La eliminación de las retenciones en maíz y en trigo en 2015, según un estudio de la Universidad Nacional San Martín, tiene un efecto fiscal positivo por la mayor actividad económica que permite generar no sólo medido por el mayor volumen de las cosechas sino por el derrame en las actividades proveedoras de bienes y servicios al campo.
El reporte estimó una generación de ingresos fiscales netos por aproximadamente $4600 millones, más otros $5000 millones por una mayor dinámica en sectores asociados en la economía. En tanto, las exportaciones de estos cereales aumentaron unos US$2800 millones (0,5% del PBI).
El trabajo, de Adrián Gutiérrez Cabello y Agustina Ciancio, de la Escuela de Economía y Negocios de la Universidad apunta que en el caso del trigo en la última campaña sembrada con retenciones la producción fue de 11,5 millones de toneladas. Después le siguieron dos de 18 millones de toneladas, considerando datos oficiales.
Para el maíz la situación se replicó. Hubo un gran crecimiento en especial en 2016/17 (10 millones más de toneladas sin retenciones: 49,5 millones de toneladas). En tanto, en la campaña 2017/2018 la sequía generó fuertes pérdidas.
En diálogo con La Nación, Gutiérrez Cabello planteó que la eliminación de las retenciones “impactó positivamente en ingresos y en empleo” por lo que entiende que “no sería prudente reinstalarlas porque no se gana fiscalmente y, en paralelo, se reduciría la producción.
Además, habría menos exportaciones y menos ingresos divisas. Al sacarlas, creció automáticamente la producción de maíz y la de trigo se duplicó en tres años”.
Los cálculos del estudio se basan en la estructura de costos de un productor del norte bonaerense y eel sur de Santa Fe con una distancia media de 230 kilómetros a los puertos rosarinos y con un rendimiento promedio de 3,5 toneladas de trigo por hectárea y de 8 toneladas por hectárea para maíz.
Trigo
En la estimación de la recaudación sobre la producción de trigo para la campaña 2018/2019 se tuvo en cuenta la cosecha proyectada de 20 millones de toneladas (7% superior a la anterior). Por IVA, Ganancias, impuesto a la Transferencia de Combustibles y cheque los ingresos para el Estado rondarán los $12.300 millones.
El efecto multiplicador del trigo está calculado en 1,67: por cada peso que genera en la economía se mueven otros 67 centavos. Así, la recaudación global se movería en torno a $20.500 millones.
El informe destaca que la mayor producción favorece también la creación de empleo. En la cosecha de trigo la demanda directa e indirecta de gente alcanza las 35.000 personas que, de mantenerse durante un trimestre, generaría una masa salarial equivalente a $2000 millones (con efecto multiplicador incluido saltaría a $3500 millones).
La presión impositiva del 33% sobre esos recursos (tomando cargas nacionales, provinciales y municipales) dejaría al Estado unos $1160 millones. La recaudación por Seguridad Social ascendería a $300 millones.
Maíz
La recaudación por maíz se proyectó en base a una cosecha de 49 millones de toneladas y apunta a $25.500 millones. En este cultivo, el efecto multiplicador es de 1,33, por lo que el total daría $33.900 millones incluyendo las actividades impactadas por el cereal.
En el segmento laboral, la incidencia del maíz alcanza a unas 29.000 personas en la cosecha. Unos $1500 millones de masa salarial en un trimestre ($2700 millones con efecto multiplicador). Los ingresos fiscales por ese volumen rondarían los $900 millones en ese momento, según el informe.