zonas geográficas y las abundantes lluvias conllevan mucha incertidumbre en cuanto a la calidad del grano. Cada productor está evaluando la marcha de su cosecha para saber cómo quedará parado financieramente. Van a cumplir los compromisos de venta en firme ya tomados, pero hay una aversión a fijar precio a cualquier excedente que se obtenga.
La sequía ya provocó una reducción del 0,5% en el crecimiento de la economía. Sin embargo, esto se verá agravado por la dilación en la venta de grano, que no solo va a contribuir a ralentizar la actividad económica sino también a complicar la cadena de pagos en momentos en que la tasa de interés activa está por las nubes.
La escasez de oferta de granos no está solo motivada por la sequía o por la actual abundancia de lluvias, que retrasa la cosecha. La lista de incentivos para no vender y fijar precio es larga:
- La reducción gradual de las retenciones a la soja equivale a un plazo fijo en silobolsa al 6% anual en dólares. Una tasa muy atractiva en momentos de incertidumbre.
- El irresuelto conflicto comercial entre China y EE.UU. tiene a la soja en el centro del mismo y genera expectativas a la suba.
- La corrida cambiaria ocasiona volatilidad e incertidumbre en la cotización del dólar que influye en el precio local de los granos.
- El productor quiere tener mayor certeza respecto de los quintales cosechados antes de desprenderse de una sola tonelada adicional. Solamente va a vender el volumen indispensable para mantener la operación en marcha.
- Aquellos que han tenido un volumen mínimo de cosecha pretenden compensar la caída de rindes con mayor precio. En este contexto, el precio de la soja subió un 50% en pesos desde mediados de diciembre.
El productor va a evaluar todas las alternativas para maximizar sus ingresos luego del golpe financiero provocado por una sequía histórica, pero es esencial tener cierta calma en los mercados (cambiario y granario) para esperar una liquidación fluida de divisas.
La decisión de acudir al FMI para implementar un acuerdo que respalde el plan económico del Gobierno y calme las turbulencias del mercado no va a ocurrir de la noche a la mañana, por lo que los productores continuarán con su actitud cautelosa sin grandes ventas que favorezcan la entrada masiva de dólares.