El sábado pasado, por la mañana, los productores agropecuarios se encontraron con un nuevo aumento en el precio del gasoil. Y es que el Ministerio de Energía y Minería comunicó un día antes un aumento de un 5% en los precios finales de las naftas y un 4,5% en el gasoil en todo el país, con el fin, según esa cartera oficial, de “morigerar el impacto en los precios finales de los combustibles en el incremento de costos de la industria”.
En un comunicado, el Ministerio que encabeza Juan José Aranguren confirmó la suba para junio y anunció que a partir de julio se dispondrá otro aumento de hasta 3% para todos los combustibles comercializados en el país.
Fuentes del sector petrolero explicaron que el incremento tiene relación con el acuerdo que realizaron las empresas con el Gobierno. “Durante mayo y junio se acordó no aumentar, pero ante la suba del dólar, del Brent y la brecha con la paridad de importación, se volvió a revisar lo pactado en mayo y se autorizó una suba en junio y otra en julio”, explicaron.
Según confirmaron, desde abril de 2017 al mismo mes de este año, el diesel euro de YPF aumentó un 27,6% (con un incremento en la demanda del 30,3%) y el Ultra Diesel un 2,7% (con un incremento en el mercado de 3,2%). Por su parte, Shell aumentó el litro de V-Power Diesel de $26,47 a $27,66.
Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) explicó que desde la desregulación del precio de los combustibles, en octubre del año pasado, se viene dando una “seguidilla de aumentos que parece no tener solución”.
“El incremento se va a replicar en todo el sector agropecuario: calculamos un aumento de $1070 millones en junio y $715 millones en julio, lo que hace un total de $1785 millones”, explicó Matías Lestani, ingeniero agrónomo a cargo del departamento de economía de CRA. “Se sentirá con mayor fuerza en aquellas actividades que no tengan atado parte de su resultado al movimiento del tipo de cambio, como la agricultura, que si bien el precio del gasoil tiene una alta incidencia, tendría una posición relativa mejor para absorber el aumento”, agregó.
Pero el profesional aclaró que no es el caso de las actividades pecuarias y regionales a quienes denominó como las “grandes perdedoras de la coyuntura”, donde el gasoil forma parte importante de su estructura de producción y un incremento en el precio resulta mayor en la estructura del costo productivo.
“Del total pagado en una factura de gasoil, el 46% es carga impositiva (conceptos no gravados, IVA, ingresos brutos, resoluciones, etcétera), es decir, de los $1785 millones que calculamos como impacto total, $821 millones serán de recaudación. A eso hay que sumarle el convenio entre el Gobierno y las empresas petroleras donde se definió que se creará una cuenta compensatoria por el retraso acumulado del 12% que no fue trasladado al precio durante mayo y junio”, explicó Lestani.
“Si sumamos el ajuste que anunciaron a mayoristas y grandes consumidores estamos hablando de un 20% de un incremento de aquí a agosto o sea unos 3000 millones de pesos adicionales que contendrían una carga tributaria de $2200 millones”, afirmó.
El precio del biodiésel
Por otra parte, fuentes de la Cámara de Empresas Pymes Regionales Elaboradoras de Biocombustible (Cepreb), que nuclea a unas 30 pequeñas empresas y medianas transformadoras de aceite de soja en biodiésel para el mercado local, explicaron que es vital para la competitividad de la industria que su precio se actualice conforme a la variación del tipo de cambio, “tal como se viene realizando”.
“El aceite de soja es la materia prima del biodiésel: representa el 85% del costo de producción y su precio está dolarizado. La fórmula polinómica que se aplica mensualmente contempla todos los costos del sector. Es importante pensar al biodiésel de manera estratégica y a largo plazo, ya que nos permite tener energía de manera independiente y autónoma de los países productores de petróleo”, indicaron en la entidad.
Según Cepreb, el precio no representa un aumento sino que se trata de una “actualización” que acompaña la suba del dólar contemplada en el costo del aceite de soja. “De hecho, en dólares, el precio del biodiésel de junio es menor. Mientras que en mayo representaba US$875,96 (por tonelada), en junio es de US$793,05 (por tonelada) según la cotización de mayo a $20,8 y la cotización de junio a $24,9. Al mezclarse el biodiésel en un 10% con el gasoil y al ser nuestro biocombustible más barato que el litro de diésel, el producto final termina siendo más económico que si estuviera compuesto 100% por petróleo. El biodiésel no sólo tiene una incidencia mínima en la composición del precio final del gasoil, sino que permite que sea más barato, funcionando como un colchón para el bolsillo del consumidor”, explicaron.